Ángel Cajigas: "En el mundo hay 16.000 desaladoras funcionando, no puede estar tanta gente equivocada"

Jue, 28/06/2012

iagua.es

Mediados de junio en Madrid. Ángel Cajigas nos recibe de buena mañana en la sede de la Asociación Tecnológica para el Tratamiento del Agua (ATTA) en la Avenida de Manoteras. En el ambiente flota la incertidumbre de la asistencia financiera, línea de crédito o rescate bancario (llámenlo como más les guste), anunciada recientemente.

El sector del agua no es ajeno, ni mucho menos, a la coyuntura económica por la que pasa España, y Cajigas es, desde su puesto como Director General de ATTA, una de las voces más autorizadas para conocer como afrontan las empresas y las administraciones esta situación. Pasado, presente y futuro en una entrevista que no dejará a nadie indiferente.

Alejandro Maceira: Para empezar, creo que a todo el mundo le puede interesar conocer un poco la historia de la carrera profesional del Señor Cajigas, que sabemos que es muy larga y atractiva.

Ángel Cajigas: Estamos hablando de un período dilatado. Yo procedo del CEDEX (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas), desde que acabé la carrera, donde me dediqué a algo en lo que en aquel momento nadie estaba especializado: La Depuración de las Aguas Residuales. En el año 1991 se creó en el Ministerio la Dirección General de Calidad de las Aguas, donde me hicieron responsable de depuración y me encontré con una Directiva recién aprobada que ya nos empezaba a exigir una serie de tareas. Una de las tareas que más entusiasmo me produjo, sobre todo por el resultado final, consistió en elaborar un programa de aplicación que todos los Estados Miembros tenían que presentar. El programa de aplicación debía mostrar a la Comisión Europea la manera en que íbamos a cumplir esa Directiva.

Las competencias sobre depuración estaban transferidas a las Comunidades Autónomas y, por tanto, una de las labores más importantes que tuvimos que acometer en aquel momento fue coordinarnos con ellas. Nos reuníamos casi cada mes y así conseguimos, primero, acordar el programa de aplicación y después convertir ese programa en el Plan Nacional de Depuración.

Dicho Plan Nacional, por el que en principio nadie apostaba, obtuvo el Visto Bueno de todos los Consejeros autonómicos, que firmaron unos convenios cuyo modelo era único para todas las comunidades autónomas. Yo creo que ése fue el inicio del éxito de ese plan, algo que no se ha podido repetir después con el Plan Nacional de Calidad

Ahora bien, si no hay presupuesto un plan no sirve para nada. Así que el siguiente punto clave fue explicar a Hacienda su conveniencia para cumplir las exigencias Europeas. Y lo que hizo Hacienda fue irnos dotando de mayor presupuesto año a año, eso sí, con la ayuda inestimable de los Fondos de Cohesión.

A decir verdad, he tenido la suerte de ser durante trece años Subdirector General, lo que me ha permitido no solamente elaborar el plan sino también desarrollarlo y ver el resultado.

Cuando se aprobó el Plan Nacional de Depuración contábamos con una cobertura del orden del 25 al 30%, y en 2005 teníamos una población conectada de más del 85%. Por tanto, creo que fue un gran éxito y me enorgullezco de haber formado parte del equipo que lo hizo posible.

Desgraciadamente, como he dicho antes, esto no ha podido repetirse. Yo creo que el Plan Nacional de Calidad, que fue aprobado en 2006, no ha tenido la misma visión integradora y lo digo con toda sinceridad, y eso es lo que hace que hoy el Plan Nacional de Calidad sea un plan prácticamente “fallido”.

Después de esta fase en el Ministerio con el Plan Nacional de Calidad llegamos a su etapa en ATTA. En España tenemos muchas asociaciones: ASAGUA, AEDYR, AEAS, etc. A veces podemos pensar que este batiburrillo de siglas crea algún problema de comunicación. Nos gustaría saber qué valores y qué diferencias aporta ATTA con respecto a las otras asociaciones y qué papel de interlocución juega en el sector.

