La recuperación de la Ribera del Marco logra su primera aprobación de impacto ambiental
Vie, 09/12/2011
Primer paso importante para un proyecto largamente esperado por la ciudad. La integración de la Ribera del Marco como espacio recreativo y libre de contaminación de aguas residuales ya tiene el visto bueno a su evaluación de impacto ambiental.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó ayer la resolución del Ministerio de Medio Ambiente que afecta a la primera fase del proyecto de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), el que abarca la zona comprendida entre Puente Vadillo (cercano a la intersección que deriva el tráfico hacia San Blas) y el cruce con la carretera de Trujillo.
En este espacio, la CHT se propone eliminar la contaminación de aguas fecales del arroyo, que actualmente impide incluso utilizar la lámina de agua de la Ribera para labores de riego de la huertas aledañas. Para ello, se plantea un nuevo sistema de colectores, que trasladaría las aguas residuales a la depuradora norte y «dejaría el arroyo libre de vertidos directos para recuperar el estado de salubridad necesario», asegura el proyecto, que concreta tres niveles de intervención.
El primero consistirá en sustituir el actual encauzamiento de hormigón y el colector de saneamiento que discurre aledaño por un canal exclusivo para el cauce, que además tendría un carácter «naturalizado, con paredes en escollera y lecho natural, de 612 metros de longitud». Es decir, adiós al hormigón.
El segundo sería la nueva red de saneamiento, separada del cauce.
Un colector de aguas residuales nuevo y subterráneo, bajo la calzada de la actual carretera (Ronda del Puente de Vadillo), durante casi un kilómetro, 982 metros.
La tercera intervención tendría que ver con el uso recreativo y cultural que se le desea conceder a esta parte de la ciudad. La CHT prevé una mejor ordenación de la Ronda, «lo que permitirá obtener acerados mejor condicionados, así como la inclusión de un carril bici y un paseo peatonal para potenciar actividades deportivas en la zona».
En cualquier caso, el tráfico de esta carretera deberá ser desviado para permitir la instalación del colector subterráneo.
La Confederación del Tajo y el Ayuntamiento de Cáceres suscribieron hace justamente cuatro años, en diciembre de 2007, un protocolo en el que se comprometían a colaborar en el proyecto. Su financiación ronda los seis millones de euros, aportados en un 75 por ciento por fondos europeos, aunque el actual momento económico y la programación de recortes puede generar incertidumbre al respecto.
El protocolo fue una manera de recuperar esta actuación, anunciada por primera vez como un «corredor verde» para Cáceres en el año 2002, dentro de un programa medioambiental para la recuperación de los márgenes y riberas de los ríos que afectan a la cuenca del Tajo. El Ayuntamiento, entonces regido por José María Saponi, pidió su inclusión y la CHT lo autorizó. Con anterioridad, en 1999, el Consistorió llegó a convocar un concurso de En este tiempo, se han celebrado jornadas técnicas y de debate. Ahora, el Ministerio ha consultado el proyecto presentado por al CHT con 13 organismos y entidades, de las que nueve opinaron al respecto. De este proceso se ha concluido la necesidad de salvarguardar un asentamiento arqueológico denominado 'Yacimiento 20', así como la adopción de medidas preventivas para no perjudicar a especies como el cernícalo primilla. ideas para hacer de la Ribera del Marco un espacio de expansión y recreo, integrado en el tejido urbano de Cáceres, pero manteniendo la riqueza etnográfica y ambiental que significa.
Así se ha llegado hasta el presente año. El pasado mes de enero, el Ministerio recibió la documentación ambiental, que afecta, en cualquier caso, solo a uno de los cuatro tramos que se pueden diferenciar en la Ribera, desde Vegas del Mocho hasta la Charca Musia, y para cuya recuperación integral se requieren entre 18 y 50 millones de euros, dependiendo de las expropiaciones necesarias.
Ahora, de lo que se trata es de lograr la naturalización del cauce, la sustitución del colector superficial y la ordenación de la carretera. El Ayuntamiento ha condicionado a que la zona ocupada por las huertas «sea terreno vedado para actuación que se pretende acometer», señala la CHT, que pone mucho enfásis en la necesidad de acabar con los problemas por «contaminación de aguas residuales».
