Las dudas sobre la desalación comprometen el riego en La Vall
Jue, 31/05/2012
La presidenta de la Confederación Hidrográfica del Júcar, María Ángeles Ureña, el portavoz de Medio Ambiente del PP en el Senado, Vicent Aparici, acompañado del presidente de la Comunidad de Regantes de Vall d'Uixó, Vicent Ambou han mantenido recientemente un encuentro para abordar la posibilidad que cambiar el uso del embalse del Belcaire planteando la posibilidad de que se pueda utilizar, no sólo como embalse para la recarga de agua, sino como regulador de aguas de diversas procedencias, ya sean de excedente de lluvia o aguas depuradas.
La iniciativa surge, según detallaba el senador castellonense, para buscar nuevas formas de abastecimiento de agua, que favorezcan la agricultura de una zona tan concreta como la Vall d'Uixó, de amplia tradición en el uso de agua depurada. «Hace cerca de 20 años que estamos utilizando la depuradora de la Vall d'Uixó para riego, sin embargo, el embalse del Belcaire almacena agua de las avenidas del río que lleva el mismo nombre y el Plan Hidrológico Nacional dice que ese agua sirve para recargar los acuíferos de la zona de la Rambleta, porque esos acuíferos tienen mucho contenido de sal y de nitratos, aspecto que no es muy favorecedor para la agricultura, especialmente la sal», explicaba Aparici.
En este sentido, el senador indicaba que otra de las posibilidades era el uso de agua desalada. No obstante detallaba que «el Ministerio ya ha dicho que no piensa que sea buena ese agua para la agricultura, alegando como principal razón, el gasto que supondría llevarlo a cabo, así como la cantidad de costes ambientales que supondría por la cantidad de energía necesaria así como de residuo de sal».
Aparici recordaba que «un metro cúbico de agua desalada tiene un coste de un euro, no obstante en agricultura valoramos que un coste mayor de 30 céntimos el metro cúbico es prohibitivo, con lo que el agua desalada triplicaría el coste».
Entre las opciones valoradas, se entiende como más óptima la aportación de aguas externas utilizando como embalse regulador el Belcaire. «Esa es la filosofía, encontrar aguas más baratas para la zona y para eso es necesario que se modifiquen los usos del embalse y que no solo sea de recarga».
Sin embargo, contando con el apoyo Ureña, la petición debe ser estudiada y aprobada por el Ministerio, que es quien tiene la potestad sobre estos asuntos. «Ya he solicitado tener próximamente una reunión con la Dirección General de Aguas para abordar el asunto, que a demás supondría una inversión, en lo que se refiere a infraestructuras que rondaría los 25 millones de euros. Por todas estas razones se considera que éste sería un proyecto muy prioritario».
Finalmente, el senador subrayaba que esta actuación sigue las pautas marcadas como prioritarias, no sólo por el Gobierno central, que apela a la depuración de aguas, sino por Europa, que aboga por la utilización de las aguas depuradas, unos aspectos que aseguraba «repercuten en que la iniciativa tenga posibilidades de éxito».
La iniciativa surge, según detallaba el senador castellonense, para buscar nuevas formas de abastecimiento de agua, que favorezcan la agricultura de una zona tan concreta como la Vall d'Uixó, de amplia tradición en el uso de agua depurada. «Hace cerca de 20 años que estamos utilizando la depuradora de la Vall d'Uixó para riego, sin embargo, el embalse del Belcaire almacena agua de las avenidas del río que lleva el mismo nombre y el Plan Hidrológico Nacional dice que ese agua sirve para recargar los acuíferos de la zona de la Rambleta, porque esos acuíferos tienen mucho contenido de sal y de nitratos, aspecto que no es muy favorecedor para la agricultura, especialmente la sal», explicaba Aparici.
En este sentido, el senador indicaba que otra de las posibilidades era el uso de agua desalada. No obstante detallaba que «el Ministerio ya ha dicho que no piensa que sea buena ese agua para la agricultura, alegando como principal razón, el gasto que supondría llevarlo a cabo, así como la cantidad de costes ambientales que supondría por la cantidad de energía necesaria así como de residuo de sal».
Aparici recordaba que «un metro cúbico de agua desalada tiene un coste de un euro, no obstante en agricultura valoramos que un coste mayor de 30 céntimos el metro cúbico es prohibitivo, con lo que el agua desalada triplicaría el coste».
Entre las opciones valoradas, se entiende como más óptima la aportación de aguas externas utilizando como embalse regulador el Belcaire. «Esa es la filosofía, encontrar aguas más baratas para la zona y para eso es necesario que se modifiquen los usos del embalse y que no solo sea de recarga».
Sin embargo, contando con el apoyo Ureña, la petición debe ser estudiada y aprobada por el Ministerio, que es quien tiene la potestad sobre estos asuntos. «Ya he solicitado tener próximamente una reunión con la Dirección General de Aguas para abordar el asunto, que a demás supondría una inversión, en lo que se refiere a infraestructuras que rondaría los 25 millones de euros. Por todas estas razones se considera que éste sería un proyecto muy prioritario».
Finalmente, el senador subrayaba que esta actuación sigue las pautas marcadas como prioritarias, no sólo por el Gobierno central, que apela a la depuración de aguas, sino por Europa, que aboga por la utilización de las aguas depuradas, unos aspectos que aseguraba «repercuten en que la iniciativa tenga posibilidades de éxito».