«La derogación del trasvase del Ebro es estrictamente política»

Lun, 05/07/2004

ABC

Enérgico y caudaloso, a menudo se levanta como una exhalación en busca de documentos con los datos por los que el Gobierno murciano considera irrefutable la necesidad del agua del Ebro. No le van las manifestaciones («antes sólo había estado en dos en mi vida, la de después del 11-M y otra en los ochenta»), pero está convencido de que la «operación rescate» del proyecto de trasvase del Ebro, derogado por el Gobierno, merece todo tipo de toques de atención. Como el que le llevó a fotografiarse hace unos días junto a Pepín Liria y Ortega Cano esparciendo sal, el símbolo de la nueva política del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, aferrada al tratamiento del agua marina como solución para el Levante. El consejero de Agricultura, Agua y Medio Ambiente de la Región de Murcia, Antonio Cerdá, tiene claros sus objetivos y los expresa con vehemencia. La batalla por el agua no ha hecho más que empezar en este despacho con vistas a unas farragosas y polvorientas obras de remodelación de la sede de la Consejería.

-Parece que el principal argumento de los Gobiernos de Valencia y de Murcia contra la derogación del trasvase es que esa medida consagra la «insolidaridad nacional»...

-Naturalmente. Aquí, a nuestra región, llegan constantemente los barcos que alimentan los gasoductos que transportan el gas natural a Tarragona, a Barcelona o a Zaragoza. Al igual que también nuestro volumen de exportación de frutas y hortalizas contribuye a que el Estado pueda pagar la construcción del AVE para Aragón y Cataluña. O esto es un país o no lo es. O hay solidaridad en todas las direcciones o en ninguna.

Rifirrafe de precios

-¿No deja usted un resquicio de credibilidad a la «solución desaladora»?

-Digan lo que digan, el agua desalada es tres o cuatro veces más cara que la que se iba a traer con el trasvase. La ministra Narbona va diciendo que con el anterior proyecto el metro cúbico iba a salir a 91 céntimos y yo le repliqué, en la última reunión de la Permanente del Consejo Nacional del Agua, que dónde estaban esos datos técnicos. Ella contesta «es que hay informes científicos...» y a mí, de Ciencia, no me tiene que enseñar nada, porque precisamente yo soy profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Sé bien que un profesor puede hacer un informe, pero no se puede equiparar no sé qué informes a un proyecto técnico, que no lo elabora una persona, sino un equipo, como ocurría con el del anterior PHN.

-Con esto del precio el ciudadano no sabe a qué carta quedarse, de tan diferentes como son los que dan ustedes y los del Ministerio...

-Nuestros datos son rigurosos y concluyen que el agua del Ebro podría llegar aquí exactamente al mismo precio que el que pagamos por el agua del Tajo. Mira... . Estos son datos de la desaladora de aquí, de Alicante, inaugurada el otoño pasado, que trata 18 hectómetros cúbicos al año y que ha costado 52 millones de euros. Si le asignamos una vida de quince años, con generosidad, porque muchas desaladoras dan problemas antes, el metro cúbico sale a 0,70 euros, frente a los 0,34 del trasvase. Con una subvención comunitaria del 75% como la que ha recibido la desaladora de Carboneras, en Almería, saldría a 50 céntimos. Con esa misma ayuda, la trasvasada costaría 19 céntimos. Además, no hay perspectivas a corto plazo de que se lime el enorme gasto energético que tiene el proceso. No sólo el de ósmosis, el de quitar las sales del agua, sino el de bombearla, el de depósito y el de reconducirla allí donde se consume. La ministra suele decir que el trasvase consumiría más energía por los cambios de cota del recorrido. Y eso sólo es real en parte, porque en los tramos de bajada habría recuperación energética, no es todo cuesta arriba. El coste energético de una desaladora triplica el del trasvase.

-Pero la ministra habla del recurso de las desaladoras a las «energías renovables».

-Puede hablar de ello todo lo que quiera, pero la realidad es que esas técnicas no están desarrolladas, hoy por hoy. Nos están pintando un panorama de «Alicia en el País de las Maravillas» que no existe. La energía más limpia, aunque no renovable, es la que no tenemos, la nuclear. Y si nos referimos a la eólica o solar, no es realista atribuirle una contribución de más del 5%.

-Los defensores de la desalación comentan que puede haber recuperación de energía en el proceso, a través de las corrientes de salmuera que se devuelven al mar.

-Hoy por hoy eso no supone nada, no es significativo. Ahí hay más teoría y buenos deseos que práctica.

-También se dice que el Gobierno socialista, a medio plazo, podría proponer un trasvase alternativo desde el Ebro al canal Tajo-Segura.

-Lo que de momento hay es una obcecación personal de la ministra, porque los regantes echaron atrás en su momento el Plan Borrell. ¡Un plan que pretendía remover 4.000 hectómetros cúbicos, hacer trece trasvases y conectar todas las Cuencas! De toda esa agua, 2.000 hectómetros cúbicos se iban a detraer del Ebro, o sea, el doble de lo que estipulaba el proyecto ahora derogado. Aquello era inviable, pero esto no. Si hasta los aragoneses han reconocido que se pueden ceder hasta 800 ó 900 hectómetros. Ahí siempre hay un margen donde se puede negociar, y si en un momento dado el trasvase no puede llegar a los 1.000, pues nos apretamos un poco todos y complementamos con alguna desaladora.

Visión de futuro

-¿Los precios del agua anunciados por la ministra son razonables?

-Me parece demencial la manera en la que se penaliza con precios altísimos el consumo en zonas residenciales. Aquí en Murcia es circunstancia común que una casa en ese tipo de urbanizaciones sea primera residencia, y no parece razonable castigar de ese modo a quien vive ahí con respecto a quien está en la ciudad. Las medidas punitivas deberían ir contra el derroche, no en función de donde se reside. Además, no se entiende por qué aquí un campo de golf tiene que pagar el agua a 1,30 mientras en Sotogrande les resulta mucho más barata.

-¿Qué piensa de quienes revisan a la baja las necesidades de agua de Levante?

-Creo que no acatan el principio de que los gestores no sólo deben velar por hacer frente a las demandas presentes, sino también a las futuras. La obligación es prever lo que ocurrirá dentro de 20 ó 25 años. Si no tuviésemos el trasvase del Tajo, todos los murcianos estaríamos en Alemania o en Barcelona, o en Francia. Ahora contamos con una agricultura ejemplar y de mercado. Es decir, no subvencionada. Aquí sólo se subvenciona algo más del 7% del total de la producción, mientras que en otras regiones es más del 50%.

-¿Le parece una derogación estrictamente política?

-Totalmente. La derogación del trasvase del Ebro estaba recogida en uno de los puntos del acuerdo del tripartito en Cataluña y a Zapatero, al igual que le ha sido fácil cumplir la promesa de traerse a la Selección Española de Portugal antes del 30 de junio , le ha resultado inevitable cargarse el trasvase