Setenta años esperando

Lun, 05/07/2004

La Verdad

El proyecto de trasvase del Ebro ya fue planteado y discutido en los años treinta, y también entonces llegó a anunciarse su construcción
PEDRO SOLER/MURCIA
PRIMERA Y ÚLTIMA. Aznar deposita la simbólica primera piedra de las obras del trasvase en Murcia, en febrero pasado. / JUAN LEAL

Nadie sabe, nadie dice o nadie recuerda que el trasvase Ebro no es un proyecto del PP, ni brota con el Plan Hidrológico Nacional aprobado en el 2001. Es una de esas grandes y posibles obras, que fue planteada en 1937 por Félix de los Ríos, precisamente director de la Confederación Hidrográfica del Ebro, quien defendía que el río que atraviesa Aragón podía desempeñar el papel de cedente principal de agua a otras cuencas.

El objetivo de su propuesta, colmada de solidaridad, y retocando el Plan Nacional de Obras Hidráulicas de Manuel Lorenzo Pardo, de 1933, era «la aportación de recursos para garantizar tanto la consolidación como el desarrollo agrícola en Levante y Sureste». El trasvase del Ebro-Segura es, por tanto, un proyecto histórico, con posibilidades de construcción, no en una, sino en varias alternativas de trazado. Parecía tener buenos augurios entre los años sesenta y setenta, cuando el otro trasvase, del Tajo al Segura, se presentaba como de inmediata puesta en marcha. Ahora, el trasvase del Ebro, iniciado con el Gobierno del PP, sufre el más serio descalabro por empeño del Gobierno del PSOE, que no por carencia de alternativas o por definición de obra innecesaria.

La primera página de La Verdad del 16 de febrero de 1967 se abría con este titular: «En el Ebro se construirá también un pantano como el de La Mata». En la página diez, la información se ampliaba con este texto: «La Huerta de Europa será una realidad, cuando el trasvase de las aguas del Tajo al Segura se una en la realización de un pantano en la misma desembocadura del Ebro, casi en el delta de los Alfaques, que impida que el agua se pierda improductivamente en el mar. Entonces, toda la región del Levante español se convertirá en ubérrima huerta, sin perjuicio de intereses de cualquier tipo. (.) Una comisión interministerial, con sede en el ministerio de Asuntos Exteriores, estudia el aprovechamiento de los ríos españoles, no solamente del Tajo, que cruzan la frontera con Portugal». La noticia había sido distribuida por la Agencia Logos.

«Anhelo del país»

Dos días después, La Verdad recogía una información del periódico madrileño Ya, en la que se afirmaba que «se halla en estudio un grandioso proyecto, que responde a un anhelo del país, esbozado hace ya siglos y previsto en otros estudios realizados hace más de cincuenta años. Simplemente, con ánimo e impulso de amor hacia España y con fe en sus posibilidades, destinos o importancia, pero, sobre todo, con una auténtica coordinación de servicios e intereses alineados a nivel nacional. Se trata de la Huerta de Europa».

La información trataba, genéricamente, del trasvase Tajo-Segura, de los problemas que pudieran surgir, de los acuerdos con Portugal, de la necesaria obligatoriedad de pagar el agua. etc. Pero el último párrafo afirmaba textualmente: «La decisión de acabar con la triste estampa descrita por Su Excelencia el Jefe del Estado, al contemplar el panorama del suelo hispano desde un avión -pequeñas franjas verdes en contados sectores litorales y parameras extensas, desprovistas de agua, pobres, desoladas.- no se limitará en lo sucesivo al trasvase del Tajo al Segura. La pretensión que perseguirá el futuro proyecto es que el mismo río Ebro no deje tampoco el agua en el mar. En la misma desembocadura del Ebro, casi en la delta de los Alfaques, un pantano retendrá las aguas ya dadas por perdidas, y, mediante estudiados y estratégicos trasvases, distribuirlas por todas las regiones que se presten, hidrográficamente consideradas, a la utilización racional de las aguas. Así, a partir de gran puente de Amposta, hasta las ubérrimas huertas murcianas, toda la región del Levante español será convertida en una auténtica huerta, capaz de suministrar productos a toda Europa. ¿Ambicioso el proyecto? Nada de eso. Es realizable y la idea tampoco es de ahora».

