Cuando el agua (no) es un derecho
Jue, 10/05/2012
Es común que en medio de la comodidad de las ciudades muchas personas piensen que el agua es un recurso inagotable. Sin embargo, más de 1.100 millones de seres humanos no tienen garantizado el acceso al líquido vital, una situación que provoca alrededor de 10.000 muertes cada día.
Aunque parezcan sólo cifras, detrás de las estadísticas hay historias de millones de personas que han visto sus derechos vulnerados, han padecido catástrofes y han vivido conflictos fruto de la lucha por el control y el manejo del agua.
Por eso, el investigador Pedro Arrojo, experto en economía del agua y Premio Goldman de Medioambiente en 2003, se puso a la tarea de dirigir un proyecto para reunir información, testimonios y fotografías sobre hechos de ayer y hoy que evidencian cómo en lugares de todo el mundo se vive «un verdadero holocausto hidrológico en el que las víctimas son invisibles, lejanas y sin rostro».
El resultado es la exposición , una pedagóAgua, ríos y pueblos gica muestra compuesta por 148 fotografías de diferentes autores internacionales que el centro cultural la Casa Encendida exhibe desde ayer y hasta el próximo 28 de junio en su terraza. «La extracción abusiva de caudales, la desecación de humedales, la tala de bosques y manglares y la fragmentación del hábitat fluvial por grandes presas han quebrado la vida de nuestros ríos, haciendo desaparecer la pesca, la proteína de los pobres», advierte Arrojo.
Para organizar la muestra, los organizadores han dividido 18 casos en seis ejes temáticos. Uno de ellos, Grandes presas, expone el lado humano detrás de la construcción del embalse de las Tres Gargantas, en China, una obra que ostenta la marca de la presa más larga del mundo (600 kilómetros), pero también la de mayor número de desplazados (al menos tres millones) y la de más ciudades y pueblos inundados (13 ciudades, 140 pueblos y 1.350 aldeas).
«La Comisión Mundial de Presas estima que las 50.000 grandes presas construidas en el siglo XX han provocado el desplazamiento de entre 40 y 80 millones de personas, es decir, no sabemos cuántas», asegura el director de la muestra.
Otro de los ejes temáticos, Privatización y derecho humano al , recoge datos y fotografías de agua la lucha contra la privatización del líquido en Cochabamba, Bolivia, una situación que tuvo entre sus protagonistas al hoy presidente del país andino, Evo Morales, y que la directora de cine Icíar Bollaín llevó a la pantalla grande en 2010 en su película También la lluvia.
Pero no todas son causas perdidas. Bajo el rótulo Victorias y alterse cuentan las hisnativas exitosas torias de personas que lograron poner freno a proyectos que ponían en riesgo su acceso al agua, como la lucha contra la presa de Alta, en Noruega, y la manifestación de las mujeres mazahuas, en México, que armadas simbólicamente con fusiles de madera lograron reivindicar sus derechos.
«Agua, ríos y pueblos da la palabra a esas personas, a la vez víctimas y luchadores por un mundo más justo, digno y sostenible. Tal vez no tengan la solución a los problemas, pero merecen ser escuchados», concluye Arrojo.
'Agua, ríos y pueblos'
La Casa Encendida acoge una muestra de 148 fotografías que exhiben el lado humano de la lucha por el líquido elemento en diferentes partes del mundo
Aunque parezcan sólo cifras, detrás de las estadísticas hay historias de millones de personas que han visto sus derechos vulnerados, han padecido catástrofes y han vivido conflictos fruto de la lucha por el control y el manejo del agua.
Por eso, el investigador Pedro Arrojo, experto en economía del agua y Premio Goldman de Medioambiente en 2003, se puso a la tarea de dirigir un proyecto para reunir información, testimonios y fotografías sobre hechos de ayer y hoy que evidencian cómo en lugares de todo el mundo se vive «un verdadero holocausto hidrológico en el que las víctimas son invisibles, lejanas y sin rostro».
El resultado es la exposición , una pedagóAgua, ríos y pueblos gica muestra compuesta por 148 fotografías de diferentes autores internacionales que el centro cultural la Casa Encendida exhibe desde ayer y hasta el próximo 28 de junio en su terraza. «La extracción abusiva de caudales, la desecación de humedales, la tala de bosques y manglares y la fragmentación del hábitat fluvial por grandes presas han quebrado la vida de nuestros ríos, haciendo desaparecer la pesca, la proteína de los pobres», advierte Arrojo.
Para organizar la muestra, los organizadores han dividido 18 casos en seis ejes temáticos. Uno de ellos, Grandes presas, expone el lado humano detrás de la construcción del embalse de las Tres Gargantas, en China, una obra que ostenta la marca de la presa más larga del mundo (600 kilómetros), pero también la de mayor número de desplazados (al menos tres millones) y la de más ciudades y pueblos inundados (13 ciudades, 140 pueblos y 1.350 aldeas).
«La Comisión Mundial de Presas estima que las 50.000 grandes presas construidas en el siglo XX han provocado el desplazamiento de entre 40 y 80 millones de personas, es decir, no sabemos cuántas», asegura el director de la muestra.
Otro de los ejes temáticos, Privatización y derecho humano al , recoge datos y fotografías de agua la lucha contra la privatización del líquido en Cochabamba, Bolivia, una situación que tuvo entre sus protagonistas al hoy presidente del país andino, Evo Morales, y que la directora de cine Icíar Bollaín llevó a la pantalla grande en 2010 en su película También la lluvia.
Pero no todas son causas perdidas. Bajo el rótulo Victorias y alterse cuentan las hisnativas exitosas torias de personas que lograron poner freno a proyectos que ponían en riesgo su acceso al agua, como la lucha contra la presa de Alta, en Noruega, y la manifestación de las mujeres mazahuas, en México, que armadas simbólicamente con fusiles de madera lograron reivindicar sus derechos.
«Agua, ríos y pueblos da la palabra a esas personas, a la vez víctimas y luchadores por un mundo más justo, digno y sostenible. Tal vez no tengan la solución a los problemas, pero merecen ser escuchados», concluye Arrojo.
'Agua, ríos y pueblos'
La Casa Encendida acoge una muestra de 148 fotografías que exhiben el lado humano de la lucha por el líquido elemento en diferentes partes del mundo