Antonio Plata Bedmar (*), Luis Araguás Araguás (**), Juan Avilés García (***), Ramón Peña Martínez (****)
RESUMEN
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PALABRAS CLAVE: Nicaragua, Agua Subterránea, Hidrología Isotópica, Lago Managua
El lago de Managua (también conocido como lago Xolotlán) está situado en las proximidades de la ciudad del mismo nombre, capital de Nicaragua. El lago tiene una superficie de 1050 km2, con 58 km de longitud máxima y 32 km de anchura máxima. El volumen del agua almacenada gira en torno de 1010 m3, lo que da una profundidad media de unos 9,5 metros. La profundidad máxima es de unos 30 metros. El lago se encuentra enclavado, en su mayor parte, en una formación de materiales volcánicos y ocupa parte del graben de Nicaragua. Hasta 1910, el lago descargaba a través del río Tipitapa en el lago de Nicaragua, cuyas dimensiones son mucho mayores y que tiene un nivel del agua situado unos 9 metros más bajo. La conexión hidráulica se interrumpió en el año indicado debido al descenso de nivel del lago de Managua y ha sido restablecida recientemente como consecuencia de la elevación de nivel del lago, producida por el huracán Mitch, que afectó severamente a varios países de la zona a finales de 1998. Dicha elevación del nivel de las aguas ha sido de unos 4 metros.
La formación donde se encuentra enclavado el lago constituye el acuífero denominado "Las Sierras de Managua". En realidad la mayor parte de la descarga del acuífero se produce a través de la evaporación en el propio lago. Un balance hídrico del lago realizado recientemente (Rozanski, 1999), indica que las mayores aportaciones de agua al lago están constituidas por agua subterránea (~1.850 Hm3/año), frente a ~1200 Hm3/año aportados por la precipitación directa y la escorrentía. La evaporación (~2.150 Hm3/año) y salidas de agua subterránea (900 Hm3/año), constituyen las salidas del sistema.
El agua de este acuífero es explotada por numerosos pozos para abastecimiento a la ciudad de Managua, muchos de los cuales se encuentran localizados a escasa distancia del lago. El agua subterránea constituye casi el 100% del agua utilizada para abastecimiento. Entre estos últimos destacan los campos de pozos situados en el polígono industrial existente entre el lago de Managua y la laguna de Asososca, así como en las zonas de Chiltepe, Tipitapa y Las Mercedes (figura 1). El agua extraída de este último campo es utilizada de forma importante para el abastecimiento de una buena parte de la población de Managua.
Figura 1. Situación de los principales puntos de agua mencionados en el texto en las inmediaciones del lago de Managua.
Aparte de los campos de pozos mencionados anteriormente, existen en las proximidades del lago de Managua varias lagunas pequeñas, que corresponden, en su mayoría, a conos de eyección de volcanes extinguidos. Entre estas lagunas, destaca la laguna de Asososca, antes mencionada, la cual se encuentra situada a unos 2 km de distancia del lago de Managua. El agua de esta laguna se viene utilizando desde el año 1930 para abastecimiento a la población de Managua. Se trata de una laguna de aproximadamente 1 km de diámetro y una profundidad máxima comprendida entre 90 y 100 metros. La extracción de agua ha ido creciendo con el tiempo desde 3,8x104 m3/dia en 1930 hasta ~105 m3/dia al comienzo de la década de los años 90. En los últimos años, dicha extracción ha decrecido debido a la explotación de otras fuentes alternativas (pozos del acuífero de las Sierras de Managua). En 1933, el nivel del agua de la laguna era unos 4 metros más alto que el del lago de Managua. Debido al aumento de la extracción de agua, ambos niveles se equilibraron en 1967. El descenso del nivel de la laguna fue aumentando en los años siguientes llegando a un valor unos 5 metros más bajo que el del lago antes de producirse el huracán Mitch y de unos 8 metros con posterioridad al mismo.
En estas condiciones existe un determinado riesgo de que se produzca la intrusión de agua del lago de Managua a la laguna de Asososca. La evaluación de este riesgo es uno de los objetivos del estudio presente. Además de la posible relación entre las aguas de los dos lagos, se han llevado a cabo numerosos estudios hidrogeológicos para evaluar el posible riesgo de contaminación de las aguas de la laguna de Asososca por posible intrusión de aguas contaminadas derivadas del polígono industrial que existe a entre los dos lagos (Bethune et al., 1996).
El estudio de la relación entre el lago de Managua y las aguas subterráneas de su entorno se justifica, básicamente, por el elevado grado de contaminación del agua almacenada en el mismo. Dicha contaminación procede de los vertidos de aguas residuales de diversas fuentes, entre las que destacan las plantas industriales del polígono industrial localizado entre el lago y la laguna de Asososca (refinería de petróleo y fábricas de cloro, cemento, pesticidas, etc.), aguas residuales de un matadero industrial y de industrias de curtiembres, aguas residuales de la población de Managua (más de 100.000 m3/dia, productos de lixiviación de las basuras municipales vertidas en el lago, aguas residuales de la Planta Geotérmica Momotombo para producción de energía eléctrica y contaminantes de tipos diversos aportados por los ríos que descargan en el lago. Por ejemplo, se ha publicado que, hasta el año 1979, se habían vertido al lago unas 25 toneladas de mercurio. El pH del agua del lago subió de 7,9 en 1933 a 9,4 en el momento actual.
El estudio ha sido realizado a través de diferentes campañas de medida y de muestreo llevadas a cabo entre 1985 y 1999. Los trabajos fueron iniciados por A. Plata dentro del marco de un Proyecto de Cooperación Técnica subvencionado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) dependiente de Naciones Unidas y que tiene su sede en Viena (Austria). Parte de los resultados a los que se hace referencia han sido publicados previamente (A. Plata et al., 1994).
2. CONSIDERACIONES GEOLÓGICAS E HIDROGEOLÓGICAS
La información geológica e hidrogeológica disponible para la zona del estudio no es muy abundante. Existe un número limitado de estudios con la descripción geológica y litológica detallada del acuífero de las Sierras de Managua, salvo los trabajos de Zoppis Bracci y del Guidice, (1958), Kuang, (1971) y Aoyama (1993). Incluso, no se conoce con exactitud la potencia del acuífero. El pozo más profundo perforado en la zona de la laguna de Asososca, con 185 metros de profundidad, no llegó a alcanzar el substrato del acuífero. Se especula que el acuífero alcanza profundidades mayores de 500 metros en las zonas próximas al lago de Managua. El substrato de la formación acuífera, según los trabajos antes citados, está formado por materiales calcáreos y esquistos del Terciario.
El acuífero está formado por depósitos piroclásticos semiconsolidados de hasta 400-600m de potencia y edad Pleistoceno, que además incluyen cenizas volcánicas, ignimbritas lapilli, tobas, pumitas, etc. Se trata de materiales de muy alta permeabilidad, aunque existen localmente acuíferos colgados de pequeña entidad. El acuífero en sus conjunto se considera libre, aunque la recarga principal se encuentra en la zonas más montañosas, donde la precipitación es superior. Por encima de los materiales piroclásticos se encuentran depósitos de escasa potencia de materiales aluviales y coluviales del Pleistoceno Superior y Holoceno, los cuales se encuentran irregularmente distribuidos.
El intensa actividad tectónica y volcánica de la zona ha producido varias alineaciones N-S de cráteres de cenizas que posteriormente han colapsado, dando lugar a varias lagunas próximas al lago de Managua (figura 2). En el entorno de la laguna de Asososca se encuentran los aglomerados basálticos y piroclástos, así como los materiales coluviales de reciente desarrollo. En el entorno de las estructuras volcánicas más relevantes se encuentran materiales muy permeables que permiten la existencia de acuíferos muy productivos (pozos con caudales promedio de hasta 80 l/s). La figura 3 muestra un corte geológico a lo largo de una dirección N-S, atravesando varios de los edificios volcánicos colapsados, que han dado lugar a las lagunas.
Figura
2. Extracto del mapa hidrogeológico
de Managua, mostrando el marco hidrogeológico en la proximidades del
lago de Asososca. Las formaciones de color verde corresponden a aglomerados
basálticos de edad Plio-Pleistoceno. Las formaciones de flujos piroclásticos
holocenos se presentan de color violeta. Finalmente, los materiales aluviales
de relleno se encuentran de color amarillo.
Figura 3. Corte hidrogeológico (en el sentido S-N en la figura 1) desde la Sierra de Managua hasta el lago de Xolotlán (Managua), atravesando las lagunas de Nejapa y Asososca.
Por razones obvias, se acepta que todos los acuíferos que circundan el lago de Managua, incluyendo el acuífero Las Sierras de Managua, descargan en este cuerpo de agua. Aparte de la descarga de estos acuíferos, el lago recibe de los ríos que descargan en él unos 300-700 hm3/año, entre los que destaca el río Grande, y unos 900 hm3/año como consecuencia de la precipitación directa sobre el lago. La evaporación potencial de éste ha sido estimada en 1.990-2.050 mm/año (C.J. Reyes García , 1977; Rozanski, 1999).
Los ensayos de bombeo realizados en la zona proporcionaron valores de la permeabilidad comprendidos entre 15 y 62 m/d. Los caudales específicos medios de los pozos giraron en torno de los 7 l/s por metro de abatimiento. La precipitación media de la zona oscila entre los 850 y 1050 mm/año.
Por lo que respecta a la laguna de Asososca, el volumen del agua almacenada en la misma es del orden de 40 hm3. La laguna no recibe contribución alguna por superficie, salvo la escorrentía de su escasa cuenca. Un estudio realizado durante el período 1972 a 1977 (Anónimo, 1979) mostró que el nivel del agua de la laguna varía de forma paralela y sin un desfase significativo de tiempo con el nivel del lago de Managua. Sin embargo, este resultado no significa que el nivel del agua de la laguna se encuentre controlado necesariamente por el nivel del lago, puesto que los ciclos de precipitación pueden ser responsables del paralelismo observado entre los niveles de los dos cuerpos de agua.
3. TÉCNICAS UTILIZADASComo indica el título del trabajo, el objetivo primordial del mismo es estudiar la relación entre el lago de Managua y las aguas subterráneas que se explotan en los pozos situados en las inmediaciones del mismo, así como en la laguna de Asososca, con el objeto de determinar la fracción de agua que, eventualmente, procede del lago y de evaluar el riesgo de intrusión de esta última agua contaminada en las zonas explotadas de los acuíferos. Las siguientes técnicas han sido utilizadas para conseguir este objetivo:
1) Análisis químico de los diferentes tipos de aguas involucradas.
2) Determinación de los isótopos estables del agua deuterio y oxígeno-18.
3) Determinación de la concentración del tritio natural, principalmente, de origen termonuclear.
4) Datación de las aguas subterráneas por medio del carbono-14.
4.1 Medida de la conductividad
La conductividad eléctrica de los distintos tipos de aguas involucradas en el estudio ha sido medida en las campañas realizadas en 1985 y 1999. Los resultados obtenidos se muestran en la tabla 1. Por lo que respecta al lago de Managua, se observa que la salinidad del agua experimentó una disminución considerable entre 1985 y 1999. La explicación de ello se tiene en los elevados caudales de aguas superficiales de baja salinidad que llegaron al lago durante el periodo en el que pasó por la zona el huracán Mitch. La mayor conductividad observada en el lago en la zona situada frente al polígono industrial, tanto en 1985 como en 1999, se explica por el vertido de aguas residuales procedente de las firmas ubicadas en el mismo. Estas firmas utilizan, en su mayor parte, aguas bombeadas del acuífero, que tienen una salinidad menor que las del lago. Como se verá más adelante, este vertido afecta también a la composición isotópica del agua (concentraciones de deuterio y oxígeno-18).
La conductividad del agua de la laguna de Asososca se ha mantenido durante el período 1985 a 1999 en valores muchos más bajos que los mostrados por el lago de Managua, lo cual sugiere la ausencia de una conexión hidráulica entre ambos cuerpos de agua. El pequeño aumento de conductividad observado en este período puede tener explicaciones diferentes, incluyendo, diferentes épocas del año en los que se hicieron las medidas, cambios en los patrones de flujo o errores de calibrado de los equipos de medida.
Las aguas de los pozos profundos de la zona industrial y que han sido perforados a máquina, dieron conductividades muy parecidas a la del agua de la laguna de Asososca, indicando, asimismo, una ausencia de conexión hidráulica con el lago de Managua. Lo mismo puede decirse de los pozos de los tres campos de pozos mencionados: Las Mercedes, Chiltepe y Tipitapa, los cuales se encuentran situados a sólo varias decenas o centenares de metros de distancia del borde del lago.
Punto de medida |
Año 1985 |
Año 1999 |
Lago de Managua frente al polígono industrial |
1635 (2) |
930 |
Lago de Managua en zona restante |
1870 (4) |
1293 (6) |
Laguna de Asososca en superficie |
375 |
503 |
Laguna de Asososca en el fondo |
402 |
498 |
Pozos profundos del polígono industrial |
440 (3) |
530 (3) |
Pozo del campo Las Mercedes |
520 |
569 |
Pozo del campo de Chiltepe |
590 |
617 |
Pozo del campo Tipitapa |
575 |
581 |
Tabla 1. Conductividad eléctrica de diferentes puntos de agua. Valores expresados en m S/cm para una temperatura de 25° C. Las cifras entre paréntesis indican el número de datos promediados, en caso de ser más de uno.