Curiosa procedencia

En el Análisis de Antecedentes y Transferencias Planteadas sobre el Plan Hidrológico Nacional se afirma que «es curioso constatar cómo la primera iniciativa de un gran trasvase desde el Ebro surge precisamente desde esa cuenca y por alguien tan autorizado como el director de su Confederación Hidrográfica».

Años después, la Delegación Nacional de Servicios Técnicos de Falange Española aporta una propuesta, «que coincide esencialmente con la de Félix de los Ríos en lo que se refiere a esquema de trasvase». Este dato aparece en un artículo firmado por el delegado provincial de Sindicatos, Juan Parejo de la Cámara, incluido en el suplemento extraordinario de La Verdad, con motivo de la inauguración de los nuevos locales, en la Avenida de Ibáñez Martín, el 15 de diciembre de 1967.

En el artículo, titulado «Murcia: el agua, ilusión y esperanza», se leía: «Tan pronto se logró la total liberación de nuestra tierra, justo es recordar que, los servicios técnicos de la Falange de Murcia presentaron un programa de traída de agua del Ebro, a través del Turia y el Júcar, que, en realidad, venía a ser una modificación del conocido informe de don Félix de los Ríos, posterior al Plan de Lorenzo Pardo».

Pese a que Murcia vivía más pendiente de la llegada del agua del Tajo, años después se insistía en el trasvase del Ebro.

El 23 de febrero de 1971, La Verdad afirmaba: «Iniciados los estudios para el trasvase del Ebro». El día antes se habían reanudado las sesiones informativas de las comisiones de las Cortes españolas. El entonces ministro de Obras Públicas, Gonzalo Fernández de la Mora, se refirió, «al postrasvase Tajo-Segura, que se iniciará este año, y que, con una inversión del orden de seis mil millones, permitirá la construcción de los canales principales, a fin de utilizar las aguas que llevará el acueducto desde el Tajo. Se han iniciado los estudios para el trasvase del Ebro, que será la obra hidráulica de mayor envergadura de la historia de España. (.) Está ya aprobado el anteproyecto del pantano del río Chico y no se puede modificar la distribución de los canales del Trasvase Tajo-Segura en su primera fase. Estamos buscando alguna fórmula para que llegue el agua a Almería, sea del Tajo o de otra procedencia».

Indalecio Prieto

Días después, el 16 de marzo, La Verdad titulaba: «Dentro de tres años podría iniciarse el trasvase de los excedentes del Ebro». En un sumario se especificaba que «este trasvase sería complemento del Tajo-Segura en las provincias de Alicante y Murcia». La información -acompañada de un gráfico en el que se especificaban los trayectos de los trasvases del Tajo y del Ebro- también recordaba que, «al informar sobre el plan de Lorenzo Pardo, el entonces director de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Félix de los Ríos, introdujo la modificación de aprovechar también algunas aguas del Ebro en los regadíos valencianos y murcianos. Así nacía la idea del trasvase Ebro-Júcar-Segura».

En esta página de 1971, se evocaba la estancia de Indalecio Prieto -entonces ministro socialista de Obras Públicas con la Segunda República- y Manuel Lorenzo Pardo en Alicante, el 23 de febrero de 1939. Fue cuando Pardo pronunció una conferencia en la que afirmó: «Existe en la zona valenciana un problema de regularización y ordenación; en la alicantina y murciana, una gran necesidad de ayuda; y en la andaluza, una imperiosa necesidad de socorro (.). De ahí que el único factor que pueda actuar, proporcionando una nueva savia suficiente, como para poder cambiar este estado de cosas, tanto en el presente y, sobre todo, en el futuro, no es otro que el agua, la cual deberá ser distribuida y aprovechada convenientemente por todo el país».

Por otra parte, la Memoria General del Anteproyecto Tajo-Segura, en el capítulo sobre desequilibrios hidráulicos, también proponía «aprovechar los 5.200 millones de metros cúbicos anuales de excedentes futuros del Ebro, situados prácticamente a nivel del mar. La base de dicho aprovechamiento estaría en dos trasvases: uno sencillo, Ebro-Pirineo Oriental; y otro doble: Ebro-Júcar-Segura». Y se añadía: «Incluso se ha pensado en que, caso de que fuera necesario, podría acometerse un trasvase Duero-Tajo (el Duero tiene unos excedentes anuales de 4.000 millones de metros cúbicos), para, desde el Tajo, traer también agua del Duero al Segura».