Cataluña y Aragón destinan 3 de cada 4 hectómetros de agua al riego por inundación
Jue, 08/07/2004
Las pérdidas en el suministro a las explotaciones agrarias ascendieron en 2002 a 3.580 hectómetros cúbicos, más del 17 por ciento del agua disponible
MADRID. El Plan Hidrológico Nacional, y ahora también los anexos del decreto-ley que derogó el trasvase del Ebro, recoge multitud de medidas para favorecer el ahorro de agua y la modernización de regadíos, es decir, pasar del riego por gravedad o inundación al riego localizado o por goteo, con el consiguiente ahorro de agua. Estas medidas no se dirigen sólo a las que hasta hace bien poco eran cuencas receptoras de la transferencia desde el Ebro, sino a todas las cuencas españolas, si bien en las que estaban afectadas por el trasvase, fueran cedentes o receptoras del agua, el ahorro del recurso tiene unas connotaciones bien distintas.
Así, los datos de la encuesta del Instituto Nacional de Estadística sobre el uso del agua en el sector agrario, con datos referentes a 2002, revelan una realidad que echa por tierra las constantes críticas vertidas hacia algunas de las zonas receptoras en cuanto a que si no disponen de agua es porque no la aprovechan. Así, Aragón es la segunda región española, después de Andalucía, que más agua consume para la irrigación del sector agrario, 2.200 hectómetros cúbicos, frente a los 629 que se destinan en Murcia a los mismos usos. Si estas cifras se comparan con el total de agua que consume la agricultura en España, Aragón consumiría casi el 13 por ciento y Murcia no alcanza el 4 por ciento.
Inundar los cultivos
La explicación no es otra que la ya apuntada del ahorro de agua como consecuencia de la modernización de los regadíos. Así, mientras Murcia destina el 29,96 por ciento del agua que consume al riego por goteo -a finales de 2003 tenían 124.000 de las 192.000 hectáreas de cultivos con riego localizado-, con lo que se sitúa la primera de la tabla en riego localizado. Aragón está la cuarta por la cola, aunque las tres regiones que la aventajan (Madrid, Castilla y León y Extremadura) no estaban afectadas por el trasvase y además, en el caso de Madrid, es la Comunidad que menos regadíos tiene.
Si sólo se contabilizan las regiones que estaban afectadas por el trasvase del Ebro, Aragón es la que menos agua de la que consume destina al riego por goteo, sólo el 1,07 por ciento, frente al 75, 56 por ciento que usa para regar por gravedad, esto es, inundar los cultivos. A pesar de estos datos tan pesimistas, con respecto al año 2001 ha habido un descenso de un 5 por ciento del riego por gravedad; sin embargo, el riego localizado sólo se incrementó en cuatro décimas, unos 10 hectómetros, frente a los 50 hectómetros de aumento del riego por aspersión -menos gastador de agua que la inundación, pero más que el riego localizado- y a otros 54 de otros tipos de riego.
Por su parte, Andalucía consume el 26,4 por ciento del agua que en nuestro país se destina a la agricultura, pero hay que decir que ha avanzado mucho en transformar los regadíos, dedicando al goteo más del 18 por ciento de lo que consume, lo que la sitúa detrás de Murcia, y al riego por inundación en torno al 48 por ciento de toda el agua que consume.
No se puede decir lo mismo de la Comunidad Valenciana y Cataluña, que como región receptora la primera y cedente y receptora la segunda, comparten el dudoso honor de ser las zonas que menos agua destinan al riego por goteo, si bien Cataluña es además la que más riega por inundación (más del 80 por ciento de sus cultivos) y una de las que menos dedica al riego localizado de toda España y no sólo de las afectadas por el trasvase. No obstante, el caso de la Comunidad Valenciana es bastante llamativo porque en lugar de incrementar el riego por goteo lo ha disminuido. De esta manera, frente al 12,66 por ciento del agua que consumía en 2001 para la agricultura a través de riego localizado ha pasado en 2002 al 7,16 por ciento. Teniendo en cuenta que ha disminuido en 59 hectómetros cúbicos su consumo total de agua para la agricultura, no se entiende que se destinen 100 hectómetros menos al goteo a costa de aumentar los riegos por aspersión y otros tipos.