Por otra parte, la figura 4 muestra la distribución de los valores de conductividad de las aguas subterráneas y superficiales (lagunas de Asososca y Acahualinca y lago de Managua) medidos en 1985 en la zona donde se encuentra el polígono industrial antes mencionado. Los pozos existentes en este polígono mostraron conductividades muy variables que oscilaron entre 0,4 y 2,69 mS/cm. Los valores más elevados de la conductividad se deben, fundamentalmente, a la contaminación de las aguas subterráneas por los vertidos atmosféricos de gases clorurados de carácter ácido realizados regularmente por una industria del polígono.
Figura 4. Distribución de la conductividad del las aguas subterráneas y superficiales en la zona comprendida entre la laguna de Asososca, el polígono industrial y el Lago de Managua en 1985.
Esto quedó plenamente demostrado a través de la correlación existente entre la conductividad y el pH del agua (Plata et al., 1994): las aguas de mayor conductividad presentaban valores del pH más bajos y concentraciones más elevadas del ion cloruro. Las conductividades más bajas correspondían a pozos en los cuales había sido aislado el llamado acuífero superficial de la zona.
4.2. Composición química del agua
Análisis químicos completos de los diferentes tipos de aguas involucradas
en el estudio fueron realizados en el laboratorio del OIEA en muestras tomadas
durante la campaña de 1985. La tabla 2 recoge los resultados de las muestras
más representativas. Por otra parte, la figura 4 muestra un diagrama
de Piper elaborado con los datos de la tabla 2 correspondientes a los componentes
mayoritarios.
Figura 5. Diagrama de Piper elaborado a partir de los datos de la tabla 2. Los puntos que aparecen al lado de la muestra PPM-4 corresponden a la laguna de Asososca.
El análisis de estos resultados permite hacer las siguientes observaciones:
1) Los pozos PPM-4, PP-21 y PP-25 se encuentran dentro del polígono industrial. Pero el primero de estos pozos tiene sus filtros localizados en el acuífero profundo mientras que los otros dos captan, asimismo, las aguas superficiales contaminadas. Ello justifica la elevada salinidad de estos dos pozos.
2) Las aguas contaminadas de los pozos PP-21 y PP-25 se caracterizan por tener concentraciones muy elevadas del ión Cl-, originadas por los vertidos de gases clorurados a la atmósfera.
3) El agua del lago de Managua tiene concentraciones iónicas mucho más elevadas que las de las aguas subterráneas no contaminadas del acuífero profundo. Dicha agua se caracteriza por una elevada concentración relativa de los iones alcalinos frente a la de los iones alcalino-térreos.
4) La concentración de SiO2 en el agua del lago de Managua es mucho menor que en las restantes aguas subterráneas de la zona. Lo contrario sucede con la concentración de boro. La elevada concentración de este elemento encontrada en el lago de Managua debe estar relacionada con el vertido de aguas geotérmicas residuales procedentes de la Central Eléctrica de Momotombo.
5) La elevada concentración de hierro detectada en el pozos PPM-4 y P-21 está relacionada con la corrosión por ataque químico de la tubería de revestimiento. Este pozo llevaba unos 10 años cerrado y sin uso en el momento de tomar la muestra de agua. Sin embargo, no es coherente tal abundancia de hierro y la presencia de nitratos, ya que estos iones son incompatibles (el hierro sólo se encuentra en concentraciones significativas en medios reductores)
6) La composición química del agua subterránea no contaminada de la zona del polígono industrial (pozo PPM-4) es, prácticamente, idéntica a la del agua de la laguna de Asososca, de lo que se deduce que ambas tienen la misma fuente de recarga.
7) Todas las concentraciones de metales pesados son inferiores a los límites de potabilidad aceptados por la Organización Mundial de la Salud, con la excepción de la concentración de manganeso del pozo PP-21, que no resulta explicable.
Parámetro |
L. Managua |
L.
Asososca |
L.
Asososca |
PPM-4 |
PP-21 |
PP-25 |
ph |
9,35 |
8,16 |
8,93 |
7,97 |
7,40 |
7,87 |
Cond. |
1640 |
460 |
468 |
485 |
1470 |
7150 |
[Ca++] |
6,8 |
17,7 |
23,2 |
23,2 |
103 |
740 |
[Mg++] |
19,1 |
7,1 |
6,8 |
6,4 |
17 |
209 |
[Na+] |
333 |
62,1 |
59,8 |
65,8 |
161 |
326 |
[K+] |
48,2 |
14,4 |
13,5 |
14,8 |
0 |
70,5 |
[CO3=] |
76,0 |
0 |
15,3 |
0 |
0 |
0 |
[CO3H-] |
534 |
159 |
151 |
186 |
124 |
192 |
[Cl-] |
202 |
38,4 |
34,7 |
45,5 |
298 |
2020 |
[SO4=] |
18,2 |
30,5 |
27,7 |
26,9 |
126 |
149 |
[NO3-] |
0 |
0 |
0 |
1,9 |
1,2 |
0 |
[SiO2] |
8,5 |
47,7 |
50,7 |
46,9 |
87,6 |
55,1 |
Fe |
0,678 |
2,5x10-3 |
0,008 |
5,230 |
1,050 |
- |
Zn |
0,007 |
<1,4x10-3 |
0,011 |
<1,4x10-3 |
0,009 |
- |
B |
1,980 |
0,098 |
0,106 |
0,109 |
0,284 |
- |
Cu |
0,017 |
<4x10-3 |
0,009 |
0,005 |
0,006 |
- |
Cd |
0,003 |
<2x10-3 |
<2x10-3 |
<2x10-3 |
0,004 |
- |
Mn |
0,072 |
0,001 |
0,013 |
0,123 |
0,825 |
- |
Hg |
<10-4 |
<10-4 |
<10-4 |
<10-4 |
<10-4 |
- |
Pb |
0.002 |
0,006 |
0,024 |
0,007 |
0,008 |
- |
Tabla 2. Resultados de los análisis químicos de muestras de agua tomadas en la zona del estudio en 1985. La conductividad se expresa en m S/cm a 25° C y las concentraciones iónicas en mg/l.
