Latinoamérica: 120 millones aún sin acceso a un inodoro
Jue, 21/11/2013
Banco Mundial
La región es cada vez más rica, pero es más fácil tener un celular que un inodoro.
4,000 niños mueren diariamente en el mundo por falta de acceso a saneamiento y agua
La tercera parte de pobladores de áreas rurales carecen de condiciones sanitarias
En el Día Mundial del Inodoro, Latinoamérica enfrenta un dato que contrasta con los últimos años de avances sociales y económicos de la región: 120 millones de latinoamericanos carecen de acceso a un inodoro o un lugar sanitariamente seguro para evacuar sus excreciones. Es más: en la región, más gente tiene acceso a un celular que a un inodoro, según datos del Banco Mundial.
Más de 4.000 niños mueren diariamente en el mundo por falta de acceso adecuado a agua y saneamiento, en un problema que afecta a casi un tercio de la población mundial o 2,500 millones de personas.
Fuera de las ciudades el problema es aún más grave. Un tercio de los pobladores de áreas rurales de Latinoamérica están potencialmente expuestos a contacto con sus propias heces ya que carecen de un sistema de separación de sus excreciones, como un escusado, una letrina o un pozo séptico. La cifra es de 13% para los habitantes de pueblos y ciudades latinoamericanos.
“En las áreas urbanas, tenemos una cobertura similar a la de otros países en desarrollo, pero en las áreas rurales, la situación es comparable a la de los países más pobres del mundo”, afirma Ivo Imparato, director del Programa de Agua y Saneamiento para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.
Todo esto ocurre en una región donde por primera vez en la historia el número de personas de clase media superó el número de pobres. A lo largo de la última década más de 70 millones de personas dejaron la pobreza y 50 millones se sumaron a la clase media, en virtud de un crecimiento económico sostenido y la solidez de las políticas públicas.
En las áreas urbanas, tenemos una cobertura similar a la de otros países en desarrollo, pero en las áreas rurales, la situación es comparable a la de los países más pobres del mundo Close Quotes
Director del Programa de Agua y Saneamiento para América Latina
En los Objetivos del Milenio la región se comprometió a que más del 90% de los latinoamericanos tuviesen acceso al saneamiento para el 2015. La realidad es que en 2011 apenas se había llegado a 82% y los expertos creen que será complicado cumplir con la meta.
Además de que tiende a profundizar la pobreza extrema, y a aumentar la desnutrición y mortalidad infantil, la falta de un saneamiento adecuado también tiene altos costos económicos.
Por ejemplo, en Nicaragua, donde la mitad de la población carece de un sitio adecuado para sus necesidades fisiológicas, se pierden US$95 millones al año por falta de saneamiento. Con ese monto se podría costear la educación de 470.000 estudiantes, según un estudio del Banco Mundial. Se trata de un flagrante desperdicio de recursos, si se toma en cuenta que por cada dólar invertido en agua potable y saneamiento, pueden ahorrarse hasta US$ 34 en costos de salud y educación, entre otros.
En opinión de los expertos, en esas inversiones reside la clave del próximo gran salto económico cualitativo de la región.
“Hemos experimentado, a pesar de la crisis mundial, diez años de crecimiento extraordinario, pero sin esas inversiones en saneamiento y sin lograr los beneficios de salud no hay cómo arrancar hacia ese salto”, afirma Ede Ijjász Vázquez, director regional de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial.
Más de 4.000 niños mueren diariamente en el mundo por falta de acceso adecuado a agua y saneamiento, en un problema que afecta a casi un tercio de la población mundial o 2,500 millones de personas.
Fuera de las ciudades el problema es aún más grave. Un tercio de los pobladores de áreas rurales de Latinoamérica están potencialmente expuestos a contacto con sus propias heces ya que carecen de un sistema de separación de sus excreciones, como un escusado, una letrina o un pozo séptico. La cifra es de 13% para los habitantes de pueblos y ciudades latinoamericanos.
“En las áreas urbanas, tenemos una cobertura similar a la de otros países en desarrollo, pero en las áreas rurales, la situación es comparable a la de los países más pobres del mundo”, afirma Ivo Imparato, director del Programa de Agua y Saneamiento para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.
Todo esto ocurre en una región donde por primera vez en la historia el número de personas de clase media superó el número de pobres. A lo largo de la última década más de 70 millones de personas dejaron la pobreza y 50 millones se sumaron a la clase media, en virtud de un crecimiento económico sostenido y la solidez de las políticas públicas.
En las áreas urbanas, tenemos una cobertura similar a la de otros países en desarrollo, pero en las áreas rurales, la situación es comparable a la de los países más pobres del mundo Close Quotes
Director del Programa de Agua y Saneamiento para América Latina
En los Objetivos del Milenio la región se comprometió a que más del 90% de los latinoamericanos tuviesen acceso al saneamiento para el 2015. La realidad es que en 2011 apenas se había llegado a 82% y los expertos creen que será complicado cumplir con la meta.
Además de que tiende a profundizar la pobreza extrema, y a aumentar la desnutrición y mortalidad infantil, la falta de un saneamiento adecuado también tiene altos costos económicos.
Por ejemplo, en Nicaragua, donde la mitad de la población carece de un sitio adecuado para sus necesidades fisiológicas, se pierden US$95 millones al año por falta de saneamiento. Con ese monto se podría costear la educación de 470.000 estudiantes, según un estudio del Banco Mundial. Se trata de un flagrante desperdicio de recursos, si se toma en cuenta que por cada dólar invertido en agua potable y saneamiento, pueden ahorrarse hasta US$ 34 en costos de salud y educación, entre otros.
En opinión de los expertos, en esas inversiones reside la clave del próximo gran salto económico cualitativo de la región.
“Hemos experimentado, a pesar de la crisis mundial, diez años de crecimiento extraordinario, pero sin esas inversiones en saneamiento y sin lograr los beneficios de salud no hay cómo arrancar hacia ese salto”, afirma Ede Ijjász Vázquez, director regional de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial.