orja Sanz, delegado en Castilla y León del grupo Aqualogy-Aguagest, analizó los efectos que provoca la modernización de regadíos y el abandono del riego por inundación. La firma está avalada por 45 años de trabajo, gestiona en la comunidad 45 potabilizadoras y 25 depuradoras que abastecen de agua potable a más de un millón de personas y ofrece también apoyo tecnológico y soluciones para mejorar la gestión del agua.

Sanz defendió que la automatización es clave para «optimizar» el binomio que forma el gasto de agua y el de energía. La factura de electricidad y gasóleo en una explotación agraria puede superar el 30% del gasto total y la aplicación de sistemas automáticos y de control remoto permite aprovechar las horas en las que las tarifas son más reducidas, gastar lo justo en energía, ahorrar agua y detectar problemas de fugas, escapes y averías.

«Desde casa, desde el ordenador, es posible saber en qué estado está el riego en tiempo real y controlar el caudal de agua y los contadores», apuntó el responsable autonómico de Aqualogy, quien señaló que esta moderna aplicación de control remoto se puede redondear con la «sincronización con los sistemas de predicción meteorológica».

En el turno de preguntas posterior a la intervención de Borja Sanz, el dirigente agrario Matías Llorente reclamó medidas efectivas para que la oposición de propietarios que no se dedican a la agricultura no paralice los procesos de modernización de regadíos. «El aumento de producción en una hectárea modernizada es del 20% frente a la de inundación», resaltó Llorente.