La planta potabilizadora de Berbes, la construida por el Estado en compensación por la pérdida de los antiguos manantiales riosellanos tras la perforación del túnel del Fabar de la Autovía del Cantábrico, podría entrar en servicio a lo largo del año que viene. Ése es el propósito que se ha marcado el actual equipo de gobierno municipal. Parece que los problemas económicos y legales existentes para la adjudicación de su mantenimiento van camino de salvarse.

En un principio, el servicio de intervención del Ayuntamiento de Ribadesella se oponía a una adjudicación directa a la empresa que gestiona el servicio municipal del agua, Aquagest. Proponía sacarla a concurso, a lo que se negaron los anteriores mandatarios locales para evitar conflictos competenciales futuros entre diferentes empresas. Posteriormente, el Ayuntamiento también consideró «desmesurado» el dinero reclamado por Aquagest para el mantenimiento anual de la instalación. Sin embargo, parece que el acuerdo está cada vez más cerca y que la planta potabilizadora echará a andar a lo largo de 2012. Antes habrá que revisar unas instalaciones que llevan más de un lustro concluidas. Alguna maquinaria podría estar averiada por falta de mantenimiento en todo ese tiempo.

La puesta en marcha de la potabilizadora de Berbes podría traer consigo la incorporación a la red general de abastecimiento de dos nuevos núcleos rurales, los de Torre y Berbes. Su entrada en servicio permitirá utilizar los nuevos manantiales y mejorar la calidad del agua que se suministra al barrio de la playa y localidades que se encuentran en su cuenca.

Así se pondrá punto final a la turbidez que se origina en muchas ocasiones, un problema también presente en el resto del casco urbano y barrio del Cobayu, zonas abastecidas por el sistema procedente de Fríes-Santianes. Éste quedará resuelto con la entrada en servicio del nuevo depósito regulador de Santianes, que se inaugura hoy.