Los alimentos y la agricultura son con diferencia los principales consumidores de agua. Ambos requieren una cantidad de agua 1000 veces superior a la que consumimos para beber y unas 100 veces superior a la que utilizamos para satisfacer nuestras necesidades personales básicas. Más del 70% del agua extraída de ríos y acuíferos se destina al regadío. ¿Cuál es la situación de la producción alimentaria en el planeta? ¿Cómo aumentar su rendimiento sin ser una amenaza para el medio ambiente? ¿Cuáles son las contribuciones de la agricultura de secano, la agricultura de regadío y la pesca? ¿Qué rol desempeña el mercado? ¿Cuál es la relación entre seguridad alimentaria y pobreza? Todas estas preguntas son abordadas en la publicación. Sin embargo, todavía cabe plantear pregunta de si alcanzaremos el desafío de saciar el hambre en el mundo siendo más eficientes y productivos en nuestra utilización del agua, respetando la base del recurso y las demandas de los sectores en competencia.