La economía circular: el gran reto de la innovación
Jue, 26/06/2014
Se calcula que para 2050 la población mundial será de 9 000 millones de personas, una población que necesitará tres veces más recursos que los usados en la actualidad. Hoy por hoy, el 80 % de cuanto utilizamos se emplea una sola vez para descartarlo a continuación. Queda clara la necesidad de contar con una alternativa al modelo actual de «extraer-usar-tirar.
El Comisario de Medio Ambiente de la Unión Europea Janez Poto?nik afirma que la solución pasa por evolucionar hacia una «economía circular» en la que nada se deseche y todos los recursos se aprovechen continuamente en un círculo virtuoso. Sin embargo, este nuevo modelo requiere indudablemente un profundo cambio de mentalidad, lo cual plantea un reto de grandes proporciones para legisladores, instituciones financieras, investigadores y empresas en particular.
El llamamiento del Comisario a construir una economía circular que «ahorre recursos y cree empleo» fue un tema recurrente a lo largo de la Semana Verde, un acontecimiento celebrado en Bruselas a principios de este mes. Este concepto se fundamenta en la reutilización, reparación, renovación o reciclaje de materiales y productos existentes y en asegurar una gestión más eficiente de todos los recursos a lo largo de su ciclo vital. A grandes rasgos, todo lo que se ha considerado tradicionalmente como desechos puede transformarse en un recurso.
El planteamiento se antoja lógico, pero este nuevo orden está supeditado a un cambio radical de las actitudes y a un vigoroso impulso a la innovación. «La economía circular será el gran reto de innovación durante los próximos decenios», admitió el Comisario. «Sobrevivirán aquellos que hayan invertido y estén listos para competir en un mundo con limitaciones de recursos», advirtió.
Worn Again (Reino Unido) es un ejemplo de empresa que apuesta por el modelo de la economía circular y trata de «crear un ciclo cerrado». Esta empresa dirigida por Cyndi Rhoades está desarrollando una tecnología química para el reciclaje de tejidos y un modelo de recursos de ciclo cerrado que posibilitarán, una y otra vez, la recogida de prendas de vestir y otros tejidos ya utilizados, su procesamiento y su conversión en nuevos hilos, tejidos y prendas de vestir. El objetivo último es erradicar por completo los desechos textiles.
Rhoades compartió tribuna con el Comisario durante la Semana Verde y secundó la idea de que las tecnologías de reciclaje innovadoras son la clave para crear un flujo circular de recursos. Según indicó, uno de los principales retos para Worn Again consiste en separar las fibras mixtas de algodón y poliéster para obtener materiales adecuados de cara a su reutilización. Sencillamente, esto es misión imposible sin la intensa labor de innovación que tiene lugar en los laboratorios de Worn Again y sus colaboradores. «Para cerrar el ciclo, necesitamos una tecnología de ciclo cerrado», reiteró Rhoades.
Sin embargo, y a diferencia de Worn Again, muchas PYME de Europa «están asentadas en el modelo económico actual y les resultarán complicadas las demandas tecnológicas y el consecuente desembolso que plantea la transición hacia una economía circular. Otra oradora durante la Semana Verde fue Rosa Solanes, de UEAPME, organización que representa a las PYME a escala de la UE. En sus palabras: «Las PYME necesitan ayuda tecnológica. Hay cambios sencillos que pueden introducir por su cuenta, pero si quieren ir más allá, no poseen capacidad suficiente [...] Los bancos no tienen en cuenta la eficacia en el uso de los recursos al evaluar los proyectos propuestos por las PYME. También hay que impartir formación sobre la economía circular a las entidades financieras».
Solanes consideró encomiables los ejemplos de PYME volcadas con lo ecológico que apuestan por el modelo de la economía circular, pero señaló que no son representativas del grueso de las empresas europeas. «Los ejemplos expuestos son buenos, pero no dejan de ser una minoría. La mayoría de las PYME no es circular todavía, sino lineal», señaló.
Todo indica que estas PYME y todas las demás entidades de la cadena de los recursos no tendrán más opción que adaptarse. El Comisario Potolnik recalcó que la economía circular no se podrá establecer si todo se deja en manos de los individuos, las empresas y los mercados. «Necesitamos convenios nacionales e internacionales que pongan límites al comportamiento de los individuos y de las empresas». Con esto en mente, está previsto que la Comisión proponga en julio objetivos vinculantes relativos al reciclaje y a la adquisición pública como parte de un plan de medidas enfocadas hacia la economía circular.