Como se sabe, los isótopos estables del agua deuterio (2H) y oxígeno-18 (18O) proporcionan información, entre otras cosas, sobre el origen del agua y sobre las relaciones entre distintos tipos de aguas. Las moléculas de agua que llevan incorporados estos isótopos pesados tienen un comportamiento algo diferente al que tienen las moléculas ligeras más abundantes formadas con 1H y 16O en los diferentes procesos que tienen lugar durante el ciclo hidrológico. Ello se debe, principalmente, a la menor presión de vapor de aquéllas moléculas más pesadas. Estas diferencias de comportamiento dan lugar a lo que se llama fraccionamiento isotópico del agua, que indica que la composición isotópica del agua que interviene en un determinado proceso físico o químico es diferente de la del agua resultante.
La composición isotópica del agua se expresa en la forma de desviaciones isotópicas con respecto a un patrón internacional representativo del agua del mar, que se toma como cero de la escala y que se conoce por las siglas V-SMOW (en inglés, "Vienna-Standard Mean Ocean Water"). Este patrón es utilizado por todos los laboratorios del mundo con el fin de homogeneizar los resultados de los análisis. Dichos resultados se expresan como desviación isotópica de la muestra con respecto a este patrón, la cual viene dada por la expresión siguiente:
donde R representa la relación entre el número de moléculas pesadas (moléculas del tipo DHO o 1H218O) y ligeras (1H216O) existentes en la muestra.
Uno de los factores más importantes que afectan a la composición isotópica del agua es el llamado efecto de altitud, el cual está relacionado con la temperatura atmosférica y hace que las precipitaciones que tienen lugar a cotas más altas tengan concentraciones menores de estas moléculas pesadas (aguas, isotópicamente, más ligeras y valores d más negativos). El efecto de altitud asciende, aproximadamente, a -0,25‰ por cada 100 metros de cambio de altitud para d 18O y a -2,4‰ por 100 m para dD. Debido a las características de la zona del estudio, el efecto de altitud no debe jugar un papel importante en nuestro caso, porque todas las aguas subterráneas deben proceder de precipitaciones que ocurren a una cota muy parecida.
Un segundo factor muy importante que determina en muchos casos la composición isotópica del agua es la evaporación. Debido a la mayor presión de vapor de las moléculas ligeras, éstas escapan preferentemente a la atmósfera cuando el agua experimenta evaporación y el agua residual se concentra en los isótopos pesados, dando valores d menos negativos. En el caso presente, la evaporación afecta, principalmente, al embalse. Debido a dicha evaporación, las concentraciones de las moléculas pesadas DHO y H218O aumentan en el embalse y los valores d se desplazan hacia valores menos negativos, tal como se verá más adelante.
La mayor parte de las precipitaciones y aguas meteóricas del globo tienen valores d que se ajustan a una línea recta de ecuación d D=8d 18O+10. El término 10 se llama exceso de deuterio y se usa frecuentemente como índice de evaporación del agua. Su valor se calcula por la expresión DD=dD-8d18O. Las aguas que han experimentado evaporación tienen valores del exceso de deuterio más bajos de 10.
Por otra parte, debido a los cambios térmicos experimentados por la atmósfera a lo largo del año en zonas de clima templado, las precipitaciones de invierno tienen valores d más negativos que las que tienen lugar en el resto del año. Ello hace que los lagos y embalses presenten oscilaciones estacionales de composición isotópica, las cuales dependen de los caudales que llegan a los mismos y de su composición isotópica.
De una forma general, puede afirmarse que las aguas subterráneas de una zona determinada que tienen un origen diferente tienen también una composición isotópica distinta. Generalmente, lo inverso suele ser también válido, aunque no siempre. Es decir, aguas con parecida composición isotópica pueden tener un origen diferente, dependiendo de las condiciones locales.
5.2. Resultados obtenidos e interpretación
Los isótopos estables del agua han sido analizados en diferentes momentos a lo largo del estudio con el objeto de analizar la evolución de la composición isotópica de los diferentes tipos de aguas involucradas en el mismo. Los resultados obtenidos para las muestras de agua más representativas se muestran por separado en la tabla 3. Los errores típicos de los análisis ascienden, aproximadamente, a ±0,1‰ para d 18O y ±1,5‰ para d D.
Punto de muestreo |
Mayo |
Febrero 1987 |
Febrero |
Mayo |
Diciembre
|
Lago de Managua |
1,95/8,6 |
- | - | - |
-3,63/-31,3 |
Lago de Managua
|
2,43/11,0 (8) |
- | - |
-0,08/-4,7 (20) |
-2,09/-16,2 |
Laguna Asososca (superf.) |
-5,65/-40,3 |
- |
-6,19/-41,6 |
- |
-5,23/-35,1 |
Laguna Asososca (fondo) |
-6,13/-43,3 |
- | - | - |
-5,40/-36,2 |
Pozos profundos de zona industrial |
-6,90/-48,3 -7,31/-50,6 -7,33/-48,6 |
- |
-7,33/-49,1 -6,60/-47,3 -7,41/-48,6 |
- |
-6,37/-40,4 -6,73/-46,8 -6,63/-45,6 |
Pozos zona Chiltepe |
- |
-6,75 (6) |
-7,06/-46,6 (2) |
- |
-6,92/-43,5 |
Pozos zona Las Mercedes |
- |
-7,18 (10) |
-7,31/-46,7 (2) |
- |
-7,22/-46,6 |
Pozos zona Tipitapa |
- |
-6,28 (5) |
- | - |
-6,25/-44,5 |
Los datos de la tabla 3 muestran claramente que la composición isotópica del agua del lago de Managua es completamente diferente de la que tienen las aguas subterráneas de la zona del estudio, incluyendo entre éstas el agua de la laguna de Asososca. Los valores d de signo positivo o escasamente negativos del agua de este lago se deben al enriquecimiento isotópico inherente al proceso de evaporación. Con anterioridad a la llegada del ciclón Mitch (21 de octubre a 1 de noviembre de 1998), las únicas pérdidas de agua de este lago se producían en virtud de este último proceso. En estas condiciones, los cambios de composición isotópica del agua del lago estaban gobernados por los caudales que llegaban al mismo, principalmente, a través de los ríos Sinecapa y Viejo.