Nosotros lo tenemos muy claro y desde luego aspiro, aún siendo conscientes de las dificultades, a que en España finalmente haya una gran Asociación, una gran patronal del agua. Hay que distinguir entre asociaciones de tipo profesional y las de carácter empresarial.

En este momento yo creo que hay dos asociaciones claramente representativas. Una es AEAS, que es la Asociación de las empresas operadoras, y otra es ATTA, que es la asociación de las grandes empresas de la construcción de Plantas de Tratamiento de Agua y que por tanto debemos tener una gran capacidad de interlocución con la Administración.

Sólo me queda decir que ATTA es una Asociación empresarial que se crea para la defensa de los intereses de las empresas que formar parte de ella.

Estamos situados ya en su etapa como Director General en ATTA y desde luego uno de los caballos de batalla desde hace ya bastantes años es, como mencionábamos antes, el Plan Nacional de Calidad de las Aguas, que se aprobó el año 2007 con un período de aplicación hasta el 2015 y que contemplaba un presupuesto de 19.000 millones de euros para cumplir las exigencias de la Directiva 91/271 y también para alcanzar los objetivos de la Directiva Marco del Agua ¿A día de hoy, qué porcentaje de esa inversión está en marcha?

Creo sinceramente que el Plan Nacional de Calidad está sobrevalorado, es decir, que lo de los 19.000 millones no es creíble. Y no es creíble porque si el primer Plan Nacional de Depuración que partía, como he dicho antes, de una cobertura inferior en el cumplimiento de la Directiva, se valoró en 12.000 millones de euros, no entiendo por qué este Plan se valora en 19.000 millones.

Esta valoración creó grandes expectativas para el sector aunque rápidamente nos dimos cuenta, y así se lo hicimos saber a la Ministra Narbona en aquel momento, de que no iba a ser fácil acometer su financiación porque, así como en el Plan Nacional de Depuración contábamos con los Fondos de Cohesión, éstos no serían tan significativos en el nuevo Plan.

El siguiente problema surgió después, cuando apareció la crisis financiera que ha hecho que los presupuestos dedicados a inversión en infraestructuras se hayan visto reducidos drásticamente. De hecho, en el año 2011, la inversión en Tratamiento de Aguas en España ha sido exactamente la mitad que en el 2010. Así es muy difícil cumplir cualquier norma, cualquier directiva europea y cualquier objetivo que nos hayamos marcado.

Hay un refrán que dice que lo que mal empieza mal acaba, y este Plan no empezó bien. ¿Por qué? Porque el planteamiento fue redactar convenios con las Comunidades Autónomas a la carta, finalmente se firmaron pocos y los que se han firmado están teniendo poco recorrido hasta ahora.

La solución, es cambiar el modelo de financiación y hay que ser conscientes de que si no es así no vamos a cumplir con la Directiva 91/271, y tampoco con la Directiva Marco.
Por tanto, hay que hacer un esfuerzo para desatascar el nudo, un nudo complejo y difícil. O nos ponemos a trabajar en ese objetivo o el resultado será frustrante.

En el último informe de la Unión Europea sobre el cumplimiento de la Directiva 91/271 estamos en el nivel medio. Hay países centroeuropeos que están por encima del 90% y nosotros estamos por encima del 80%. No estamos tan bien y eso va a ser objeto, casi con toda seguridad, de una futura sentencia acerca del cumplimiento en zonas sensibles, donde estamos muy por debajo de la media europea. Sabemos que España hoy tiene otros problemas que atender pero éste tendrá que acometerse más pronto que tarde.

¿Qué significa cambiar el modelo de financiación? Pues significa que hay que poner en marcha los sistemas de participación público-privada, sistemas concesionales y revisar las tarifas y cánones y esto es lo que parece que nadie quiere hacer.

La Comisión Europea hacía dentro de su revisión de Programa de Estabilidad para España un comentario ciertamente llamativo y leo textualmente: “Aunque en algunas zonas de España está sufriendo escasez de agua, no existen incentivos suficientes para su utilización eficiente, lo que causa una utilización insostenible de este recurso. En particular, el Gobierno Español aún no ha contraído un compromiso que hable de reforma del mercado de concesiones en el sector del agua con objeto de abordar de forma concreta las ineficiencias mencionadas”. ¿Qué le parece esta afirmación?

Pues no me parece mal, francamente. Es uno de los problemas que venimos poniendo encima de la mesa el sector empresarial, tanto AEAS como nosotros, porque AEAS como sector operador lo tiene tan claro como nosotros.

En España, la tarifa media del agua es la mitad de lo que puede ser en Francia o la tercera parte en relación a otros países europeos. Y es prácticamente imposible en esas circunstancias acometer todas las necesidades que tenemos en materia de infraestructuras: operar adecuadamente, mantener el servicio como corresponde a un país como España y, algo de lo que nos tenemos que empezar a preocupar, su mantenimiento. Si no hay inversión, se irán deteriorando las instalaciones y dentro de unos años pueden ser irrecuperables.

Le estamos pidiendo a la administración que pensemos conjuntamente en un modelo que sea factible y posible y eso, insisto, pasa por revisar las tarifas.

En el informe que ha elaborado la Comisión de Concesiones de la CEOE hay un apartado, en el que ATTA ha colaborado expresamente, en el que se hace el siguiente análisis referido al agua. En España estamos depurando 4.000 millones de metros cúbicos al año, así que con un canon de 0,5 euros recuperaríamos 2.000 millones de euros al año.

Podríamos dedicar 1.000 millones a la inversión, lo que nos permitiría cumplir perfectamente el Plan de Calidad, y otros 1.000 millones los podríamos dedicar a la gestión, a la operación y al mantenimiento de las instalaciones.

El problema es que hay Comunidades Autónomas que no tienen Canon de Saneamiento y otras que los tienen muy por debajo de esta cifra. Y esto merece una reflexión.

Recojo el guante del modelo de gestión, el modelo competencial. Aunque las competencias de abastecimiento y saneamiento son locales hay comunidades autónomas que han apostado por crear entes supramunicipales que han intentado dar respuesta a la incapacidad de los pequeños ayuntamientos para explotar sus instalaciones de depuración. ¿Desde el sector empresarial qué modelo se prefiere, por qué modelo se apuesta?

Cuando se aprobó el Plan Nacional de Depuración en 1995, se recomendó a las Comunidades Autónomas crear un ente supramunicipal de gestión y establecer un canon de saneamiento. Hablo del año 1995. También decía que el Ministerio actuaría preferentemente en aquellas CCAA que lo hicieran aunque esto no se cumplió.

¿Qué pasa ahora? Pues que a las comunidades autónomas que no tienen un Canon de Saneamiento establecido les resulta muy difícil acometer cualquier plan o incluso acometer cualquier modelo de PPP (Partenariado Público-Privado), porque no tienen el instrumento adecuado para ponerlo en marcha. Un PPP sin un Canon de Saneamiento no es factible porque el concesionario no tiene seguridad de recuperar la inversión.

Lamento ser tan pesimista pero es que ya llevamos cuatro años con este discurso sin ver ningún avance.

Bien. Vemos que desde el “frente empresarial” se propone financiar parte de las obras pendientes, de las obras necesarias, a cambio de obtener concesiones para la explotación de las mismas. Desde diversos ámbitos se sugiere que las empresas están aprovechando de estos tiempos de crisis para acelerar la privatización de servicios públicos del agua en España, que a veces son rentables, funcionan bien. ¿Qué respondería desde ATTA a estas voces?

Pues que quien dice esto no sabe lo que dice. En primer lugar, quiero dejar claro que en estos momentos se están licitando aquellas obras que todavía tienen asignación de fondos de cohesión, por tanto hay un pequeño recorrido que hay que aprovechar, pero no es suficiente. Si hay depuradoras que aún tienen asignados dichos Fondos, vamos a aprovecharlos y no los perdamos.

Por su parte el Canal de Isabel II, y con cargo precisamente a las tarifas, sigue con su plan pero aquí se acabó todo.

Ahora bien, hay una cosa clara: el sector empresarial no puede quedarse inactivo y, por eso ofrece colaboración a la Administración para salir de este impasse.

Por tanto, ATTA lo único que está proponiendo es una alternativa para elaborar un Plan Nacional de Calidad y que, además, se cumpla con lo que dice la Directiva Marco: recuperar costes. Esto es posible por la vía del Canon de Saneamiento que tienen establecido muchas Comunidades Autónomas desde hace tiempo.

Pero esto no tiene absolutamente nada que ver con la privatización. Nosotros no nos estamos aprovechando de nada, lo único que estamos diciendo es que no tiene ningún sentido que después de haberse creado un sector potentísimo gracias al Plan Nacional de Depuración, gracias al Plan de Desalación y a otros planes, ahora la alternativa sea el mercado internacional.

Hablábamos del papel internacional de las empresas españolas. Sabemos que el sector es muy competitivo a nivel mundial. ¿Podría decirnos aproximadamente qué porcentaje de negocio de las empresas de ATTA se está generando actualmente en el exterior y también si la crisis económica y la crisis en general de la marca España, está afectando esta imagen esta imagen de liderazgo?

Se puede decir que hay empresas de ATTA que facturan ya más del 90% en el exterior. Yo creo que, sin temor a equivocarme mucho, a nivel de todo el sector, bastante más de la mitad de la facturación ya se está haciendo fuera y si seguimos así acabaremos en el 100%.

Ahora bien conviene aclarar que la internacionalización de las empresas del sector no se origina por culpa de la crisis, eso sí que lo quiero dejar claro. Se origina porque una vez que se han consolidado las empresas, la hoja de ruta es muy evidente: “competitividad e internacionalización”. Lo que pasa es que con motivo de la crisis hemos pasado de una oportunidad a una necesidad imperiosa. De pronto aquellos que no tenían un alto grado de internacionalización, o que no lo tenían previsto en el corto plazo, no han tenido más remedio que salir al exterior.

¿Cómo está afectando la crisis financiera española a la marca España en el exterior? Todavía es muy pronto para saberlo. Muy recientemente hemos contratado obras en Emiratos, Chile, Colombia, etc. En este momento no puedo decir si nos afectará o no; esto habrá que verlo un poco más adelante. Yo espero que no nos afecte porque las empresas españolas están comportándose con profesionalidad, están siendo muy competitivas y eso es lo importante para un país.

Recientemente se ha celebrado la reunión anual de Global Water Intelligence y hemos recibido cuatro premios a la excelencia, así que, de alguna manera nos siguen viendo líderes en ese sector. Y lo que sí veo es que en estos momentos estamos construyendo cinco desaladoras en el sector minero chileno y por tanto no puedo creerme que nos esté afectando, pero insisto, es muy pronto para poder valorar los daños.

¿En este sentido el sector empresarial siente el apoyo, el aliento del Gobierno de España en este proceso de internacionalización? ¿Creen que se está haciendo la labor adecuada desde gobierno apoyando a las empresas en el exterior?

Si oyes al Secretario de Estado de Comercio, Sr. Legaz, evidentemente el Gobierno español está claramente decidido y empeñado en esta labor. Efectivamente sí hemos notado ciertos cambios en la forma de operar de las oficinas comerciales de las embajadas. Hemos advertido mayor impulso y apoyo por parte del Instituto de Comercio Exterior, el ICEX, en esta materia y me consta que los ministerios gestores como son Fomento o Medio Ambiente están claramente decididos a apoyarnos internacionalmente.

Le hemos pedido al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, e insistiremos en ello, que sea más activo en el apoyo al Sector Empresarial en el exterior, aunque sólo sea para compensar la inactividad en el mercado interior.

Hemos hablado hasta ahora del sector empresarial y a mí me gustaría mirar un hacia poco a otro lado. Desde IAGUA vemos todos los días que ha habido un ajuste muy duro del empleo en el sector del agua, lo vemos en nuestros grupos en las redes sociales, en la sección de empleo de la web, etc… ¿Qué mensaje se puede trasladar desde las empresas a tantos profesionales que lo están pasando mal? ¿Cree que lo peor ha pasado ya, podemos mirar con un poco de optimismo al futuro?

El mensaje que puedo transmitir no es tranquilizador. Que piensen que vamos a pasar estos dos o tres años con dificultades en España, y que si están decididos a irse a otros países les va a resultar más fácil.

El otro día tuve la oportunidad de clausurar un Máster en Tecnologías del Agua en Alicante. Eran veinticinco alumnos de posgrado que han estado haciendo un máster de nueve meses, y me di cuenta de que ninguno de ellos tenía perspectiva de trabajo de forma inmediata, lo cual es frustrante.

Lo que pensamos es que en algún momento habrá que retomar el Plan Nacional de Calidad y tendremos que volver a la senda de lo que ha sido este sector en España en los últimos diez años. Las empresas españolas van a seguir apostando clara y decididamente por la internacionalización y los profesionales jóvenes tienen que estar dispuestos a hacer las maletas.

Le contaré una anécdota. Con motivo del Congreso Mundial de Desalación que se celebró en Australia el año pasado hicimos un pequeño recuento sobre cuántos ingenieros o asimilados había en ese momento en ese país en el campo del tratamiento del agua, y nos salieron 70.

De la misma manera que tenemos setenta en Australia los habrá en Chile, en México, en el norte de África, en Emiratos, etc.

En este sentido, Santiago Molina del Instituto Superior del Medio Ambiente, nos preguntaba a través de Twitter si Ángel Cajigas piensa que existen oportunidades de emprendimiento en el sector del agua en España.

El Sector empresarial en el campo del agua está excesivamente atomizado y no será fácil que alguien, aún con iniciativas emprendedoras, se abra camino.

Lo que sí creo es que en los próximos años tendremos que asistir a un mayor empeño en materia de innovación. Es obvio que en materia de agua se está innovando desde hace tres o cuatro décadas, si no es por eso no estaríamos donde estamos, pero ahora hay que hacer un mayor esfuerzo.

La Comisión Europea ha lanzado una iniciativa - la EIP - que de alguna manera va a marcar la política en materia de innovación en el campo del agua en Europa en los próximos años y creo que ahí sí que tenemos recorrido. La perspectiva de que haya gente que se sume a esta acción puede ser muy interesante.

El último debate lo he dejado para el final, pero creo que es imprescindible preguntar sobre ello. La política de agua en España en los últimos años. Hemos visto pasar un plan hidrológico, hemos visto pasar su derogación, hemos visto pasar un plan AGUA y ahora las primeras decisiones del nuevo ejecutivo. ¿Trasvases, desalación, ambos, ninguno, qué piensa ATTA?

Para nosotros es muy difícil entrar en ese debate porque ATTA se dedica a hacer desaladoras y no trasvases. Pero como responsable de esta asociación que además ha vivido, precisamente en el Ministerio del Medio Ambiente, la elaboración del plan hidrológico nacional, lo que sí puedo decir ahora que han pasado ocho años, es que ha sido un debate estéril que no ha servido absolutamente para nada. Ocho años después nos encontramos con que no ha habido trasvase y con que las desaladoras del Programa AGUA no se han podido aún poner en marcha. Hoy asistimos a un período de reflexión y análisis de la situación.

Cabe pensar que se fijaron unas demandas que con el tiempo se han revelado excesivas.

El problema, y lo he dicho muchas veces, es que con este debate se ha llenado el campo de minas de difícil desactivación. Cada vez que hablas de desaladoras o de trasvases siempre hay alguien que te coloca en un determinado posicionamiento político y eso no puede ser. Está claro que nuestro país tiene un problema, entre comillas, de posible déficit de recursos hídricos en una zona concreta de la Península, por no hablar de los archipiélagos, y de alguna manera hay que solucionarlo, porque el problema existe. Quizá la solución podría haber sido una combinación de las dos alternativas.

