Sabiñánigo prohíbe beber agua del grifo por los daños en sus dos captaciones
Mar, 23/10/2012
Los ríos bajan del Pirineo con caudales espectaculares, pero en Sabiñánigo muchos tuvieron que ir ayer al supermercado a comprar agua para poder beber. «La ley de Murphy se cumplió», como reconocía ayer el alcalde, Jesús Lasierra, y las dos captaciones de la red que abastece a la ciudad de más de 9.000 habitantes y a una quincena de pequeños núcleos sufrieron diferentes problemas que han hecho que el agua del grifo no sea potable. Y aún no se sabe cuándo volverá a serlo.
Lasierra explicó que ayer se pudo localizar la rotura de 5 metros de la tubería por la que llega el agua del río Gállego, «que nunca había dado problemas». Hay otro abastecimiento alternativo desde el río Aurín, pero no ha servido «porque el sábado los servicios municipales vieron que entraba turbia en el primer embalse de almacenamiento y hubo que cerrar el acceso». Por ello, algunas zonas de la ciudad se quedaron sin suministro por la falta de presión.
Y ayer a primera hora, cuando se realizaron los análisis que arrojaron niveles de turbidez superiores a los permitidos, se emitió una nota informativa donde se explica que debido a la avería en el abastecimiento general «en ningún caso se podrá consumir agua de boca hasta nuevo aviso». Se estima que la situación podría resolverse hoy mismo. «Se han dado todas las circunstancias que se podían dar», lamentó Lasierra, quien también destacó que técnicos y brigadas «trabajan a tope» para recuperar la normalidad.
Supermercados y tiendas de alimentación hicieron su particular agosto a costa de la prohibición. En Dia reconocieron que en algún momento de la mañana se quedaron sin agua, pero enseguida repusieron la mercancía: «Se ha notado que ha venido más gente, pero ya contamos con ello y estamos pidiendo más».
También en Escarrilla beben de botellas y garrafas después de que la captación del Escarra desapareciera el domingo durante la avenida. Ahora toman el agua, «muy turbia», de dos barrancos, pero en pocos días ambos se podrían secar y «necesitamos una actuación inmediata que no podemos afrontar con nuestros recursos», afirmó el alcalde, Aitor Bergua.
Problemas similares sufren estos días en Canfranc por la rotura de la captación. «Estamos abasteciéndonos de un barranco que no es de agua potable pero al menos la gente tiene agua para lavarse», aseguró el alcalde, Fernando Sánchez, quien también subrayó que hacen falta actuaciones de «emergencia» en el cauce del río Aragón «porque las defensas están muy tocadas y hay grandes socavones que están poniendo en peligro casas y edificios».
La DPH actuará «de urgencia» Mientras, en Jaca parece que el peligro de que reventara el canal por la inestabilidad de una ladera se aleja definitivamente y «la potabilizadora está trabajando bien, por lo que el agua que sale está limpia para poder beberla», afirmó ayer el alcalde, Víctor Barrio, que estaba entre la veintena de ediles de la Jacetania y otros responsables de Sobrarbe con los que se reunió en Jaca el presidente de la Diputación de Huesca, Antonio Cosculluela. Allí anunció que la DPH tramitará «con la mayor urgencia posible» y en coordinación con los ayuntamientos y las comarcas implicadas las solicitudes para reparar los daños.
En Villanúa, la crecida del Aragón ha afectado gravemente la cimentación del Centro de Interpretación de la Cueva de las Güixas. «Es una actuación prioritaria y no para la semana que viene, sino para mañana», afirmó el alcalde, Luis Terrén, quien también urgió la mejora del cauce del río «porque es lo que nos da más miedo ahora». Continúan con generadores para el suministro de luz después de que la subestación se inundara con la riada, que también arrastró cabañas, caminos y puentes del parque de aventura.
También el Torla, los vecinos de la urbanización Ordesa-Gavarnié han solicitado un informe técnico de la CHE para conocer qué medidas pueden tomar después de que la crecida del río Ara provocara el derrumbe de una ladera que ha dejado muy expuesto un bloque de 32 viviendas Una nota positiva de la jornada fue el restablecimiento, a las 15.00, del tráfico ferroviario entre Jaca y Canfranc, que estaba interrumpido desde el viernes por desprendimientos e inundaciones.
Pero desde el domingo, la N-330 también se encuentra afectada en Castiello de Jaca por el hundimiento de parte de la calzada que obliga a dar paso alternativo y que prohíbe el paso de vehículos pesados. También hay un corte entre Astún y Candanchú.
