Desaladoras: ¿solución eficaz?

Lun, 21/06/2004

ABC

Nunca me he definido abiertamente a favor del Plan Hidrológico Nacional (PHN) y menos del trasvase del Ebro, aunque, como profesional de la agronomía, sí me he mostrado partidario de obtener el máximo provecho de los recursos hídricos respetando el medio ambiente. No se puede olvidar que la diferencia entre producir alimentos por unidad de superficie del litoral mediterráneo en secano o en regadío es abismal, en algunos casos del 0 al 100 por cien o, lo que es lo mismo, pasar de desierto a vergel. Por eso, la decisión del Consejo de Ministros sobre el trasvase me preocupa, sobre todo cuando el principal motivo que se alega es el impacto ambiental del plan. La propuesta de instalación de plantas desaladoras es, por lo menos, demagógica. Supongo que el Consejo ha tenido en cuenta que las plantas desaladoras consumen gran cantidad de energía eléctrica y producen residuos salinos que no siempre son bien gestionados. Montar una planta desaladora en una pequeña isla puede ser la solución para abastecer de agua potable la isla, pero traspasar el sistema a la masiva obtención de agua para el riego, cuando hay otras opciones, lo considero irresponsable. ¿Se imaginan quince plantas desaladoras para obtener agua de riego arrojando salmuera al litoral mediterráneo y arrojando a la atmósfera grandes cantidades de CO2 cuando tenemos problemas para cumplir el procotolo de Kyoto?

Con una visión estrictamente política, puede entenderse la decisión tomada por el Gobierno, pues los compromisos con algunos partidos y con millones de votantes le obligan a ello, pero no se entiende en un Gobierno responsable. Con los socialistas en el poder en Gerona, ya hemos tenido experiencias de este tipo, cuando, queriendo contentar a sus votantes, han llevado a cabo acciones baratas que se han revelado ineficaces. Jesús Domingo Martínez. Gerona.