Debido a que estos ríos aportan aguas con valores d más negativos que los del agua del lago (d D alrededor de –38 ‰ y d 18O alrededor de –6 ‰), estas últimas tomaban valores d más negativos en períodos de fuertes lluvias y a la inversa. Esta es también la razón del fuerte cambio de la composición isotópica del agua del lago observado entre Mayo de 1997 y Diciembre de 1999. Sin duda, este cambio se debió a la llegada al lago de grandes volúmenes de agua procedentes de las precipitaciones provocadas por el huracán Mitch. Aceptando para el volumen de agua del lago antes de este huracán un valor igual a 1010 m3, un cambio de la desviación d 18O de –0,08 ‰ a –2,09 ‰ con agua de aproximadamente –6 ‰ implica un aporte al lago de 4x109 m3 de agua. Para una superficie media de éste igual a 1050 km2, este volumen habría producido un aumento de nivel de 3,8 metros, el cual es similar al observado (unos 4 metros). El aporte de agua al lago sería algo mayor que el indicado anteriormente si se considera el enriquecimiento isotópico producido en el lago desde la finalización del ciclón hasta el momento del muestreo. Este enriquecimiento hace que, en lugar de un valor de d 18O de -2,09 ‰, deba tomarse para el cálculo un valor algo más negativo, concretamente, el que tenía el agua al finalizar el ciclón, el cual se desconoce.
Los valores más negativos de la composición isotópica del agua del lago en la zona situada frente al polígono industrial se explica, como ya se ha señalado, por el vertido de aguas residuales extraídas del acuífero local para uso industrial.
La elevada diferencia de composición isotópica del agua del lago con respecto a las aguas subterráneas de la zona hace que los isótopos estables del agua sean herramientas de gran valor para estudiar cualquier proceso de intrusión del agua de dicho lago en los campos de pozos próximos al mismo y en la laguna Asososca. Los datos de la tabla 3 indican que las aguas subterráneas de los puntos muestreados han conservado una composición isotópica, prácticamente, constante durante los últimos 15 años, lo cual demuestra la ausencia de un proceso de intrusión de agua del lago Managua. Tal como ha sido demostrado por A. Plata et al. (1994), la pequeña diferencia de composición isotópica del agua de la laguna de Asososca con respecto al resto de las aguas subterráneas analizadas se explica perfectamente por la propia evaporación del agua de ésta. La relación entre el volumen del agua almacenada en la laguna y el volumen medio anual extraído de esta última proporcionaba en 1985 un tiempo de renovación del agua de unos 400 días. La evaporación producida durante este período de tiempo justifica plenamente el cambio de composición isotópica. De igual forma, la composición isotópica menos negativa observada en la laguna en 1999 con respecto a la de años anteriores se explica por la disminución del volumen de agua extraído de la misma. Esta disminución del volumen extraído implica un tiempo de renovación más largo y, por tanto, una evaporación relativa mayor.
Por otra parte, la figura 6 muestra el diagrama que relaciona las desviaciones isotópicas d D y d 18O. Se observa que todas las muestras analizadas se ajustan, más o menos, a una línea de evaporación de pendiente igual a 6,1. Ello sugiere que todas las aguas de la zona del estudio, tanto subterráneas como superficiales, proceden de precipitaciones con una composición media que corresponde a los valores aproximados d D = -50 ‰ y d 18O = -7,5 ‰ (punto de intersección de la línea de evaporación con la línea meteórica mundial).
Figura 6. Relación entre las abundancias isotópicas d D y d 18º de las muestras de aguas subterráneas y superficiales en la zona comprendida entre el Lago de Managua y la laguna de Asososca.
Como se sabe, el tritio es isótopo del hidrógeno de número de masa 3, es decir, 3H. Pequeñas actividades de tritio, son producidas de forma natural en la alta atmósfera a partir de determinadas reacciones nucleares inducidas por los neutrones liberados en la misma por la radiación cósmica de origen extraterrestre. Este tritio natural se incorpora al ciclo del agua como precipitación en forma de agua tritiada (THO), produciendo concentraciones muy pequeñas pero que son medibles perfectamente con las técnicas de medida de que se dispone en la actualidad.
Sin embargo, durante los últimos 45 años, las precipitaciones de todo el globo y, principalmente, las del Hemisferio Norte, han contenido concentraciones de tritio muy superiores a las producidas de forma natural, debido a los ensayos nucleares realizados en la atmósfera, principalmente, durante las décadas de los años 50 y 60 (ensayos termonucleares). Este tritio ha producido el marcado natural de todas las aguas meteóricas del globo y, por tanto, también de los acuíferos donde se produce una renovación rápida del agua.
Debido al origen reciente del tritio termonuclear y al corto período de semidesintegración de este isótopo (12,43 años), el tritio se utiliza en Hidrología para identificar aguas modernas, es decir, aguas infiltradas en el subsuelo a partir del año 1952, fecha en que se iniciaron los ensayos termonucleares. Las aguas de precipitaciones anteriores a este año tendrían en la actualidad concentraciones difícilmente detectables.
6.2. Resultados obtenidos e interpretación
El tritio natural del agua fue medido en 13 muestras tomadas en 1985 y en 7 muestras tomadas en 1999. Los resultados obtenidos se presentan en la tabla 4, expresados en unidades de tritio (UT). Como se sabe, la unidad de tritio equivale a una relación T/H igual a 10-18 en número de átomos. Las equivalencias con otras unidades de radiactividad son:
1 UT = 3,1927 x 10-3 mCi/m3
1 UT = 0,11813 becquerelios/litro (Bq/l)
El error estadístico de las medidas para las muestras tomadas el año 1985 correspondiente a la desviación estándar fue de 0,8 UT, lo cual limita seriamente la validez de estos resultados.
Muestras tomadas en 1985 |
Muestras tomadas en 1999 |
||
Punto |
Concentración |
Punto |
Concentración |
Lago Managua frente al Polígono Industrial |
1,5±0,8 |
Lago de Managua |
1,46±0,17 |
Lago Managua en otros puntos (4 muestras) |
2,7±0,8 |
- | - |
L. Asososca (fondo) |
0±0,8 |
L. Asososca |
0,60±0,15 |
Pozo PPM-2 |
0±0,8 |
Pozo de zona Las Mercedes |
0,00±0,14 |
Pozo PPM-4 |
0±0,8 |
Pozo de zona Tipitapa |
0,85±0,16 |
Pozo PPM-5 |
0±0,8 |
Pozo de zona Chiltepe |
0,92±0,16 |
Pozo PP-15C |
0,3±0,8 |
- | - |
Pozo PP-21 |
0,7±0,8 |
PP-21 (Refinería) |
0,31±0,14 |
Pozo PP-69 |
0,5±0,8 |
- | - |
Pozo PE-46 |
0,7±0,8 |
- | - |
Tabla 4. Concentraciones de tritio medidas en las muestras de agua tomadas en 1985 y 1999. Valores expresados en UT.