El Comisario de Medio Ambiente de la Unión Europea Janez Poto?nik afirma que la solución pasa por evolucionar hacia una «economía circular» en la que nada se deseche y todos los recursos se aprovechen continuamente en un círculo virtuoso. Sin embargo, este nuevo modelo requiere indudablemente un profundo cambio de mentalidad, lo cual plantea un reto de grandes proporciones para legisladores, instituciones financieras, investigadores y empresas en particular.
El llamamiento del Comisario a construir una economía circular que «ahorre recursos y cree empleo» fue un tema recurrente a lo largo de la Semana Verde, un acontecimiento celebrado en Bruselas a principios de este mes. Este concepto se fundamenta en la reutilización, reparación, renovación o reciclaje de materiales y productos existentes y en asegurar una gestión más eficiente de todos los recursos a lo largo de su ciclo vital. A grandes rasgos, todo lo que se ha considerado tradicionalmente como desechos puede transformarse en un recurso.
El planteamiento se antoja lógico, pero este nuevo orden está supeditado a un cambio radical de las actitudes y a un vigoroso impulso a la innovación. «La economía circular será el gran reto de innovación durante los próximos decenios», admitió el Comisario. «Sobrevivirán aquellos que hayan invertido y estén listos para competir en un mundo con limitaciones de recursos», advirtió.
Worn Again (Reino Unido) es un ejemplo de empresa que apuesta por el modelo de la economía circular y trata de «crear un ciclo cerrado». Esta empresa dirigida por Cyndi Rhoades está desarrollando una tecnología química para el reciclaje de tejidos y un modelo de recursos de ciclo cerrado que posibilitarán, una y otra vez, la recogida de prendas de vestir y otros tejidos ya utilizados, su procesamiento y su conversión en nuevos hilos, tejidos y prendas de vestir. El objetivo último es erradicar por completo los desechos textiles.
Rhoades compartió tribuna con el Comisario durante la Semana Verde y secundó la idea de que las tecnologías de reciclaje innovadoras son la clave para crear un flujo circular de recursos. Según indicó, uno de los principales retos para Worn Again consiste en separar las fibras mixtas de algodón y poliéster para obtener materiales adecuados de cara a su reutilización. Sencillamente, esto es misión imposible sin la intensa labor de innovación que tiene lugar en los laboratorios de Worn Again y sus colaboradores. «Para cerrar el ciclo, necesitamos una tecnología de ciclo cerrado», reiteró Rhoades.
Sin embargo, y a diferencia de Worn Again, muchas PYME de Europa «están asentadas en el modelo económico actual y les resultarán complicadas las demandas tecnológicas y el consecuente desembolso que plantea la transición hacia una economía circular. Otra oradora durante la Semana Verde fue Rosa Solanes, de UEAPME, organización que representa a las PYME a escala de la UE. En sus palabras: «Las PYME necesitan ayuda tecnológica. Hay cambios sencillos que pueden introducir por su cuenta, pero si quieren ir más allá, no poseen capacidad suficiente [...] Los bancos no tienen en cuenta la eficacia en el uso de los recursos al evaluar los proyectos propuestos por las PYME. También hay que impartir formación sobre la economía circular a las entidades financieras».
Solanes consideró encomiables los ejemplos de PYME volcadas con lo ecológico que apuestan por el modelo de la economía circular, pero señaló que no son representativas del grueso de las empresas europeas. «Los ejemplos expuestos son buenos, pero no dejan de ser una minoría. La mayoría de las PYME no es circular todavía, sino lineal», señaló.
Todo indica que estas PYME y todas las demás entidades de la cadena de los recursos no tendrán más opción que adaptarse. El Comisario Potolnik recalcó que la economía circular no se podrá establecer si todo se deja en manos de los individuos, las empresas y los mercados. «Necesitamos convenios nacionales e internacionales que pongan límites al comportamiento de los individuos y de las empresas». Con esto en mente, está previsto que la Comisión proponga en julio objetivos vinculantes relativos al reciclaje y a la adquisición pública como parte de un plan de medidas enfocadas hacia la economía circular.