La Operación Siluro de la Guardia Civil, dirigida a la vigilancia de actividades de pesca y navegación ilegal en los embalses aragoneses, concluyó el pasado mes de noviembre con 457 denuncias. Esto supone un aumento del 18% respecto al 2009, el último año en el que se ofrecieron datos, aunque fuentes del Instituto Armado explicaron que las infracciones en el 2010 rondaban las mismas cifras que este, tras el espectacular aumento del 50% de hace dos años. Los embalses controlados han sido La Sotonera, Mequinenza, Santa Ana, Canelles y Barasona.

La mayoría de las infracciones detectadas (255) han sido contra la Ley de Pesca, gran parte de las mismas en el embalse de Mequinenza. El uso del rejón, un aparejo de pesca ilegal que hace que los peces salgan vivos, ha sido uno de los motivos fundamentales de las denuncias, seguido por el exceso de cupo permitido en la pesca y la captura de peces demasiado pequeños.

En segundo lugar se sitúan las infracciones a la Ley de Navegación y Embarcaciones, con 104 denuncias, fundamentalmente por embarcaciones sin autorización ni seguro o usuarios sin titulación. Gran parte de ellos son al parecer alemanes y austriacos, que eligen Aragón para practicar su deporte favorito. Contra la Ley de Aguas ha habido 30 denuncias. En la operación han intervenido los equipos del Seprona de Huesca, Fraga, Monzón y Graus, conjuntamente con el Grupo de Actividades Subacuaticas.