Las lluvias podrían haber causado 2.000 muertos

Vie, 28/05/2004

Europa Sur

Tragedia en la República Dominicana y Haití
klaus blume (dpa)
puerto príncipe. Se teme que hasta 2.000 personas hayan muerto a raíz de las inundaciones y deslizamientos de tierra en la República Dominicana y Haití.
Según confirmaron ayer las autoridades, sólo en Haití perdieron la vida al menos 658 personas, mientras que informaciones sin confirmar hablaban del hallazgo de otros 1.000 muertos. En la vecina República Dominicana, el número de fallecidos en la población fronteriza de Jimaní ascendía a 300, en lo que se trata de la peor catástrofe natural en décadas para la isla de La Española, que se reparten ambos países.
Equipos de rescate con mascarillas y perros entrenados buscaban ayer más cuerpos sin vida bajo el barro y los escombros de las casas arrasadas por la fuerza de las aguas.
En Haití, helicópteros militares de Estados Unidos transportaban alimentos a los remotos poblados que quedaron aislados por vía terrestre. Se trata de la tropa de paz que llegó al país después de que el presidente Jean-Bertrand Aristide fuera derrocado el pasado 29 de febrero. De acuerdo con la radio Métropole, los soldados intentaban llegar ayer a la localidad de Mapou donde, según informaciones aún sin confirmar, murieron otras 1.000 personas.
Haití es el país más pobre del continente. La mayor parte de los bosques fue talada y consumida como combustible para calefacción y cocina. Esto hace que las consecuencias de las tormentas sean mucho peores debido a que las peladas laderas de los cerros no retienen el agua de la lluvia, que avanza hacia los valles sin encontrar resistencia y arrastrando todo lo que encuentra a su paso, formando un torrente de barro y rocas.
Ayer, muchos poblados continuaban aislados del mundo, lo que explica la demora con la que se difunden las consecuencias de la tragedia. En la localidad fronteriza de Fond Verettes, en Haití, perdieron la vida 158 personas. Según algunos informes, fue un sacerdote quien, después de refugiarse durante días en el techo de una vivienda, cabalgó hasta la próxima ciudad para informar acerca de lo sucedido.
De acuerdo con las cifras oficiales, solamente en la provincia del sureste de Haití perecieron alrededor de 500 personas. Del otro lado de la frontera, en Jimaní, el número de muertos aumentó a 300 y muchos seguían desaparecidos.
Tanto en Jimaní como en Fond Verettes, las muertes fueron causadas por la corriente del río que nace en Haití con el nombre de Solié y desemboca en el lago Enriquillo, en la República Dominicana, bajo el nombre de Río Blanco.
Pese a que generalmente está casi seco, las lluvias torrenciales lo convirtieron en el inmenso caudal de agua que, en la noche del lunes, sorprendió a los habitantes de la zona mientras dormían. Acostumbrados a la sequía, algunos incluso había construido sus casas en el lecho mismo del río.
Los supervivientes en Jimaní confirmaron que el Gobierno les había advertido sobre el peligro de inundaciones. Vinieron y nos dijeron que vivíamos en el lecho de un río. Pero no teníamos dinero para comprar otros terrenos. Sabía que era peligroso , dijo Fraudi Matos, de 28 años, al periódico The Miami Herald. En la pequeña ciudad viven muchos inmigrantes haitianos, quienes se quejaron amargamente de ser discriminados a la hora del reparto de la ayuda del Gobierno dominicano.
Por su parte, dos equipos de expertos de la ONU viajarán hoy a ambos países para evaluar los daños y coordinar los esfuerzos de ayuda, señaló una portavoz de la ONU en Ginebra. Los miembros de esos equipos, que tienen una formación especial para poder enfrentar catástrofes de esta índole, ayudarán a la ONU y a otras agencias humanitarias.
Equipos de rescate
con mascarillas y perros entrenados buscan cuerpos sin vida bajo el barro y los escombros de las casas destruidas por el agua .