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Domingo, 09/03/2003 Autor: A. ACOSTA |
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La ONU alerta de una crisis mundial del agua sin precedentes si persiste la inercia de los gobernantes |
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[3,551 Caracteres] MADRID. En la actualidad 1.100 millones de personas no tienen acceso a agua potable. Sin embargo, la crisis mundial del agua «está empeorando y continuará haciéndolo, a no ser que se emprenda una acción correctiva», según el informe mundial de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo. Las cifras en que se traducirá el empeoramiento de esta crisis son alarmantes: a mediados del presente siglo, 7.000 millones de personas en 60 países sufrirán escasez de agua, en el peor de los casos, y en el mejor se tratará de 2.000 millones de personas en 48 países. Y es que las presiones sobre el sistema hidrológico aumentan al ritmo del crecimiento demográfico y del desarrollo económico, al tiempo que estimaciones recientes sugieren que el cambio climático será responsable de alrededor del 20 por ciento del incremento de la escasez global de agua. Una crisis de gestión El objetivo adoptado en el año 2000 de reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso al agua potable para 2015 queda, por tanto, demasiado lejos. El problema está, según el informe, en «la inercia de los líderes y la ausencia de una conciencia clara sobre la magnitud del problema por parte de la población mundial». Y es que la crisis del agua es ante todo una crisis de gestión, «debida a la falta de buen gobierno y de voluntad política para administrar los recursos con sensatez». Con respecto a las previsiones sobre el crecimiento de la población, «el fututo se presenta muy sombrío». Sólo entre 1970 y 1990 el abastecimiento de agua por habitante disminuyó en un tercio, y la revisión del informe de población de Naciones Unidas publicada hace escasos días refleja que en 2050 serán 8.900 millones de personas las que habitarán el planeta. Si bien se hace hincapié en que ninguna región del mundo podrá evitar las repercusiones de esta crisis que afecta a todos los aspectos de la vida, desde la salud de los niños hasta la capacidad de las naciones para alimentar a los ciudadanos, lo cierto es que los más afectados seguirán siendo los pobres, ya que el 50 por ciento de la población en los países en desarrollo está expuesta al peligro que representan las fuentes de agua contaminadas. Teniendo en cuenta que a diario se vierten dos millones de toneladas de desechos en ríos, lagos y arroyos y que un litro de agua residual contamina unos ocho litros de agua dulce, se estima que hay unos 12.000 kilómetros cúbicos de agua contaminada en el mundo entero, es decir, una cantidad superior a la que contienen las diez cuencas fluviales más grandes del mundo en cualquier época del año. El agua hace la riqueza Publicado en vísperas del tercer Foro Mundial del Agua (a partir del 16 de marzo en Japón), el informe clasifica más de 180 países y territorios en función de la cantidad de recursos renovables de agua disponibles por habitante. Entre los más pobres en agua están Kuwait (10 metros cúbicos anuales por habitante), la franja de Gaza (52 m3) y los Emiratos Árabes Unidos (58). En un mundo globalizado como en el que vivimos, resolver la crisis del agua es sólo uno de los desafíos a los que se enfrenta la humanidad en este tercer milenio. Sin embargo, las palabras del director de la Unesco, Koichiro Matsuura, son claras: «De todas las crisis sociales y naturales que debemos afrontar los seres humanos, la de los recursos hídricos es la que más afecta a nuestra supervivencia». |
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