Año |
UT |
Año |
UT |
Año |
UT |
Año |
UT |
Año |
UT |
1953 |
2,3 |
1962 |
85,7 |
1971 |
17,2 |
1980 |
4,7 |
1989 |
2,6 |
1954 |
28,6 |
1963 |
277,2 |
1972 |
12,4 |
1981 |
4,9 |
1990 |
2,3 |
1955 |
4,2 |
1964 |
161,2 |
1973 |
10,3 |
1982 |
3,4 |
1991 |
2,4 |
1956 |
13,7 |
1965 |
74,6 |
1974 |
11,8 |
1983 |
3,3 |
1992 |
2,1 |
1957 |
11,3 |
1966 |
45,7 |
1975 |
9,0 |
1984 |
4,0 |
1993 |
2,6 |
1958 |
41,6 |
1967 |
27,9 |
1076 |
7,0 |
1985 |
3,1 |
1994 |
2,8 |
1959 |
42,7 |
1968 |
20,7 |
1977 |
7,5 |
1986 |
3,0 |
1995 |
2,0 |
1960 |
14,6 |
1969 |
20,8 |
1978 |
8,0 |
1987 |
3,1 |
1996 |
1,7 |
1961 |
12,9 |
1970 |
18,7 |
1979 |
5,5 |
1988 |
2,9 |
1997 |
1,7 |
Para poder interpretar de forma correcta los valores de concentración de tritio obtenidos, es necesario conocer las concentraciones de las precipitaciones de la zona del estudio durante los últimos 45 años, es decir, desde la fecha en que se iniciaron los ensayos termonucleares a cielo abierto. No existen datos directos sobre la concentración de tritio de las precipitaciones locales. Sin embargo, éstas pueden estimarse a partir de los datos publicados por la red OIEA-OMM para estaciones próximas a la zona del estudio. El resultado de esta estimación, basado en los datos conocidos para una estación de esta red existente en El Salvador y en un modelo general válido para el Hemisferio Norte elaborado por A. Plata, se muestra en la tabla 5. Los valores indican concentraciones medias anuales de las precipitaciones válidas para el año a que se refieren. Las concentraciones referidas al momento del muestreo tienen que corregirse por desintegración radiactiva. Se observa que estas concentraciones han sido desde el año 1956 han sido superiores a unas 2 UT, incluso una vez corregidas por desintegración radiactiva.
En relación con las muestras tomadas en 1985, hay que indicar que todos los pozos se encontraban dentro del polígono industrial existente entre el lago de Managua y la laguna de Asososca. Asimismo, la muestra de lago Managua fue tomada frente a este polígono. La menor concentración de tritio encontrada en el Lago de Managua frente al polígono industrial se debe al vertido de aguas residuales de las industrias procedentes del acuífero y, por ello, con una concentración de tritio nula o muy baja. La concentración encontrada para los cuatro puntos restantes, con un valor medio de 2,7 UT, es coherente con las concentraciones de las precipitaciones medias de los años anteriores, según indican los datos de la tabla 5.
Los resultados obtenidos para las aguas subterráneas profundas, incluyendo dentro de éstas al agua de la laguna Asososca, no contenían en 1985 una proporción importante de aguas procedentes de las precipitaciones anteriores al año 1954, como refleja su nula concentración de tritio. Se trata de aguas con una conductividad próxima a 400 m S/cm y, por tanto, procedentes, exclusivamente, del acuífero profundo. Lo contrario sucede con los pozos PP-15C, PP-21, PP-69 y PE-46, donde las pequeñas concentraciones de tritio reflejan la presencia de fracciones significativas de aguas procedentes del llamado acuífero superior, lo cual es confirmado asimismo por la mayor conductividad de estas aguas.
Por lo que respecta a las muestras de agua tomadas en 1991, se observa, en primer lugar, que la concentración obtenida para el lago Managua (1,46 UT) es coherente con los datos de la tabla 5. La concentración media de las precipitaciones asociadas al huracán Mitch debe haber sido próxima al valor anterior. Lo mismo puede decirse del agua que existía en el lago con anterioridad a este huracán. En efecto, la desintegración radiactiva del tritio de las aguas de las precipitaciones de los últimos 15 años conduce a valores de concentración muy próximos a 1,5 UT.
La laguna de Asososca dio un valor de 0,60 UT, la cual indica la presencia de una fracción significativa de agua procedente de precipitaciones posteriores al año 1954 mezclada con agua de precipitaciones anteriores. En principio, puede suponerse que el componente moderno se encuentra formado por una mezcla de aguas procedentes de las precipitaciones de los últimos 20 años, es decir, de precipitaciones posteriores al año 1980. La concentración media de tritio en estas precipitaciones, corregidas por desintegración radiactiva hasta el año 2000, asciende a 1,5 UT. Por tanto, la fracción de esta agua moderna existente en la laguna sería igual a 0,6/1,5=0,4, es decir, del 40%. Lógicamente, una parte de esta agua moderna estaría aportada por las precipitaciones que tienen lugar en la pequeña cuenca de drenaje de la laguna. Pero, debido a la pequeña superficie de esta cuenca, este tiene que ser un componente minoritario. La mayor parte de esta agua moderna debe proceder de la infiltración en los niveles superiores de la formación volcánica (acuífero superior). A pesar de ello, la contribución de las aguas subterráneas someras de la zona del polígono industrial resulta insignificante, como demuestran los otros trazadores naturales del agua. Esto se explica por la permanente depresión piezométrica existente en esta zona como consecuencia de la extracción de agua para usos industriales.
Llama la atención la nula concentración de tritio encontrada en el agua del pozo del campo de Las Mercedes, lo cual indica una ausencia total de agua procedente de las precipitaciones de los últimos 45 años.
El resto de los pozos contenían concentraciones comprendidas entre 0,31 UT y 0,96 UT, indicando, como en el caso de la laguna de Asososca, la presencia de fracciones significativas de aguas procedentes de las precipitaciones posteriores al año 1954 mezcladas con aguas de edad anterior a este año.
La datación de las aguas subterráneas mediante el método del carbono-14 constituye, en la actualidad, una de las aplicaciones más extendidas y conocidas en Hidrología Isotópica. El método se basa en la incorporación de carbono-14 de fuentes atmosféricas al carbono inorgánico disuelto (DIC = CO2(aq) + HCO3- + CO32-) o a la fracción orgánica disuelta (DOC) en el agua subterránea y en la medida de la actividad residual de carbono-14 en la muestra de agua a ser datada. La premisa principal, es que, al menos una fracción del carbono disuelto recuperado en las muestras de agua subterránea, derive del CO2 atmosférico y que, una vez que el agua se infiltra en el acuífero y se interrumpe el contacto con la atmósfera, el contenido de carbono-14 decrece, entre otros factores, según la ley de desintegración radiactiva.
A efectos prácticos, la "edad" del agua subterránea corresponde al periodo de tiempo transcurrido desde que la porción de agua analizada ha estado aislada de la atmósfera o, más concretamente, desde que se produjo el último aporte de carbono-14 de origen atmosférico. Mientras que el tritio (t1/2=12,33 años) permite investigar la dinámica de aguas de hasta unos 100 años (o identificar la presencia de un componente reciente en aguas antiguas), el carbono-14 (t1/2=5760 años) posibilita la identificación de aguas recargadas en los acuíferos hace unos 40.000 años.
Sin embargo, la complejidad de la química del carbono, que permite aportes de este elemento al agua subterránea a través de diferentes mecanismos, hace que sean necesarias varias correcciones para distinguir la fracción de carbono derivado de la atmósfera o de la respiración de las plantas, del que procede de carbonatos (u otros materiales con carbono) presentes en el acuífero, y que habitualmente carecen de carbono-14. Dado que las concentraciones de carbono-13 y carbono-14 cambian de forma proporcional durante las reacciones química o de intercambio iónico, el isótopo estable del carbono mencionado ha sido utilizado como la herramienta habitual para cuantificar la fracción de carbono derivada de la interacción del agua con los materiales que forman el acuífero. Por tanto, para una caracterización correcta de la dinámica de las aguas subterráneas es necesario conocer los factores fundamentales que controlan la evolución hidroquímica del sistema, así como los procesos que modifican los contenidos de carbono-14 y carbono-13 de las aguas subterráneas.
La actividad de carbono-14 en una muestra se expresa como porcentaje de carbono moderno, (PCM) con relación a un patrón internacional denominado "Carbono Moderno", cuya actividad se define como el 95% de la actividad de carbono-14 del patrón de ácido oxálico del National Bureau of Standards (NBS) en el año 1950. Este valor corresponde aproximadamente a la actividad de carbono-14 de la madera que crecía hacia 1890, es decir, en la época en que la actividad de carbono-14 en el 14CO2 no estaba afectada de forma evidente por las emisiones de combustibles fósiles. Dicho valor equivale a, aproximadamente, 13,56 dpm/g (desintegraciones por minuto por gramo de carbono). Valores alrededor de 100 PCM corresponden a aguas recargadas en los últimos 1.000 a 2.000 años; valores superiores a 100 PCM indican la presencia de aguas de los últimos 50 años, cuando el CO2 atmosférico ha sido contaminado con carbono-14 procedente de las explosiones nucleares. Aguas subterráneas carentes de carbono-14 se han encontrado en grandes acuíferos confinados.
La abundancia natural media de carbono-13 en materiales terrestres es del orden de 1,11% frente al 98,89% de carbono-12. Al igual que con el oxígeno-18 y con el deuterio, los contenidos de carbono-13 se expresan con la notación delta, es decir, como diferencia en tanto por mil respecto a un patrón internacional, en este caso Vienna Pee Dee Belemnite (V-PDB). Por tanto, en la naturaleza pueden encontrarse valores positivos y negativos expresando el contenido de carbono-13. Valores negativos indican que la relación 13C/12C es inferior a la del patrón de referencia y lo contrario para muestras con valores positivos.
La relación 13C/12C entre los diferentes materiales varía hasta un 10% entre unos compuestos y otros como resultado de los procesos de fraccionamiento isotópico en las reacciones químicas y en los procesos de intercambio. Valores de d 13C en torno al 0 ‰ corresponden a carbonatos de origen marino (el patrón procede de un carbonato marino); valores entre 0 y –6‰ pueden encontrarse en carbonatos continentales; el CO2 atmosférico presenta hoy en día contenidos próximos a –7,5‰; y las plantas, materia orgánica y CO2 derivado de la respiración, se sitúan en un rango comprendido entre –14‰ y -29‰, siendo –25‰ el valor más habitual.
El carbono-13 es un buen trazador de la evolución del carbono en las aguas subterráneas, puesto que existe una gran diferencia en el contenido isotópico de las fases involucradas en las reacciones químicas habituales. El amplio rango de variación entre las fuentes orgánicas e inorgánicas, permite cuantificar la fracción de carbono que deriva de cada tipo de fuente.
7.2. Resultados obtenidos e interpretación
El carbono-14 y el carbono-13 han sido analizados con el fin de obtener información sobre la edad de las aguas subterráneas, donde las concentraciones de tritio eran nulas o muy bajas. Desgraciadamente, sólo pudieron analizarse dos muestras de agua, que corresponden, respectivamente, al pozo PP-2 del campo de pozos Las Mercedes y al agua del fondo de la laguna de Asososca. Los resultados obtenidos fueron los siguientes:
Muestra | Carbono-14 (% de C moderno) | d 13C en ‰ |
Pozo PP-2 | 38,0±0,8 | -6,79 |
Laguna de Asososca | 80,1±1,6 | -14,1 |
TABLA 6. Actividad de 14C y abundancia de 13C en una muestra del pozo PP-2 y otra de la Laguna de Asoscosa
Las dos muestras de agua presentan diferencias considerables en sus concentraciones de carbono-14 y carbono-13. La desviación isotópica d 13C obtenida para el agua de la laguna de Asososca refleja la presencia de una fracción elevada de carbono biogénico (aproximadamente, el 56 %), lo cual resulta coherente con un origen subterráneo del agua y una limitada evolución química. Por otra parte, como veremos a continuación, la elevada concentración de carbono-14 indica que se trata de aguas derivadas de precipitaciones recientes, lo cual explica la presencia de tritio en la muestra tomada en el año 1999.
En cambio, la desviación d 13C obtenida para el agua del pozo PP-2 indica que se trata de un agua que ha experimentado una evolución química considerable desde el momento de su infiltración. El valor tan poco negativo de esta desviación isotópica indica de forma inequívoca que la mayor parte del carbono disuelto originalmente por el agua ha sido substituido por carbono procedente de la formación rocosa que constituye el acuífero.
En condiciones diferentes a las existentes en la zona del estudio, esta substitución se explicaría por interacción con los materiales carbonatados del medio a través de reacciones de disolución, precipitación o intercambio isotópico. Sin embargo, tratándose de una zona con actividad volcánica residual y con una proporción muy escasa de rocas carbonatadas, parece más lógico admitir que el desplazamiento de la desviación isotópica d 13C hacia valores poco negativos se debe a la presencia en la zona de CO2 de origen endógeno. Lógicamente, este CO2 no contiene carbono-14 y, por ello, la concentración de este radioisótopo disminuye de forma paralela. Las edades del agua obtenidas con los datos obtenidos utilizando diferentes métodos de corrección, expresadas en años, han sido las siguientes:
Muestra | Ingerson/Pearson | Gonfiantini | Mook | Fontes | Eichinger |
PP-2 | -2800 | 500 | (Muy negativa) | (-84) | (-2760) |
Laguna Asososca | -2900 | 380 | -1500 | 561 | -3270 |
TABLA 7. Edades radiométricas (años) de las muestras de agua de la tabla 6, de acuerdo a diferentes modelos geoquímicos de evaluación del agua
Los métodos de corrección de la edad desarrollados por Mook, Fontes y Eichinger precisan para su aplicación disponer de datos sobre la composición química del agua analizada. Estos datos no existen para la muestra PP-2. Los valores de la edad calculada con estos métodos (valores entre paréntesis) han sido obtenidos suponiendo una composición química del agua igual a la de la muestra PPM-2 de la tabla 2.