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó ayer la resolución del Ministerio de Medio Ambiente que afecta a la primera fase del proyecto de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), el que abarca la zona comprendida entre Puente Vadillo (cercano a la intersección que deriva el tráfico hacia San Blas) y el cruce con la carretera de Trujillo.
En este espacio, la CHT se propone eliminar la contaminación de aguas fecales del arroyo, que actualmente impide incluso utilizar la lámina de agua de la Ribera para labores de riego de la huertas aledañas. Para ello, se plantea un nuevo sistema de colectores, que trasladaría las aguas residuales a la depuradora norte y «dejaría el arroyo libre de vertidos directos para recuperar el estado de salubridad necesario», asegura el proyecto, que concreta tres niveles de intervención.
El primero consistirá en sustituir el actual encauzamiento de hormigón y el colector de saneamiento que discurre aledaño por un canal exclusivo para el cauce, que además tendría un carácter «naturalizado, con paredes en escollera y lecho natural, de 612 metros de longitud». Es decir, adiós al hormigón.
El segundo sería la nueva red de saneamiento, separada del cauce.
Un colector de aguas residuales nuevo y subterráneo, bajo la calzada de la actual carretera (Ronda del Puente de Vadillo), durante casi un kilómetro, 982 metros.
La tercera intervención tendría que ver con el uso recreativo y cultural que se le desea conceder a esta parte de la ciudad. La CHT prevé una mejor ordenación de la Ronda, «lo que permitirá obtener acerados mejor condicionados, así como la inclusión de un carril bici y un paseo peatonal para potenciar actividades deportivas en la zona».
En cualquier caso, el tráfico de esta carretera deberá ser desviado para permitir la instalación del colector subterráneo.
La Confederación del Tajo y el Ayuntamiento de Cáceres suscribieron hace justamente cuatro años, en diciembre de 2007, un protocolo en el que se comprometían a colaborar en el proyecto. Su financiación ronda los seis millones de euros, aportados en un 75 por ciento por fondos europeos, aunque el actual momento económico y la programación de recortes puede generar incertidumbre al respecto.
El protocolo fue una manera de recuperar esta actuación, anunciada por primera vez como un «corredor verde» para Cáceres en el año 2002, dentro de un programa medioambiental para la recuperación de los márgenes y riberas de los ríos que afectan a la cuenca del Tajo. El Ayuntamiento, entonces regido por José María Saponi, pidió su inclusión y la CHT lo autorizó. Con anterioridad, en 1999, el Consistorió llegó a convocar un concurso de En este tiempo, se han celebrado jornadas técnicas y de debate. Ahora, el Ministerio ha consultado el proyecto presentado por al CHT con 13 organismos y entidades, de las que nueve opinaron al respecto. De este proceso se ha concluido la necesidad de salvarguardar un asentamiento arqueológico denominado 'Yacimiento 20', así como la adopción de medidas preventivas para no perjudicar a especies como el cernícalo primilla. ideas para hacer de la Ribera del Marco un espacio de expansión y recreo, integrado en el tejido urbano de Cáceres, pero manteniendo la riqueza etnográfica y ambiental que significa.
Así se ha llegado hasta el presente año. El pasado mes de enero, el Ministerio recibió la documentación ambiental, que afecta, en cualquier caso, solo a uno de los cuatro tramos que se pueden diferenciar en la Ribera, desde Vegas del Mocho hasta la Charca Musia, y para cuya recuperación integral se requieren entre 18 y 50 millones de euros, dependiendo de las expropiaciones necesarias.
Ahora, de lo que se trata es de lograr la naturalización del cauce, la sustitución del colector superficial y la ordenación de la carretera. El Ayuntamiento ha condicionado a que la zona ocupada por las huertas «sea terreno vedado para actuación que se pretende acometer», señala la CHT, que pone mucho enfásis en la necesidad de acabar con los problemas por «contaminación de aguas residuales».