No obstante, las cifras para el conjunto de España no son nada halagüeñas: más del 66 por ciento del agua que en 2002 se distribuyó para la irrigación del sector agrario, que ascendió a 17.083 hectómetros cúbicos, se hizo a través del riego por inundación, y sólo un 7,89 por ciento al goteo. En 2001, fueron 16.663 los hectómetros destinados a regar los cultivos, y también fueron menos (concretamente 521) los que se destinaron al riego por gravedad, y más (185) los hectómetros que regaron los campos por riego localizado.
Modernizar los regadíos
Ésta fue la cantidad de agua distribuida, pero la disponible para la agricultura ascendió en toda España a 20.736 hectómetros cúbicos. Sin embargo, no toda llegó a su destino. Las pérdidas en el suministro a las explotaciones agrarias sumaron en torno a los 3.580 hectómetros cúbicos. Por Comunidades, de las afectadas por el trasvase, fue Aragón la que más agua perdió en las redes de distribución, 676 hectómetros cúbicos, lo que representa casi una cuarta parte (23,25 por ciento) de su concesión y el 18,9 por ciento de las pérdidas a nivel nacional. Este dato, el de las pérdidas en el suministro a las explotaciones agrarias, ya no se calcula (desde 1999) en la encuesta del INE porque, según explicaron a ABC desde este centro, hubo Comunidades que se quejaron -el ejemplo puesto fue precisamente Aragón- argumentando que podía ser engañoso pues en muchos casos no se utiliza toda el agua que se tiene concedida. En todo caso, esta explicación sirve para reflejar que existen regiones con excedentes de agua para la agricultura y otras con déficit.
Después de Aragón, es Murcia la que más pierde, 133 hectómetros, un 17 por ciento sobre el total disponible para esta región, pero sólo un 3,72 por ciento sobre el conjunto de pérdidas en todo el territorio nacional. Le sigue Andalucía, que perdió en 2002 más de 853 hectómetros, un 16 por ciento sobre lo que dispuso, y que representa el mayor volumen en España, un 23,84 por ciento. En cuarto lugar estaría Cataluña, que deja de distribuir para la irrigación de los cultivos 281 hectómetros cúbicos -que representa más del 15 por ciento de su concesión y casi el 8 por ciento del total de España- y en último lugar, la Comunidad Valenciana, donde se pierden 156 hectómetros, menos del 8 por ciento de su volumen disponible y sólo el 4,36 de lo que se pierde en todo el territorio nacional.
Tampoco el INE ofrece ya en su Encuesta sobre el uso del agua en el sector agrario el precio medio que los agricultores pagan por el metro cúbico del agua. Un factor que servía para establecer una relación causa-efecto entre el precio que se paga por el agua en las distintas regiones españolas y el esfuerzo por poner en marcha regadíos modernos. A más precio, más regadíos modernizados existen, y viceversa.
Los últimos datos que el INE ofrece sobre esta cuestión son también de 1999. Aunque en números absolutos la cantidad de agua distribuida por técnicas de riego ha variado entre 1999 y 2002, no ocurre lo mismo porcentualmente, donde sin grandes variaciones siguen siendo las mismas Comunidades las que están a la cabeza y a la cola del riego por goteo -el que supone un uso más eficiente del recurso- en nuestro país. Atendiendo a esto, Murcia, que es la que más ha modernizado sus regadíos en los últimos años, pagaba en el año 1999 el metro cúbico de agua a 15,49 pesetas -el precio más caro de toda España-, mientras que Aragón, que solamente destina un 1,07 por ciento del agua que consume a regar de forma localizada o por goteo, pagaba el precio más bajo, 0,67 pesetas el metro cúbico.
