GLASS 2012 alerta del riesgo de retraso en los servicios de saneamiento y suministro de agua en el mundo
Vie, 13/04/2012
Si bien el acceso al agua, saneamiento e higiene ha mejorado considerablemente en todo el mundo, la cobertura de estos servicios podría rezagarse si no se obtienen los recursos adecuados para mantener las actividades de rutina, advierte el Análisis y evaluación mundial del abastecimiento de agua potable y saneamiento 2012 (GLAAS) de ONU-Agua, presentado hoy por la OMS y ONU-Agua.
El informe hace un llamamiento para obtener recursos adicionales y más específicos, especialmente para las actividades de rutina y el mantenimiento de los sistemas y servicios existentes.
"Desde su creación en 2007, GLAAS de ONU-Agua ha conquistado un lugar entre los programas de seguimiento e información en materia de agua, saneamiento e higiene y el informe se utiliza cada vez más como base para una toma de decisiones mejor informada", señala Michel Jarraud, Presidente de ONU- Agua y Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial. "Esto se debe al reconocimiento de que la escasez de información en materia de saneamiento y las políticas nacionales relacionadas con el agua potable, la financiación y los recursos humanos, representa un importante obstáculo para el progreso".
El informe GLAAS presenta los datos recibidos de 74 países en vías de desarrollo, respecto a los 43 en el informe de 2010, y de 24 organismos bilaterales y multilaterales que cubren el 90% de los recursos mundiales de la asistencia oficial para el desarrollo. Junto con la falta crónica de técnicos y mano de obra calificada, los países señalan la insuficiencia de personal asignado a la operación y mantenimiento de la infraestructura de saneamiento y agua potable. Los datos indican que los recursos asignados podrían no ser suficientes para financiar las actividades de rutina y mantenimiento. Por ejemplo, uno de cada tres países destaca que los ingresos son insuficientes para cubrir los costos de operación de los operadores de servicios en zonas urbanas. Solo el 7% de la ayuda externa se dirige al mantenimiento de los servicios. Todos estos factores ponen en peligro la sostenibilidad de los sistemas de agua y saneamiento en muchos países.
A pesar de la crisis financiera mundial, el total de la ayuda para el desarrollo destinado a los servicios de saneamiento y agua potable aumentó un 3% entre 2008 y 2010, elevándose a 7.800 millones de USD (dólares americanos). Sin embargo, solo la mitad de esa cifra se destina a las regiones donde vive el 70% de la población mundial que no recibe estos servicios: el África subsahariana, Asia meridional y Asia sudoriental. Hay poca consonancia entre la ayuda y las prioridades de los países, y se destina a agua potable, saneamiento e higiene menos del 5% de los desembolsos realizados actualmente a través del apoyo al presupuesto de este sector.
"En última instancia, este informe versa sobre la optimización de los instrumentos que tenemos en todos los sectores que contribuyen al progreso en materia de agua y saneamiento para asegurar la prevención primaria de una importante causa mundial de muerte: las enfermedades diarreicas ", señala la Dra. María Neira, Directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS. "Las importantes conquistas realizadas necesitan consolidarse con urgencia mediante inversión en los servicios de agua y el fortalecimiento de los recursos financieros y humanos para garantizar un mayor progreso en el suministro de agua potable y saneamiento básico".
Hay voluntad política y todos los países han tomado algún tipo de compromiso político o financiero con los servicios de saneamiento y agua potable desde 2010. La gran mayoría ha fijado unos objetivos nacionales con transparencia y ha establecido procesos de planificación y coordinación. Sin embargo, en muchos casos, la voluntad política aún no ha creado el entorno propicio necesario para estimular el progreso, y la planificación no cuenta con el sustento de una información y unos datos adecuados. A pesar de los impresionantes logros mundiales, casi todos los países se están quedando cortos en el cumplimiento de sus propios compromisos nacionales, con el 83% y el 70% de los países rezagados, según informan, respecto a las tendencias necesarias para alcanzar sus objetivos nacionales establecidos de acceso a saneamiento y agua potable respectivamente.
Casi el 80% de los países reconoce el derecho al agua, y algo más de la mitad de ellos el derecho al saneamiento. Hacer efectivos los derechos al agua y al saneamiento puede contribuir a dirigir recursos a la población no atendida y evitar la discriminación en la prestación de los servicios de agua, saneamiento e higiene. Sin embargo, solo uno de cada cinco países aplica los criterios de equidad en la asignación de fondos para el saneamiento de forma coherente y una tercera parte aplica los criterios de equidad en inversiones en agua potable.
Más allá de 2015 y del período para el cumplimiento de los ODM, cumplir nuevos objetivos relacionados con la meta del acceso universal al agua potable y al saneamiento necesitará la concertación de las actividades y la asignación de enormes recursos. Puede ser tan importante ocuparse de la gestión eficaz de los activos para sostener los servicios como trabajar en la creación de nuevas infraestructuras. Con el fin de orientar y utilizar los escasos recursos con mayor eficacia resulta necesario entender mejor lo que se está haciendo y quién lo hace y determinar los insumos críticos que conducen al éxito. Los informes GLAAS se utilizan cada vez más como instrumento para tomar decisiones más informadas y están asumiendo el reto de poner a disposición la información necesaria, en particular con el desarrollo de metodologías para hacer un seguimiento de los flujos financieros y para evaluar la demanda de personas con las calificaciones adecuadas.
