La provincia ha pasado en apenas dos meses de una situación casi de sequía a tener que desembalsar agua de las presas porque están casi llenas. La tromba del pasado fin de semana fue la puntilla, y ante la previsión de que el próximo fin de semana puedan volver los chubascos, ayer se determinó hacer un desembalse en el sistema Guadalhorce y en El Limonero, según explicó el delegado de Medio Ambiente, Javier Carnero. En el primer caso, se liberaron en torno a los 50 metros cúbicos por segundo, mientras que en la capital fue de 9 metros cúbicos por segundo. A pesar de ello, las reservas no se han resentido y están casi al 90%.