Científicos españoles definen un método para calcular el riesgo de inundación
Mié, 15/02/2012
Un grupo de investigadores españoles ha dado con un nuevo método para identificar el peligro de inundaciones según el pasado remoto de la zona en estudio. El trabajo, encabezado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), ha descubierto las "avenidas del pasado" del agua que todavía pueden seguir siendo una amenaza.
El sistema cuenta con la incorporación de nuevas disciplinas geológica como la paleohidrología y la dendrogeomorfología, que recoge la información de las raíces, troncos y ramas de los árboles en llanuras de inundación. Y con la definición del "calado crítico", más utilizado, para determinar con qué frecuencia y magnitud pueden repetirse eventos catastróficos relacionados con precipitaciones, inundaciones y deshielo en áreas donde no suelen guardarse series de datos suficientemente largas para calcular periodos de retorno fiables.
El "calado crítico" determina los lugares donde en el pasado se produjeron cascadas en el torrente debido a saltos del lecho o estrechamientos bruscos y con cálculos matemáticos se localiza el punto exacto donde el riesgo puede repetirse.
Una nota de prensa del IGME sobre la investigación destaca su publicación en la revista especializada "Water Resources Research", aplaudida por la Unión Geofísica Americana entre más de 480 artículos estudiados en 2011.
Los cálculos de los investigadores españoles permiten obtener resultados exactos del caudal de esas "avenidas", su profundidad y velocidad del agua y considerar la presencia de bloques, cantos y arenas que se arrastran en este tipo de eventos torrenciales, a menudo, dicen, causantes de daños materiales y pérdida de vidas.
El equipo, dirigido por el hidrólogo del IGME Andrés Díez, cuenta con expertos de "clarísimo carácter multi y pluridisciplinar", sostiene el Instituto, que identifica en el grupo a geólogos, ingenieros de minas, ingenieros de montes, ingenieros civiles, físicos, geógrafos y ambientólogos, en campos de especialización complementarios como la geomorfología, hidrología, dendrocronología, botánica, hidráulica y geoestadística.
Entre los resultados y beneficios del proyecto distinguen, además de la contribución a la divulgación científicas, su utilidad para instituciones y entidades implicadas en la gestión de riesgos, para la ordenación territorial y urbanística y protección civil y ciudadana.
El estudio determina que las "avenidas torrenciales", son uno de los fenómenos naturales con mayor capacidad destructiva y de transformación repentina de un territorio, por los importantes caudales punta asociados, la elevada velocidad de su corriente y la considerable carga sólida que suelen transportar.
Interferir con su ámbito de actuación con actividades humanas, recuerda, genera situaciones de riesgo que se han convertido en algunos de los principales desastres y catástrofes de la historia, como la inundación del camping Las Nieves, en Biescas (1996), que dejó 87 muertos y 183 heridos, y otras internacionales de similares consecuencias. El método se ha aplicado con éxito en la reconstrucción de la inundación del 17 de diciembre de 1997 en el arroyo Cabrera en la Sierra del Valle de la Sierra de Gredos (Navaluenga, Ávila).
El sistema cuenta con la incorporación de nuevas disciplinas geológica como la paleohidrología y la dendrogeomorfología, que recoge la información de las raíces, troncos y ramas de los árboles en llanuras de inundación. Y con la definición del "calado crítico", más utilizado, para determinar con qué frecuencia y magnitud pueden repetirse eventos catastróficos relacionados con precipitaciones, inundaciones y deshielo en áreas donde no suelen guardarse series de datos suficientemente largas para calcular periodos de retorno fiables.
El "calado crítico" determina los lugares donde en el pasado se produjeron cascadas en el torrente debido a saltos del lecho o estrechamientos bruscos y con cálculos matemáticos se localiza el punto exacto donde el riesgo puede repetirse.
Una nota de prensa del IGME sobre la investigación destaca su publicación en la revista especializada "Water Resources Research", aplaudida por la Unión Geofísica Americana entre más de 480 artículos estudiados en 2011.
Los cálculos de los investigadores españoles permiten obtener resultados exactos del caudal de esas "avenidas", su profundidad y velocidad del agua y considerar la presencia de bloques, cantos y arenas que se arrastran en este tipo de eventos torrenciales, a menudo, dicen, causantes de daños materiales y pérdida de vidas.
El equipo, dirigido por el hidrólogo del IGME Andrés Díez, cuenta con expertos de "clarísimo carácter multi y pluridisciplinar", sostiene el Instituto, que identifica en el grupo a geólogos, ingenieros de minas, ingenieros de montes, ingenieros civiles, físicos, geógrafos y ambientólogos, en campos de especialización complementarios como la geomorfología, hidrología, dendrocronología, botánica, hidráulica y geoestadística.
Entre los resultados y beneficios del proyecto distinguen, además de la contribución a la divulgación científicas, su utilidad para instituciones y entidades implicadas en la gestión de riesgos, para la ordenación territorial y urbanística y protección civil y ciudadana.
El estudio determina que las "avenidas torrenciales", son uno de los fenómenos naturales con mayor capacidad destructiva y de transformación repentina de un territorio, por los importantes caudales punta asociados, la elevada velocidad de su corriente y la considerable carga sólida que suelen transportar.
Interferir con su ámbito de actuación con actividades humanas, recuerda, genera situaciones de riesgo que se han convertido en algunos de los principales desastres y catástrofes de la historia, como la inundación del camping Las Nieves, en Biescas (1996), que dejó 87 muertos y 183 heridos, y otras internacionales de similares consecuencias. El método se ha aplicado con éxito en la reconstrucción de la inundación del 17 de diciembre de 1997 en el arroyo Cabrera en la Sierra del Valle de la Sierra de Gredos (Navaluenga, Ávila).