En Panticosa sigue cerrado el acceso al balneario por la caída de rocas. El principal problema, según el alcalde, Ricardo Laguna, «es que en algunas zonas se ha quedado la carretera hueca por el paso de la riada y se puede hundir». Y en Lupiñén hay que transitar con precaución por la A-1207 por la crecida del río Sotón.
Lasierra explicó que ayer se pudo localizar la rotura de 5 metros de la tubería por la que llega el agua del río Gállego, «que nunca había dado problemas». Hay otro abastecimiento alternativo desde el río Aurín, pero no ha servido «porque el sábado los servicios municipales vieron que entraba turbia en el primer embalse de almacenamiento y hubo que cerrar el acceso». Por ello, algunas zonas de la ciudad se quedaron sin suministro por la falta de presión.
Y ayer a primera hora, cuando se realizaron los análisis que arrojaron niveles de turbidez superiores a los permitidos, se emitió una nota informativa donde se explica que debido a la avería en el abastecimiento general «en ningún caso se podrá consumir agua de boca hasta nuevo aviso». Se estima que la situación podría resolverse hoy mismo. «Se han dado todas las circunstancias que se podían dar», lamentó Lasierra, quien también destacó que técnicos y brigadas «trabajan a tope» para recuperar la normalidad.
Supermercados y tiendas de alimentación hicieron su particular agosto a costa de la prohibición. En Dia reconocieron que en algún momento de la mañana se quedaron sin agua, pero enseguida repusieron la mercancía: «Se ha notado que ha venido más gente, pero ya contamos con ello y estamos pidiendo más».
También en Escarrilla beben de botellas y garrafas después de que la captación del Escarra desapareciera el domingo durante la avenida. Ahora toman el agua, «muy turbia», de dos barrancos, pero en pocos días ambos se podrían secar y «necesitamos una actuación inmediata que no podemos afrontar con nuestros recursos», afirmó el alcalde, Aitor Bergua.
Problemas similares sufren estos días en Canfranc por la rotura de la captación. «Estamos abasteciéndonos de un barranco que no es de agua potable pero al menos la gente tiene agua para lavarse», aseguró el alcalde, Fernando Sánchez, quien también subrayó que hacen falta actuaciones de «emergencia» en el cauce del río Aragón «porque las defensas están muy tocadas y hay grandes socavones que están poniendo en peligro casas y edificios».
La DPH actuará «de urgencia» Mientras, en Jaca parece que el peligro de que reventara el canal por la inestabilidad de una ladera se aleja definitivamente y «la potabilizadora está trabajando bien, por lo que el agua que sale está limpia para poder beberla», afirmó ayer el alcalde, Víctor Barrio, que estaba entre la veintena de ediles de la Jacetania y otros responsables de Sobrarbe con los que se reunió en Jaca el presidente de la Diputación de Huesca, Antonio Cosculluela. Allí anunció que la DPH tramitará «con la mayor urgencia posible» y en coordinación con los ayuntamientos y las comarcas implicadas las solicitudes para reparar los daños.
En Villanúa, la crecida del Aragón ha afectado gravemente la cimentación del Centro de Interpretación de la Cueva de las Güixas. «Es una actuación prioritaria y no para la semana que viene, sino para mañana», afirmó el alcalde, Luis Terrén, quien también urgió la mejora del cauce del río «porque es lo que nos da más miedo ahora». Continúan con generadores para el suministro de luz después de que la subestación se inundara con la riada, que también arrastró cabañas, caminos y puentes del parque de aventura.
También el Torla, los vecinos de la urbanización Ordesa-Gavarnié han solicitado un informe técnico de la CHE para conocer qué medidas pueden tomar después de que la crecida del río Ara provocara el derrumbe de una ladera que ha dejado muy expuesto un bloque de 32 viviendas Una nota positiva de la jornada fue el restablecimiento, a las 15.00, del tráfico ferroviario entre Jaca y Canfranc, que estaba interrumpido desde el viernes por desprendimientos e inundaciones.
Pero desde el domingo, la N-330 también se encuentra afectada en Castiello de Jaca por el hundimiento de parte de la calzada que obliga a dar paso alternativo y que prohíbe el paso de vehículos pesados. También hay un corte entre Astún y Candanchú.
En Panticosa sigue cerrado el acceso al balneario por la caída de rocas. El principal problema, según el alcalde, Ricardo Laguna, «es que en algunas zonas se ha quedado la carretera hueca por el paso de la riada y se puede hundir». Y en Lupiñén hay que transitar con precaución por la A-1207 por la crecida del río Sotón.