Por su parte, Andalucía, la segunda región que más ha modernizado las técnicas de irrigación de cultivos, pagaba el metro cúbico a 6,68 pesetas, y Comunidad Valenciana a 3,51, cuando es la tercera región que más destina al riego por goteo, si bien aún está bastante lejos de Murcia y Andalucía
MADRID. El Plan Hidrológico Nacional, y ahora también los anexos del decreto-ley que derogó el trasvase del Ebro, recoge multitud de medidas para favorecer el ahorro de agua y la modernización de regadíos, es decir, pasar del riego por gravedad o inundación al riego localizado o por goteo, con el consiguiente ahorro de agua. Estas medidas no se dirigen sólo a las que hasta hace bien poco eran cuencas receptoras de la transferencia desde el Ebro, sino a todas las cuencas españolas, si bien en las que estaban afectadas por el trasvase, fueran cedentes o receptoras del agua, el ahorro del recurso tiene unas connotaciones bien distintas.
Así, los datos de la encuesta del Instituto Nacional de Estadística sobre el uso del agua en el sector agrario, con datos referentes a 2002, revelan una realidad que echa por tierra las constantes críticas vertidas hacia algunas de las zonas receptoras en cuanto a que si no disponen de agua es porque no la aprovechan. Así, Aragón es la segunda región española, después de Andalucía, que más agua consume para la irrigación del sector agrario, 2.200 hectómetros cúbicos, frente a los 629 que se destinan en Murcia a los mismos usos. Si estas cifras se comparan con el total de agua que consume la agricultura en España, Aragón consumiría casi el 13 por ciento y Murcia no alcanza el 4 por ciento.
Inundar los cultivos
La explicación no es otra que la ya apuntada del ahorro de agua como consecuencia de la modernización de los regadíos. Así, mientras Murcia destina el 29,96 por ciento del agua que consume al riego por goteo -a finales de 2003 tenían 124.000 de las 192.000 hectáreas de cultivos con riego localizado-, con lo que se sitúa la primera de la tabla en riego localizado. Aragón está la cuarta por la cola, aunque las tres regiones que la aventajan (Madrid, Castilla y León y Extremadura) no estaban afectadas por el trasvase y además, en el caso de Madrid, es la Comunidad que menos regadíos tiene.
Si sólo se contabilizan las regiones que estaban afectadas por el trasvase del Ebro, Aragón es la que menos agua de la que consume destina al riego por goteo, sólo el 1,07 por ciento, frente al 75, 56 por ciento que usa para regar por gravedad, esto es, inundar los cultivos. A pesar de estos datos tan pesimistas, con respecto al año 2001 ha habido un descenso de un 5 por ciento del riego por gravedad; sin embargo, el riego localizado sólo se incrementó en cuatro décimas, unos 10 hectómetros, frente a los 50 hectómetros de aumento del riego por aspersión -menos gastador de agua que la inundación, pero más que el riego localizado- y a otros 54 de otros tipos de riego.
Por su parte, Andalucía consume el 26,4 por ciento del agua que en nuestro país se destina a la agricultura, pero hay que decir que ha avanzado mucho en transformar los regadíos, dedicando al goteo más del 18 por ciento de lo que consume, lo que la sitúa detrás de Murcia, y al riego por inundación en torno al 48 por ciento de toda el agua que consume.
No se puede decir lo mismo de la Comunidad Valenciana y Cataluña, que como región receptora la primera y cedente y receptora la segunda, comparten el dudoso honor de ser las zonas que menos agua destinan al riego por goteo, si bien Cataluña es además la que más riega por inundación (más del 80 por ciento de sus cultivos) y una de las que menos dedica al riego localizado de toda España y no sólo de las afectadas por el trasvase. No obstante, el caso de la Comunidad Valenciana es bastante llamativo porque en lugar de incrementar el riego por goteo lo ha disminuido. De esta manera, frente al 12,66 por ciento del agua que consumía en 2001 para la agricultura a través de riego localizado ha pasado en 2002 al 7,16 por ciento. Teniendo en cuenta que ha disminuido en 59 hectómetros cúbicos su consumo total de agua para la agricultura, no se entiende que se destinen 100 hectómetros menos al goteo a costa de aumentar los riegos por aspersión y otros tipos.