GLAAS es un informe de ONU-Agua, coordinado por la Organización Mundial de la Salud. El informe da seguimiento a los insumos necesarios para ampliar y mantener los sistemas de agua, saneamiento e higiene. Basándose en los resultados del Programa conjunto OMS/UNICEF de seguimiento para el abastecimiento de agua y saneamiento, GLAAS analiza las razones básicas del éxito o del fracaso.
El informe hace un llamamiento para obtener recursos adicionales y más específicos, especialmente para las actividades de rutina y el mantenimiento de los sistemas y servicios existentes.
"Desde su creación en 2007, GLAAS de ONU-Agua ha conquistado un lugar entre los programas de seguimiento e información en materia de agua, saneamiento e higiene y el informe se utiliza cada vez más como base para una toma de decisiones mejor informada", señala Michel Jarraud, Presidente de ONU- Agua y Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial. "Esto se debe al reconocimiento de que la escasez de información en materia de saneamiento y las políticas nacionales relacionadas con el agua potable, la financiación y los recursos humanos, representa un importante obstáculo para el progreso".
El informe GLAAS presenta los datos recibidos de 74 países en vías de desarrollo, respecto a los 43 en el informe de 2010, y de 24 organismos bilaterales y multilaterales que cubren el 90% de los recursos mundiales de la asistencia oficial para el desarrollo. Junto con la falta crónica de técnicos y mano de obra calificada, los países señalan la insuficiencia de personal asignado a la operación y mantenimiento de la infraestructura de saneamiento y agua potable. Los datos indican que los recursos asignados podrían no ser suficientes para financiar las actividades de rutina y mantenimiento. Por ejemplo, uno de cada tres países destaca que los ingresos son insuficientes para cubrir los costos de operación de los operadores de servicios en zonas urbanas. Solo el 7% de la ayuda externa se dirige al mantenimiento de los servicios. Todos estos factores ponen en peligro la sostenibilidad de los sistemas de agua y saneamiento en muchos países.
A pesar de la crisis financiera mundial, el total de la ayuda para el desarrollo destinado a los servicios de saneamiento y agua potable aumentó un 3% entre 2008 y 2010, elevándose a 7.800 millones de USD (dólares americanos). Sin embargo, solo la mitad de esa cifra se destina a las regiones donde vive el 70% de la población mundial que no recibe estos servicios: el África subsahariana, Asia meridional y Asia sudoriental. Hay poca consonancia entre la ayuda y las prioridades de los países, y se destina a agua potable, saneamiento e higiene menos del 5% de los desembolsos realizados actualmente a través del apoyo al presupuesto de este sector.
"En última instancia, este informe versa sobre la optimización de los instrumentos que tenemos en todos los sectores que contribuyen al progreso en materia de agua y saneamiento para asegurar la prevención primaria de una importante causa mundial de muerte: las enfermedades diarreicas ", señala la Dra. María Neira, Directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS. "Las importantes conquistas realizadas necesitan consolidarse con urgencia mediante inversión en los servicios de agua y el fortalecimiento de los recursos financieros y humanos para garantizar un mayor progreso en el suministro de agua potable y saneamiento básico".
Hay voluntad política y todos los países han tomado algún tipo de compromiso político o financiero con los servicios de saneamiento y agua potable desde 2010. La gran mayoría ha fijado unos objetivos nacionales con transparencia y ha establecido procesos de planificación y coordinación. Sin embargo, en muchos casos, la voluntad política aún no ha creado el entorno propicio necesario para estimular el progreso, y la planificación no cuenta con el sustento de una información y unos datos adecuados. A pesar de los impresionantes logros mundiales, casi todos los países se están quedando cortos en el cumplimiento de sus propios compromisos nacionales, con el 83% y el 70% de los países rezagados, según informan, respecto a las tendencias necesarias para alcanzar sus objetivos nacionales establecidos de acceso a saneamiento y agua potable respectivamente.
Casi el 80% de los países reconoce el derecho al agua, y algo más de la mitad de ellos el derecho al saneamiento. Hacer efectivos los derechos al agua y al saneamiento puede contribuir a dirigir recursos a la población no atendida y evitar la discriminación en la prestación de los servicios de agua, saneamiento e higiene. Sin embargo, solo uno de cada cinco países aplica los criterios de equidad en la asignación de fondos para el saneamiento de forma coherente y una tercera parte aplica los criterios de equidad en inversiones en agua potable.
Más allá de 2015 y del período para el cumplimiento de los ODM, cumplir nuevos objetivos relacionados con la meta del acceso universal al agua potable y al saneamiento necesitará la concertación de las actividades y la asignación de enormes recursos. Puede ser tan importante ocuparse de la gestión eficaz de los activos para sostener los servicios como trabajar en la creación de nuevas infraestructuras. Con el fin de orientar y utilizar los escasos recursos con mayor eficacia resulta necesario entender mejor lo que se está haciendo y quién lo hace y determinar los insumos críticos que conducen al éxito. Los informes GLAAS se utilizan cada vez más como instrumento para tomar decisiones más informadas y están asumiendo el reto de poner a disposición la información necesaria, en particular con el desarrollo de metodologías para hacer un seguimiento de los flujos financieros y para evaluar la demanda de personas con las calificaciones adecuadas.
GLAAS es un informe de ONU-Agua, coordinado por la Organización Mundial de la Salud. El informe da seguimiento a los insumos necesarios para ampliar y mantener los sistemas de agua, saneamiento e higiene. Basándose en los resultados del Programa conjunto OMS/UNICEF de seguimiento para el abastecimiento de agua y saneamiento, GLAAS analiza las razones básicas del éxito o del fracaso.