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Domingo, 07/09/2003 Autor: TEXTO: A. ACOSTA FOTO: GONZALO CRUZ |
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«El Segura no tiene otro remedio que aguantar hasta que llegue el trasvase del Ebro» |
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[6,724 Caracteres] «No podemos garantizar el cien por cien del abastecimiento en la Mancomunidad del Taibilla. Si en octubre y noviembre no llueve, a lo mejor tendríamos que tomar medidas adicionales» MADRID. Los cortes en el suministro de agua que en las últimas semanas están viviendo los 250.000 habitantes de 23 municipios de Murcia y Alicante ante el déficit en los aportes del río Taibilla, afluente del Segura del que se nutre esta parte de la cuenca, posibilitarán que se pueda garantizar el abastecimiento hasta las esperadas lluvias de otoño. Pero por si estas lluvias no llegan, el Ministerio de Medio Ambiente empieza a barajar algunas medidas para la Mancomunidad de Canales del Taibilla, una de las dos zonas del territorio nacional (la otra son los municipios que conforman la Bahía de Cádiz) en la que este departamento tiene encomendado el abastecimiento urbano, pues en el resto es competencia de las Autonomías y los Ayuntamientos. -Con los recursos actuales del Taibilla, ¿cuánto tiempo más se puede garantizar el abastecimiento? -En este momento los municipios están recibiendo agua durante 12 horas al día que, aunque no es una situación cómoda, es garantía de abastecimiento. En un primer momento, los cortes en el suministro fueron de 8 horas al día con la previsión de que el consumo se redujera en un 20 por ciento, pero sólo conseguimos reducirlo en torno al 10 porque la gente lo que hace es llenar bañeras, depósitos, etc. Las restricciones de 12 horas teóricamente nos deberían permitir reducir el consumo a la mitad, pero en la práctica esperamos llegar al 20 por ciento. Es el objetivo que perseguimos y que nos permitiría, con los recursos que tiene en estos momentos la Mancomunidad del Taibilla, abastecer al nivel del 80 por ciento del consumo normal durante muchas semanas, hasta que llueva en octubre y noviembre. Hemos bajado el listón para aguantar más tiempo, porque lo que no podemos es garantizar el cien por cien del abastecimiento. -¿Y si las lluvias no llegan a tiempo? -Es de esperar que sí y entonces se resolvería automáticamente. Pero si en octubre y noviembre no llueve, a lo mejor tendríamos que tomar medidas adicionales como la construcción de una potabilizadora que permita aportar recursos al sistema de abastecimiento del Taibilla a lo largo del trazado. Se trataría de una pequeña potabilizadora de emergencia, es casi una potabilizadora modular, que se construye con mucha rapidez. El problema del Taibilla es que las potabilizadoras están en cabecera y, por tanto, no se pueden aprovechar otra serie de recursos que existen en la cuenca porque no hay infraestructuras para ello. -Pero la cuenca del Segura tampoco está en su mejor momento. -En otras zonas de la cuenca no es previsible que haya problemas de abastecimiento porque ahí tenemos la doble garantía de los recursos de la cuenca del Júcar y el aporte del Acueducto Tajo-Segura. La zona del Taibilla es la que es independiente, está totalmente desconectada del resto del sistema de abastecimiento, por eso su garantía es más endeble. No es sólo un problema de disponibilidad de recursos hídricos sino de tener infraestructuras que permitan utilizar esos recursos. La cuenca del Segura en su conjunto las tiene, pero la zona del Taibilla no. -¿Está previsto entonces construir esas infraestructuras en esa zona? -Sí, no estamos parados, estamos trabajando de manera muy activa para resolver esta problemática. La más inmediata es la contrucción de la infraestructura de conexión del embalse de Fuensanta, el tercero de mayor capacidad de la cuenca, con el sistema de abastecimiento del Taibilla. Está previsto licitar la obra de manera inmediata y podría entrar en funcionamiento en un año y medio. -¿Y a medio plazo? -En estos momentos hay en construcción tres desaladoras: una al lado de la ciudad de Alicante que, aunque en pruebas, ya está aportando recursos para el abastecimiento del sistema y cuya capacidad de producción total es de alrededor de 20 hectómetros cúbicos al año; una segunda planta desaladora con una capacidad de producción similar, y que ya está muy avanzada, en San Pedro del Pinatar, y hace escasas semanas acabamos de poner en marcha la construcción de una tercera planta en la zona de Campo de Cartagena, que será la mayor de España con 50 hectómetros cúbicos de producción anual para abastecimiento urbano y para fortalecer la garantía del riego en esta zona. -Aunque no peligre el abastecimiento en el resto de la cuenca, las reservas de los embalses están bajo mínimos. -El Segura en estos momentos está bajo de agua, pero está mejor de lo que estaba el año pasado en esta fecha, y el año pasado lo pasó. Lleva una situación de sequía continuada desde hace unos diez o quince años. El Plan Hidrológico de la Cuenca del Segura habla de un aporte de recursos medios del entorno de 400 hectómetros cúbicos al año, pero en los últimos años este valor se está moviendo en torno a 200. Estamos al 50 por ciento de la media de los últimos 40 ó 50 años. Pero no sólo ocurre en la cuenca del Segura, toda esa zona donde confluyen además del Segura, las cabeceras del Júcar, el Guadalquivir y también el Tajo ya no reciben tanta agua como antes. -Con esta situación, ¿el Segura puede aguantar hasta que llegue el proyectado trasvase del Ebro? -Pues sí, porque además no tiene otro remedio. Las actuaciones que he mencionado anteriormente van a permitirnos trabajar de una manera mucho más holgada, pero la solución de los déficits estructurales de la cuenca hidrográfica del Segura y de los déficits coyunturales que se repiten demasiado periódicamente en las cuencas del Júcar, Internas de Cataluña y Sur es, sin duda, el trasvase desde el río Ebro. -¿Cómo va el estudio de las alegaciones al proyecto de trasvase? ¿Se cumplirán las previsiones de su departamento? -Las alegaciones se están estudiando con todo detalle. Han sido 240.000 las recibidas, si bien es cierto que las que contienen argumentos distintos son unas 50. Estamos trabajando sobre ellas y esperamos que nos sirvan para perfeccionar todo el procedimiento que garantice que el trazado que finalmente se elija sea el óptimo, que las afecciones sean las mínimas posibles y que estén contempladas todas las medidas compensatorias y complementarias necesarias. Luego todo depende de cuándo obtengamos la Declaración de Impacto Ambiental. Mi previsión es que antes de final de año debemos estar en condiciones de tomar todas las decisiones administrativas que posibiliten que pongamos la primera piedra de la infraestructura del trasvase en el primer semestre de 2004. |
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