Una investigación de la UPV aconseja derribar azudes
Jue, 12/01/2012
Una investigación de la Universidad Politécnica de Valencia ha desarrollado un modelo predictivo que demuestra científicamente la incidencia de los azudes en poblaciones de especies nativas en los ríos mediterráneos.
El informe llega en plena polémica, con el Ministerio de Medio Ambiente, organizaciones ecologistas y colectivos sociales vinculados al agua y el medio ambiente pidiendo y dedicando recursos públicos para el derribo de los azudes fuera de uso y que confronta con los intereses de otros colectivos que reclaman la protección de los azudes en ríos como el Vinalopó, el Serpis o el Júcar.
El equipo del Instituto de Investigación para la Gestión Integrada de Zonas Costeras (IGIC) de la Universidad Politécnica de Valencia en el Campus de Gandia ha diseñado un modelo predictivo que permite evaluar las actuaciones de restauración en los ríos mediterráneos alterados antes de acometerlas y decidir así las más eficientes.
El modelo demuestra el «importante efecto» de la eliminación de obstáculos artificiales para la conservación de las especies autóctonas de peces.
Según el investigador Francisco Martínez Capel las actuaciones correctoras son «especialmente importante en cuencas de clima mediterráneo, donde los impactos humanos amenazan con la extinción de numerosas especies nativas».
La investigadora Esther Julia Olaya subraya que las simulaciones han demostrado que el numero de peces nativos «aumenta a medida que se incrementa la distancia libre de obstáculos artificiales».
«Independientemente de su tamaño, las obras hidráulicas actúan como barreras físicas que dificultan los movimientos migratorios de los peces; también afectan a la transferencia de sedimentos, la dispersión de vegetación y favorecen la diseminación de de organismos foráneos de carácter invasor con influencia negativa sobre la fauna y flora autóctona», añadió.
Medio Ambiente inició un plan para eliminar azudes fuera de uso cuestionado por grupos de defensa del patrimonio.
El informe llega en plena polémica, con el Ministerio de Medio Ambiente, organizaciones ecologistas y colectivos sociales vinculados al agua y el medio ambiente pidiendo y dedicando recursos públicos para el derribo de los azudes fuera de uso y que confronta con los intereses de otros colectivos que reclaman la protección de los azudes en ríos como el Vinalopó, el Serpis o el Júcar.
El equipo del Instituto de Investigación para la Gestión Integrada de Zonas Costeras (IGIC) de la Universidad Politécnica de Valencia en el Campus de Gandia ha diseñado un modelo predictivo que permite evaluar las actuaciones de restauración en los ríos mediterráneos alterados antes de acometerlas y decidir así las más eficientes.
El modelo demuestra el «importante efecto» de la eliminación de obstáculos artificiales para la conservación de las especies autóctonas de peces.
Según el investigador Francisco Martínez Capel las actuaciones correctoras son «especialmente importante en cuencas de clima mediterráneo, donde los impactos humanos amenazan con la extinción de numerosas especies nativas».
La investigadora Esther Julia Olaya subraya que las simulaciones han demostrado que el numero de peces nativos «aumenta a medida que se incrementa la distancia libre de obstáculos artificiales».
«Independientemente de su tamaño, las obras hidráulicas actúan como barreras físicas que dificultan los movimientos migratorios de los peces; también afectan a la transferencia de sedimentos, la dispersión de vegetación y favorecen la diseminación de de organismos foráneos de carácter invasor con influencia negativa sobre la fauna y flora autóctona», añadió.
Medio Ambiente inició un plan para eliminar azudes fuera de uso cuestionado por grupos de defensa del patrimonio.