Era una imagen que no se veía desde hace ocho años. El pantano del Regajo, del que dependen los cultivos del Camp de Morvedre, ha registrado un mínimo histórico de capacidad, dejando sin agua a la comarca por la sequía extrema que padece.

Esta situación pone en serias dificultades a los agricultores que, además de haber cerrado una campaña citrícola desastrosa, van a tener que poner en marcha los pozos de riego, lo que supondrá pagar una factura eléctrica que en los últimos cuatro años ha subido un 70%.

Este problema deja un panorama «insostenible porque muchos propietarios van a tener que tirar la toalla al no poder asumir este nuevo gasto», explicó ayer el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) de Sagunto Francisco Campillo. Actualmente en el pantano sólo quedan embalsados «559.225 metros cúbicos de un máximo de 5,5 millones de metros cúbicos». El número de explotaciones agrarias que se abandonan en Sagunto y en el resto de la comarca «no deja de crecer y continúa subiendo año tras año. Más de 20% de los cultivos ya están dejados a perder y este dato no ayuda en absoluto». Especialmente difícil se presenta la situación para los agricultores de Albalat donde «no tienen pozo de riego porque está estropeado». De momento, el Ayuntamiento de Sagunto solicitará a las eléctricas contratos con tarifas reducidas para el uso de los pozos de riego y tratar de paliar, en lo posible, este nuevo revés.