Hasta aquí hemos reflejado,
en síntesis, el último medio siglo de la actividad
de un organismo estatal que el próximo 4 de octubre cumplirá
68 años, verdadera fuente del desarrollo socio-económico
del sureste epañol. Vamos ahora a reflexionar sobre el futuro
analizando tres de sus factores determinantes: evolución
de la demanda, disponibilidad de recursos y adecuación de
la infraestructura hidráulica.
Si bien en los tres últimos años se ha producido una
reducción media de la demanda de casi el 3% anual, reflejo
de una mayor concienciación ciudadana y una mejora en los
rendiemientos de las redes municipales, no cabe pensar que esta
situación pueda mantenerse durante mucho tiempo. Cualquier
planificación a medio o largo plazo ha de considerar un crecimiento
de la demanda. Aún aplicando modernas técnicas de
gestión de demanda necesarias en un escenario territorial
tradicionalmente deficitario del lado de la oferta hidráuilica,
no parece aceptable fijar para el año 2012, segundo horizonte
del Plan Hidrológico Nacional, un incremento inferior al
30-35%, equivalente a 60-70 hm3 anuales, muy alejado del que resultaría
de una extrapolación estadística de comportamientos
anteriores. Otras previsiones más restrictivas condicionarían,
a se correría tal riesgo, el deseable desarrollo de la zona
geográfica abastecida.
La vigente Ley
de Aguas encomienda a la planificación hidrológica
el objetivo básico de conseguir la mejor satisfacción
de las demandas de agua que, en nuestro caso, requiere un incremento
de la oferta que, por las especiales circunstanacias deficitarias
de las cuencas hidrográficas donde nuestros abastecimientos
se asientan (Segura y Júcar), ha de lograrse mediante trasvases
intercuencas y utilización de recursos no convencionales
procedentes de la desalación de aguas del mar y salóbres.
Cabe pensar que, como en la resolución de otros muchos problemas,
la solución definitiva consistirá en una adecuada
combinación de las posibilidades apuntadas.
Nuestra actual
infraestructura hidráulica posibilita una oferta de 220 hm3
anuales, superior en un 10% a la actual demanda, con una elevadísima
garantía derivada de su conexión con hiperembalses
de tres cuencas hidrográficas (Cenajo en el Segura, Alarcón
en el Júcar y Entrepeñas y Buendía en el Tajo)
a través de los dispositivos hidráulicos del trasvase
Tajo-Segura. Con las obras en ejecución o programadas su
capacidad se eleva hasta los 325 hm3, superando en un 20% la demanda
previsible en el horizonte más lejano del Plan Hidrológico
Nacional. Aunque concebida para la oferta de las aportaciones del
río Taibilla y de recursos transferibles a través
del acueducto Tajo-Segura, está especialmente capacitada
para la utilización de aguas desaladas. En efecto, la existencia
en las proximidades de la costa mediterránea de dos canales
principales de gran capacidad que abastecen a los grandes centros
de consumo de las comarcas de L Alacantí (Alicante y San
Vicente de Raspeig), por un lado, y del Campo de Cartagena y Mar
Menor, por otro, posibilita la instalación de sendas plantas
desaladoras capaces de aportar, si fuera preciso el 50% de la oferta
adicional en el horizonte considerado.
Otro factor básico es el relativo a la calidad del agua suministrada.
En este aspecto es destacable la muy buena y constante calidad del
río Taibilla, origen del 35% de nuestros actuales recursos,
así como la aceptable e irregular del 65% restante, en teoría
procedente de la cabecera del Tajo pero en la práctica constituido
por una mezcla en proporciones ríos Tajo (Entrepeñas
y Buendía), Júcar (Alarcón) y Mundo (Talave
y Camarillas) que el acueducto Tajo-Segura enlaza, así como
de las del propio río Segura (La Fuensanta y Cenajo) y de
sus retornos. Es objetivo prioritario de la planificación
hidrológica la mejora de la calidad del recurso, en especial
de las aguas potables destinadas al consumo humano, y en este sentido
son destacables las iniciativas representadas por la conexión
del embalse de la Fuensanta con el Canal Alto del Taibilla, en fase
de redacción del proyecto, y el túnel Talave-Cenajo,
incluido en el catálogo de actuaciones de interés
general del Anteproyecto de Ley del Plan Hidrológico Nacional.
Del análisis realizado en las líneas anteriores se
desprende un futuro ciertamente privilegiado y esperanzador para
el abastecimiento de agua potable del sureste español. No
conviene olvidar, sin embargo, que son los hombres, las voluntades
de los hombres, de los gobernantes, de los técnicos, de los
empresarios, de los ciudadanos, quienes transforman en realidad
o en fracaso los sueños más hermosos y prometedores.
Los hombres que hemos intervenido en este último medio siglo
hemos materializado en esta envidiable realiad nuestro entusiasmo,
ingenio y esfuerzo. Confiamos en que también será
así durante el medio siglo venidero.
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