El año 2012 se despidió con 'sequía' de obras hidráulicas, según Fenacore
Jue, 03/01/2013
La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE) considera que la política de aguas en 2012 ha venido marcada por la sequía en su sentido más amplio, ya que a la ausencia de lluvias con las que comenzó el año se unió también la falta de avances significativos en obras hidráulicas.
Para Fenacore, la derogación de la norma que reconocía a Andalucía, Aragón y Cataluña determinadas competencias sobre las comisarías de agua y su posterior ratificación en la Ley de Medidas Urgentes de Medio Ambiente supuso todo un logro, aunque salvo devolver al Estado las funciones sobre la policía hidráulica de las cuencas intercomunitarias no se han producido grandes avances.
No podemos vivir pendientes de mirar al cielo para ver si llueve, por lo que seguiremos necesitando obras de regulación por mucho que no estén de moda en Europa
Si bien con la entrada del nuevo Gobierno se auguraba un impulso a la política hidrológica, lo cierto es que los grandes temas macroeconómicos han ido desplazando inevitablemente en la agenda política a los asuntos agrarios, quedando en el aire una serie de medidas orientadas a impulsar la viabilidad y competitividad del sector, inmerso en una profunda crisis.
En este contexto, sigue pendiente de ejecución la segunda fase del plan de modernización de regadíos y con él la transformación de más de un millón de hectáreas. A pesar de ello, los regantes valoran la reciente aprobación de una partida de 700 millones de euros para avanzar en el proceso de modernización, sobre todo por haber conseguido dar salida a unos fondos que se esperaban desde hacía meses para proyectos ya previstos.
Los costes energéticos, una asignatura pendiente
Sin embargo, insisten en que avanzar en transformación de regadíos sin adecuar los proyectos al escenario tarifario actual, dispara los costes de producción, reduciendo la rentabilidad de las explotaciones ya modernizadas. Fenacore recuerda que no se han producido avances en este sentido, por lo que los costes energéticos continuarán "arrastrándose" un año más como asignatura pendiente para el curso que viene.
Así, en las distintas reuniones mantenidas con el Ministerio de Industria durante este año pasado -la última, a mediados de diciembre-, Fenacore insistió en la puesta en marcha de fórmulas que permitan asumir los costes energéticos de acuerdo a la potencia real registrada y no por la máxima teórica contratada.
Otras alternativas para conseguir una reducción de los costes de la luz pasan por la despenalización del uso de las tarifas de temporada o la posibilidad de formalizar dos contratos al año para así evitar el "injusto" pago de la electricidad fuera de la época de riego; alternativas que no han sido de momento estudiadas por el Ejecutivo.
El Plan Hidrológico Nacional, sin avances significativos
Otro de los grandes temas que despiden el ejercicio sin avances significativos es el Plan Hidrológico Nacional, debido a la complejidad para determinar las necesidades de agua de las diferentes cuencas hidrográficas. Para la Federación, la excesiva cuantificación de caudales que caracteriza los planes de cuenca origina una gran conflictividad entre comunidades autónomas por el reparto del agua, lo que retrasa su aprobación sin que exista una solución aparente a corto plazo, a pesar de que los regantes han insistido en la importancia de simplificar los requerimientos.
Fenacore considera -y así lo transmitió en las dos reuniones del Consejo Nacional del Agua (CNA) de este año- que agilizar la planificación hidrológica y la gobernanza del agua pasa por que las propias Confederaciones Hidrográficas, coordinadas con usuarios y autonomías, cuantifiquen las demandas de acuerdo criterios técnicos, y no las comunidades autónomas de acuerdo a criterios políticos y arbitrarios.
Por último, y mientras se consigue llevar adelante el Plan Hidrológico, los regantes confían en que con el nuevo año se consiga finalmente la flexibilización de los contratos de cesión temporal de derechos del uso del agua para, de esta forma, disminuir los efectos negativos de la sequía, al convertirse en una alternativa ágil a la falta de embalses y trasvases en las cuencas menos reguladas.
Para Fenacore, la construcción sostenible de embalses y trasvases intercuencas allí donde sea necesario sigue siendo la gran asignatura pendiente ya que los regantes necesitan tener el agua garantizada para poder regar sin vivir a expensas de una pluviometría inestable como la que caracteriza a nuestro país.
"Todos sabemos que con una pluviometría tan inestable, problema que además podría agudizarse por los impactos negativos del cambio climático en los países mediterráneos, no podemos vivir pendientes de mirar al cielo para ver si llueve, por lo que seguiremos necesitando obras de regulación por mucho que no estén de moda en Europa, sin olvidar un impulso a otras medidas complementarias de gestión de la demanda", concluye su presidente, Andrés del Campo.
Para Fenacore, la derogación de la norma que reconocía a Andalucía, Aragón y Cataluña determinadas competencias sobre las comisarías de agua y su posterior ratificación en la Ley de Medidas Urgentes de Medio Ambiente supuso todo un logro, aunque salvo devolver al Estado las funciones sobre la policía hidráulica de las cuencas intercomunitarias no se han producido grandes avances.
No podemos vivir pendientes de mirar al cielo para ver si llueve, por lo que seguiremos necesitando obras de regulación por mucho que no estén de moda en Europa
Si bien con la entrada del nuevo Gobierno se auguraba un impulso a la política hidrológica, lo cierto es que los grandes temas macroeconómicos han ido desplazando inevitablemente en la agenda política a los asuntos agrarios, quedando en el aire una serie de medidas orientadas a impulsar la viabilidad y competitividad del sector, inmerso en una profunda crisis.
En este contexto, sigue pendiente de ejecución la segunda fase del plan de modernización de regadíos y con él la transformación de más de un millón de hectáreas. A pesar de ello, los regantes valoran la reciente aprobación de una partida de 700 millones de euros para avanzar en el proceso de modernización, sobre todo por haber conseguido dar salida a unos fondos que se esperaban desde hacía meses para proyectos ya previstos.
Los costes energéticos, una asignatura pendiente
Sin embargo, insisten en que avanzar en transformación de regadíos sin adecuar los proyectos al escenario tarifario actual, dispara los costes de producción, reduciendo la rentabilidad de las explotaciones ya modernizadas. Fenacore recuerda que no se han producido avances en este sentido, por lo que los costes energéticos continuarán "arrastrándose" un año más como asignatura pendiente para el curso que viene.
Así, en las distintas reuniones mantenidas con el Ministerio de Industria durante este año pasado -la última, a mediados de diciembre-, Fenacore insistió en la puesta en marcha de fórmulas que permitan asumir los costes energéticos de acuerdo a la potencia real registrada y no por la máxima teórica contratada.
Otras alternativas para conseguir una reducción de los costes de la luz pasan por la despenalización del uso de las tarifas de temporada o la posibilidad de formalizar dos contratos al año para así evitar el "injusto" pago de la electricidad fuera de la época de riego; alternativas que no han sido de momento estudiadas por el Ejecutivo.
El Plan Hidrológico Nacional, sin avances significativos
Otro de los grandes temas que despiden el ejercicio sin avances significativos es el Plan Hidrológico Nacional, debido a la complejidad para determinar las necesidades de agua de las diferentes cuencas hidrográficas. Para la Federación, la excesiva cuantificación de caudales que caracteriza los planes de cuenca origina una gran conflictividad entre comunidades autónomas por el reparto del agua, lo que retrasa su aprobación sin que exista una solución aparente a corto plazo, a pesar de que los regantes han insistido en la importancia de simplificar los requerimientos.
Fenacore considera -y así lo transmitió en las dos reuniones del Consejo Nacional del Agua (CNA) de este año- que agilizar la planificación hidrológica y la gobernanza del agua pasa por que las propias Confederaciones Hidrográficas, coordinadas con usuarios y autonomías, cuantifiquen las demandas de acuerdo criterios técnicos, y no las comunidades autónomas de acuerdo a criterios políticos y arbitrarios.
Por último, y mientras se consigue llevar adelante el Plan Hidrológico, los regantes confían en que con el nuevo año se consiga finalmente la flexibilización de los contratos de cesión temporal de derechos del uso del agua para, de esta forma, disminuir los efectos negativos de la sequía, al convertirse en una alternativa ágil a la falta de embalses y trasvases en las cuencas menos reguladas.
Para Fenacore, la construcción sostenible de embalses y trasvases intercuencas allí donde sea necesario sigue siendo la gran asignatura pendiente ya que los regantes necesitan tener el agua garantizada para poder regar sin vivir a expensas de una pluviometría inestable como la que caracteriza a nuestro país.
"Todos sabemos que con una pluviometría tan inestable, problema que además podría agudizarse por los impactos negativos del cambio climático en los países mediterráneos, no podemos vivir pendientes de mirar al cielo para ver si llueve, por lo que seguiremos necesitando obras de regulación por mucho que no estén de moda en Europa, sin olvidar un impulso a otras medidas complementarias de gestión de la demanda", concluye su presidente, Andrés del Campo.