Para la muestra de la laguna de Asososca, se han utilizado asimismo los datos de composición química mostrados en esta tabla. Las grandes diferencias de edad obtenidas con los diferentes métodos de corrección se explican por la imprecisión de los mismos. Generalmente, los métodos de Gonfiantini y de Fontes suelen dar edades muy elevadas. Lo contrario sucede con los métodos de Eichinger y Mook. Este último método es demasiado sensible al valor de la desviación isotópica d 13C, lo cual explica el valor tan negativo obtenido para la muestra del pozo PP-2. El método de Ingerson y Pearson es poco fiable debido a que no tiene en cuenta el intercambio isotópico entre el CO2 del suelo y los bicarbonatos disueltos en el agua.
A pesar de lo anterior, puede asegurarse que las dos muestras corresponden a aguas de infiltración reciente. Los valores de signo negativos son posibles y ocurren cuando el agua contiene carbono-14 procedente de las explosiones nucleares de los últimos 50 años. Como se sabe, la concentración de carbono-14 en el CO2 atmosférico y, por tanto, en los seres vivos en equilibrio con éste, han contenido durante este período concentraciones de este radioisótopo mucho mayores que las que había con anterioridad, llegando a alcanzar un valor próximo al 180 % del llamado carbono moderno.
Estas abundancias isotópicas de 13C y 14C son perfectamente compatibles con los resultados obtenidos en aguas de 13 pozos del acuífero de las Sierras que fueron analizadas entre 1990 y 1992 por el OIEA (Araguás et al., 1992). Excepto dos muestras, el resto de las aguas subterráneas presentan una actividad de 14C comprendida entre 85 y 100 pCM, lo que refleja la existencia de aguas recientes en toda la extensión del acuífero y por tanto un régimen de acuífero libre. Los análisis de tritio de las mismas aguas mostraron valores entorno a 0,5 –1,5 UT, corroborando estas conclusiones.
Todos estos resultados indican que el llamado acuífero de las Sierras de Managua funciona, en su conjunto, como un acuífero de recarga libre y no como un acuífero confinado con zona con recarga localizada exclusivamente en la sierra, como ha sido admitido por diversos investigadores que han estudiado la hidrogeología local.
8. CONCLUSIONESLa conclusión más importante que se deriva del estudio realizado es que las aguas subterráneas que son explotadas en los pozos existentes en las inmediaciones del lago de Managua, así como las extraídas de la laguna Asososca, no proceden, al menos en una proporción significativa, de este lago. Ello se explica por el hecho de que el fondo del lago debe encontrarse altamente colmatado por los sedimentos aportados por los ríos que desembocan en el mismo.
Debido a la fuerte evaporación, el agua del lago de Managua se encuentra altamente enriquecida en los isótopos deuterio y oxígeno-18 con respecto a las aguas subterráneas de la zona. Debido a ello, estos dos isótopos son herramientas de gran valor para identificar cualquier proceso de intrusión de agua del lago en el acuífero. El seguimiento realizado durante un período de 14 años de las distintas aguas involucradas en el estudio ha puesto de manifiesto que no existe ningún proceso en marcha de intrusión del agua del lago y que las aguas subterráneas conservan una composición isotópica constante. En el caso de la laguna de Asososca, cualquier proceso de intrusión de agua procedente del lago de Managua, que pudiera producirse en el futuro puede ser detectado varios años antes en los pozos profundos existentes en la zona. Tanto las aguas subterráneas que alimentan a la laguna de Asososca, como al campo de pozos de Las Mercedes , proceden en su mayor parte de la recarga local y no de una recarga lejana como ha sido admitido por algunos autores. Es decir, el acuífero donde se encuentran enclavados estos puntos de agua es de libre recarga. Ello implica una alta vulnerabilidad de las aguas subterráneas de la zona. Por lo que respecta a la laguna de Asososca, la ausencia de una contaminación importante procedente de las aguas subterráneas más someras de la zona ocupada por el polígono industrial se explica por la permanente depresión piezométrica producida en la misma por la extracción de agua para usos industriales. Puede esperarse que, en los casos de los campos de pozos de Chiltepe y Tipitapa, la situación sea muy parecida a la mencionada anteriormente.Anónimo (1979): Informe sobre el estudio hidrogeológico del área de las lagunas de Nejapa, Asososca y Acahualinca, Consorcio Montgomery-Santos y Heilemann-Chan, Instituto Nicaragüense de Recursos Naturales y del Ambiente (IRENA), Managua.
Aoyama, T. (1993): Mapa hidrogeológico de Managua. En: "Proyecto de abastecimiento de agua en Managua". Instituto Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados – Agencia de Cooperación Internacional del Japón.
Araguás, L., Louvat, D., López, A., Castillo, E. (1992): Estudios de hidrología isotópica de los acuíferos de Managua. Informe final del proyecto NIC/8/004. Organismo Internacional de Energía Atómica, Viena, 47 pp.
Bethune, D.N.; Farvolden, R.N.; Ryan, M.C.; López-Guzmán, A. (1996): Industrial contamination of a municipal water-supply lake induced reversal of ground-water flow, Managua, Nicaragua. Groundwater 34(4), 699-708. Kuang, J. (1971). Estudio geológico de Pacífico, Nicaragua. División Geología. Informe 3. Catastro e Inventario de Recursos Naturales; Managua, Nicaragua.
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SUMARIO | |
(*)
Licenciado en Ciencias Químicas. Jefe del Programa de Hidrología
Isotópica, Centro de Estudios de Técnicas Aplicadas (CEDEX). Ministerio
de Fomento
(**) Doctor en Ciencias Geológicas
(***) Ingeniero de Montes. Jefe de la División de Ecología
de los Sistemas Acuáticos Continentales. Centro de Estudios Hidrográficos
(CEDEX). Ministerio de Fomento
(****) Ingeniero Técnico Forestal. Centro de Estudios
Hidrográficos. (CEDEX). Ministerio de Fomento