Agua: la hora de las soluciones
Jue, 22/03/2012
La semana pasada tuvo lugar en Marsella el 6º Foro Mundial del Agua con el lema «Time for Solutions» -La hora de las soluciones-. Un gran acontecimiento mundial que congregó a unas 20.000 personas entre gobiernos, instituciones, empresas, científicos y ONG venidos de todos los países. Gran parte de las ponencias presentadas en este importante evento han versado sobre la distribución de agua en el Tercer Mundo, un problema muy grave todavía por resolver. Sin embargo, cabe preguntarnos cómo en España, que forma parte del grupo de naciones más desarrolladas del planeta, el reparto justo y equitativo del agua sigue siendo todavía un problema en la actualidad. No se puede olvidar que una parte de nuestro territorio nacional, como la cuenca del Segura, no tiene ni lo mínimo para un «normal desarrollo» que se estima según las Naciones Unidas en 1000 metros cúbicos por habitante y año. Y es que los datos son tozudos y demuestran que tanto en nuestro país -con 3.000 metros cúbicos de agua por persona y año- como en el resto del mundo -con 7.000- hay recursos suficientes para una correcta distribución y satisfacción de todas las necesidades, pese a lo cual la cuenca del Segura apenas alcanza los 600. España, en los últimos años, ha progresado espectacularmente y dispone de buenas infraestructuras: autopistas, trenes de alta velocidad, aeropuertos, etc, realizadas con el esfuerzo de todos los españoles. Pero mientras, en materia hidráulica, ha habido un gran estancamiento, cuando no un retroceso. Así lo reconocían hace unos días también, en el 6º Congreso Nacional de Ingeniería Civil (Valencia Febrero 2012), los mayores expertos de las empresas españolas de ingeniería que diseñan y construyen infraestructuras en todo el mundo con reconocido prestigio y que concluían: «El asunto del agua en España es urgente, no puede esperar». Había un gran Plan Hidrológico Nacional en el año 2001. Este Plan se basaba en los estudios realizados por las distintas administraciones en los años anteriores. Su planteamiento era atender las necesidades de toda España gestionando sus recursos hídricos con eficiencia, respeto a la naturaleza y de acuerdo con el principio de solidaridad. Y de acuerdo con criterios técnicos se plantearon medidas de gestión moderna y por supuesto las infraestructuras correspondientes.
Pero hubo un cambio político y con un espíritu nacionalista se sustituyó técnica por ideología y demagogia. El resultado es evidente: un paso atrás. Y eso se manifiesta de forma especial en las zonas de escasez estructural del recurso agua, donde la situación se deteriora día a día y los problemas se agravan sin solución. Hay que volver otra vez a la técnica y la racionalidad y sobre todo no olvidar el principio de «solidaridad», un derecho y un deber de los españoles y la «soldadura» necesaria para «constituir» España. Precisamente el texto constitucional establece el mandato: «Los poderes públicos velarán por la utilización racional de los recursos naturales -el agua es el principal- [?] apoyándose en la solidaridad colectiva». Toda España debe ser consciente que si una parte tiene una dificultad insalvable por sus propios medios -donde no llueve no hay agua-, debe acudir en su ayuda compartiendo esfuerzos y recursos. Se abre un nuevo tiempo para las políticas del agua, un tiempo difícil marcado por una crisis. Pero quizás por eso hay que hacer un esfuerzo todavía mayor para que sea la hora de las soluciones. España lo necesita. En el día Mundial del Agua es preciso recordarlo.
Miguel Ángel Ródenas
Presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura
Pero hubo un cambio político y con un espíritu nacionalista se sustituyó técnica por ideología y demagogia. El resultado es evidente: un paso atrás. Y eso se manifiesta de forma especial en las zonas de escasez estructural del recurso agua, donde la situación se deteriora día a día y los problemas se agravan sin solución. Hay que volver otra vez a la técnica y la racionalidad y sobre todo no olvidar el principio de «solidaridad», un derecho y un deber de los españoles y la «soldadura» necesaria para «constituir» España. Precisamente el texto constitucional establece el mandato: «Los poderes públicos velarán por la utilización racional de los recursos naturales -el agua es el principal- [?] apoyándose en la solidaridad colectiva». Toda España debe ser consciente que si una parte tiene una dificultad insalvable por sus propios medios -donde no llueve no hay agua-, debe acudir en su ayuda compartiendo esfuerzos y recursos. Se abre un nuevo tiempo para las políticas del agua, un tiempo difícil marcado por una crisis. Pero quizás por eso hay que hacer un esfuerzo todavía mayor para que sea la hora de las soluciones. España lo necesita. En el día Mundial del Agua es preciso recordarlo.
Miguel Ángel Ródenas
Presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura