Los muertos por las riadas en República Dominicana y Haití aumentan a 2.500

Vie, 28/05/2004

ABC

Según la delegada del Gobierno para la región sur haitiana, «cientos de personas se han instalado en las copas de los árboles, esperando la llegada de auxilio»

MÉXICO Implacable según pasan las horas, la cifra de víctimas mortales por las inundaciones en Haití y República Dominicana se eleva ya a dos mil quinientas. Sólo en Haití, las lluvias torrenciales que se han precipitado durante cuatro días en el sur del país han causado cerca de 1.700 muertos y desaparecidos, según la delegada del Gobierno en la región, Margareth Martin. En el país vecino, el número de fallecidos y sepultados por las aguas puede superar los ochocientos.

La localidad haitiana más afectada por la catástrofe es Mapou, una población aislada en la que han sido encontrados un millar de cadáveres. En otras villas, como Bodarie, Thiotte, Belle Anse y Grand Gosier, se cuentan más de quinientos muertos; doscientos de ellos solamente en la última de estas ciudades. «En Grand Gosier y Mapou, cientos de personas se han instalado en las copas de los árboles, esperando la llegada de auxilio», relataba Margareth Martin a la emisora Visión 2000. «Los centros de salud fueron destruidos, así como la mayoría de las carreteras en el sureste», concluía.

En Fond-Verettes, que quedó totalmente arrasada por las inundaciones, además de 158 fallecidas, más de tres mil personas han resultado heridas y otras diez mil seriamente afectadas, según los responsables del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Las autoridades haitianas tratan ahora de impedir que los numerosos cadáveres que han quedado a la intemperie provoquen una epidemia sanitaria. Fuentes del Programa Mundial de Alimentos (WFP) en Haití temen que en las próximas horas la cifra de muertos se puede multiplicar.

Mientras, en la localidad dominicana de Jimaní, el número oficial de muertos se estima en más de cuatrocientos, y en 375 el de los desaparecidos. Pero, según testigos oculares, muchos cuerpos sin vida han sido arrastrados por las aguas varios kilómetros, para desembocar en lagos y embalses o, incluso, en lagunas infestadas de cocodrilos. Familias enteras han perecido bajo las aguas, y decenas de cadáveres son enterrados sobre la marcha para evitar epidemias.

«Petrificados por el dolor»

En medio de tanta miseria, un vecino de la barriada de Las Cuarenta recobró a sus dos hijos que las aguas de la riada le habían arrebatado de las manos cuando les sorprendieron en mitad de la noche. Según el testimonio del coordinador de Emergencias de Intermón Oxfam en República Dominicana, Mario Martín, los dos niños, de doce y ocho años, el menor de ellos ciego, se agarraron a los árboles que encontraban en el curso del río desbordado y amanecieron en una pequeña isla. El padre, que ya perdió a su mujer en esta tragedia, los daba por muertos. Martín explica que los habitantes de Jimaní «petrificados por el dolor» no mencionan la palabra «muerte», como la mujer que le dijo, con mucha frialdad, que sus dos hijos pequeños «se fueron».

Hasta la zona de la catástrofe ya se han desplazado los equipos de varias organizaciones no gubernamentales españolas, que estudian la manera de hacer llegar también la ayuda al país vecino, donde no trabajan cooperantes de nuestro país. Intermón Oxfam, sección española de la organización humanitaria británica, ha desplegado un programa de asistencia a cargo de una veintena de brigadistas, en colaboración con las organizaciones locales Ceajuri y Ciepo, que se encargan de la distribución de alimentos. Según los voluntarios del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL) desplazados a la región, las necesidades de alojamiento, agua potable y medicinas son las más urgentes.

El personal expatriado del MPDL en República Dominicana se concentra en explotar el Centro de Salud de que disponen en Jimaní, que está siendo utilizado como recurso de primera urgencia en la asistencia a las víctimas de las inundaciones, ante la inutilización del hospital principal, que está anegado. El equipo, formado por tres personas, también trabaja de manera conjunta con otras organizaciones locales para coordinar el envío de ayuda a la zona y las tareas de emergencia.

Cuatro miembros de la ONG española Bomberos Unidos Sin Fronteras (BUSF) y tres sanitarios partieron ayer desde Madrid hacia la isla caribeña. El equipo viaja con material médico para instalar varios puestos médicos avanzados en Jimaní. Además, transportan material de rescate y una potabilizadora de agua capaz de depurar 6.000 litros por hora, que servirá para hacer frente a epidemias. Dos aviones saldrán mañana del aeropuerto de Torrejón de Ardoz con ayuda para los damnificados, informaron fuentes de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI). La Secretaría de Estado de Cooperación Internacional, a través de la AECI, enviará a República Dominicana un avión Hércules con unos 1.000 kilos de medicinas. A ese avión hay que sumar otro fletado por Cruz Roja española.

Tanto el Ejército dominicano como la fuerza multinacional desplegada en Haití tras la caída del presidente Aristide colaboran en las tareas de rescate. Los últimos pronósticos meteorológicos vaticinan una mejoría del tiempo.