Las desaladoras tienen sus ventajas y sus inconvenientes, y lo que hay que hacer es aprovechar sus fortalezas y minimizar las debilidades. ¿Cuál es la principal debilidad de la desalación? Pues, como es bien sabido, su consumo energético y, por tanto, el coste del agua desalada. Pero hace quince años el consumo energético era tres veces el que es hoy, por tanto cabe pensar que hay muchas posibilidades de mejora.

Hay algo que no me canso de repetir y es que, la desalación de agua de mar es un elemento de garantía, por tanto tiene que quedar claro que una desaladora nunca va a funcionar al cien por cien, porque mientras haya un recurso natural más fácilmente asequible y económico nadie va a querer usar una desaladora.

El agua desalada tiene que formar parte de un mix hídrico, y el gestor jugará con los distintos recursos que tiene a su alcance en función de la demanda y de la disponibilidad existente. En algún momento el agua salada será un 10% del mix, en otro momento será el 80% o será el cero, pero eso no quiere decir que la desalación no cumple una función. En el mundo hay más de 16.000 desaladoras funcionando, no puede estar tanta gente equivocada.

Teníamos otra de las preguntas que recopilamos en Twitter del Leticia Estevas de Unidad Editorial. Nos preguntaba qué solución ven desde ATTA a las desaladoras que aún no se están utilizando.

Ése es uno de los errores más habituales, ya que lo que sucede es que muchas desaladoras no están aún operativas porque están en construcción.

Como he dicho anteriormente, estamos en un momento de reflexión en el que ATTA está colaborando con ACUAMED en la búsqueda de una solución que haga factible la puesta en marcha de las desaladoras y se pueda producir agua para usuarios, tanto de abastecimiento como de regadío. Nos lo hemos propuesto y estamos seguros de que saldrá bien.

Somos conscientes de que será muy difícil que todas las desaladoras previstas en el Programa AGUA se pongan en marcha y produzcan su capacidad máxima, pero hay que ser optimistas y buscar la mejor solución al problema que se ha originado.

Para finalizar, ya en un tono más relajado, un amigo común, David Escobar, nos lanza una pregunta: “Hay cada vez mas empresas y también directivos activos en redes sociales como Twitter y a los que pasamos tiempo ahí nos gustaría que Ángel Cajigas aterrizara en un futuro próximo en la red”.

Pues precisamente tengo que dar una noticia en este sentido a mi amigo, y es que acabamos de aterrizar en Twitter hace unos días. Hemos lanzado la cuenta, @ATTAgua, porque sabemos que los tiempos van por ahí.

No me quiero comparar con Don Luis Castilla y con Don Ángel Simón evidentemente, pero vamos a intentar, decir cosas a través de Twitter y contestar a aquellas personas que nos quieran preguntar algo.

Pues por nuestra parte nada más, estamos abiertos por si quiere concluir de alguna forma y, bueno, agradecer como siempre la amabilidad de recibirnos.

Me siento por una parte muy satisfecho por la labor que he desarrollado en este campo y me gustaría agradecer desde aquí a la gente que colaboró conmigo en el Plan Nacional de Saneamiento y a la propia Administración que me permitió hacerlo. Lo que lamento ahora es que no se haya podido reproducir de alguna manera aquella labor de equipo, un equipo sólido que se creó en aquel momento, que tuvo un objetivo en el que el Ministerio y las comunidades autónomas se volcaron y por eso se consiguió. Ahora es una lástima estar en una situación de parálisis casi total.

Toda esta situación debería haberse previsto en el 2007. Sabíamos que no iba a haber fondos presupuestarios, que teníamos que iniciar un proceso de cambio del modelo de financiación, pero no ha sido posible desarrollar el principio de recuperación de costes.

Es lamentable pero es así. Ahora me toca ver la botella medio llena y estoy convencido de que lo vamos a conseguir. Que en un período de tiempo, que esperemos no sea demasiado largo, vamos a conseguir dar la vuelta a la situación.

Yo confío plenamente en nuestro potencial de liderazgo a nivel internacional, que es lo que está permitiendo que el sector aguante, pero tenemos que seguir apostando por desarrollar nuestras infraestructuras pendientes.