La huella hídrica de un café es de 200 litros
Jue, 06/12/2012
Una taza de café tiene una huella hídrica de 200 litros; es decir, se consume, directa e indirectamente, esa cantidad de agua en el proceso de elaboración del producto, según se ha puesto de manifiesto en una jornada de debate organizada por el Foro del Agua de la Fundación Botín.
Según el subdirector de este Observatorio todo lo que se hace consume agua y por lo tanto genera una huella hídrica, como tomar un té, cuya huella hídrica de unos 100 litros, mientras que la ropa que llevamos puesta puede llegar a los 14.000 litros.
Garrido, durante el debate "La gestión estratégica del agua" organizado por la Fundación Botín, ha explicado que el agua es un bien limitado y repartido de manera desigual en el planeta de ahí que en muchos países se está creando un comercio de agua "agrovirtual" a partir de productos agrarios.
El experto ha explicado que se puede adquirir agua muy barata a través de productos económicos como alimentos y, así, combatir la escasez de este bien.
Con respecto a esto, el director del Observatorio del Agua Ramón Llamas ha destacado que, en España, el 90 % del agua verde (la que queda empapando el suelo) y azul (ríos, lagos y acuíferos) va destinada a la agricultura.
Muchos países bajo estrés hídrico, como China, para asegurar su propia supervivencia alimentaria están adquiriendo terrenos, y al mismo tiempo agua, en países como África, ha señalado Llamas
El presidente de la Asociación España FAO Jaime Lamo de Espinosa ha advertido de que no hay terrenos suficientes para alimentar a una población creciente, por lo que la tecnología agraria tiene que cambiar y ser más productiva con los mismos recursos.
Lamo de Espinosa señala que "el éxito de la lucha contra el hambre depende de un mejor uso del agua".
Sobre el tratamiento de aguas grises ha hablado un miembro del Instituto del Agua Emilio García Calvo, quien ha señalado que las aguas residuales son un producto de "gran pureza" compuestas en un 99,5 % de agua.
Según García, las aguas residuales deberían, convenientemente tratadas, reutilizarse en riego agrícola (porque contienen mucho nutrientes) e, incluso, como agua potable; aún así, reconoce, para esto último que aún falta mucho por cuestiones culturales aunque en países como Singapur ya se hace.
Según el subdirector de este Observatorio todo lo que se hace consume agua y por lo tanto genera una huella hídrica, como tomar un té, cuya huella hídrica de unos 100 litros, mientras que la ropa que llevamos puesta puede llegar a los 14.000 litros.
Garrido, durante el debate "La gestión estratégica del agua" organizado por la Fundación Botín, ha explicado que el agua es un bien limitado y repartido de manera desigual en el planeta de ahí que en muchos países se está creando un comercio de agua "agrovirtual" a partir de productos agrarios.
El experto ha explicado que se puede adquirir agua muy barata a través de productos económicos como alimentos y, así, combatir la escasez de este bien.
Con respecto a esto, el director del Observatorio del Agua Ramón Llamas ha destacado que, en España, el 90 % del agua verde (la que queda empapando el suelo) y azul (ríos, lagos y acuíferos) va destinada a la agricultura.
Muchos países bajo estrés hídrico, como China, para asegurar su propia supervivencia alimentaria están adquiriendo terrenos, y al mismo tiempo agua, en países como África, ha señalado Llamas
El presidente de la Asociación España FAO Jaime Lamo de Espinosa ha advertido de que no hay terrenos suficientes para alimentar a una población creciente, por lo que la tecnología agraria tiene que cambiar y ser más productiva con los mismos recursos.
Lamo de Espinosa señala que "el éxito de la lucha contra el hambre depende de un mejor uso del agua".
Sobre el tratamiento de aguas grises ha hablado un miembro del Instituto del Agua Emilio García Calvo, quien ha señalado que las aguas residuales son un producto de "gran pureza" compuestas en un 99,5 % de agua.
Según García, las aguas residuales deberían, convenientemente tratadas, reutilizarse en riego agrícola (porque contienen mucho nutrientes) e, incluso, como agua potable; aún así, reconoce, para esto último que aún falta mucho por cuestiones culturales aunque en países como Singapur ya se hace.