No obstante, las cifras para el conjunto de España no son nada halagüeñas: más del 66 por ciento del agua que en 2002 se distribuyó para la irrigación del sector agrario, que ascendió a 17.083 hectómetros cúbicos, se hizo a través del riego por inundación, y sólo un 7,89 por ciento al goteo. En 2001, fueron 16.663 los hectómetros destinados a regar los cultivos, y también fueron menos (concretamente 521) los que se destinaron al riego por gravedad, y más (185) los hectómetros que regaron los campos por riego localizado.
Modernizar los regadíos
Ésta fue la cantidad de agua distribuida, pero la disponible para la agricultura ascendió en toda España a 20.736 hectómetros cúbicos. Sin embargo, no toda llegó a su destino. Las pérdidas en el suministro a las explotaciones agrarias sumaron en torno a los 3.580 hectómetros cúbicos. Por Comunidades, de las afectadas por el trasvase, fue Aragón la que más agua perdió en las redes de distribución, 676 hectómetros cúbicos, lo que representa casi una cuarta parte (23,25 por ciento) de su concesión y el 18,9 por ciento de las pérdidas a nivel nacional. Este dato, el de las pérdidas en el suministro a las explotaciones agrarias, ya no se calcula (desde 1999) en la encuesta del INE porque, según explicaron a ABC desde este centro, hubo Comunidades que se quejaron -el ejemplo puesto fue precisamente Aragón- argumentando que podía ser engañoso pues en muchos casos no se utiliza toda el agua que se tiene concedida. En todo caso, esta explicación sirve para reflejar que existen regiones con excedentes de agua para la agricultura y otras con déficit.
Después de Aragón, es Murcia la que más pierde, 133 hectómetros, un 17 por ciento sobre el total disponible para esta región, pero sólo un 3,72 por ciento sobre el conjunto de pérdidas en todo el territorio nacional. Le sigue Andalucía, que perdió en 2002 más de 853 hectómetros, un 16 por ciento sobre lo que dispuso, y que representa el mayor volumen en España, un 23,84 por ciento. En cuarto lugar estaría Cataluña, que deja de distribuir para la irrigación de los cultivos 281 hectómetros cúbicos -que representa más del 15 por ciento de su concesión y casi el 8 por ciento del total de España- y en último lugar, la Comunidad Valenciana, donde se pierden 156 hectómetros, menos del 8 por ciento de su volumen disponible y sólo el 4,36 de lo que se pierde en todo el territorio nacional.
Tampoco el INE ofrece ya en su Encuesta sobre el uso del agua en el sector agrario el precio medio que los agricultores pagan por el metro cúbico del agua. Un factor que servía para establecer una relación causa-efecto entre el precio que se paga por el agua en las distintas regiones españolas y el esfuerzo por poner en marcha regadíos modernos. A más precio, más regadíos modernizados existen, y viceversa.
Los últimos datos que el INE ofrece sobre esta cuestión son también de 1999. Aunque en números absolutos la cantidad de agua distribuida por técnicas de riego ha variado entre 1999 y 2002, no ocurre lo mismo porcentualmente, donde sin grandes variaciones siguen siendo las mismas Comunidades las que están a la cabeza y a la cola del riego por goteo -el que supone un uso más eficiente del recurso- en nuestro país. Atendiendo a esto, Murcia, que es la que más ha modernizado sus regadíos en los últimos años, pagaba en el año 1999 el metro cúbico de agua a 15,49 pesetas -el precio más caro de toda España-, mientras que Aragón, que solamente destina un 1,07 por ciento del agua que consume a regar de forma localizada o por goteo, pagaba el precio más bajo, 0,67 pesetas el metro cúbico.
Por su parte, Andalucía, la segunda región que más ha modernizado las técnicas de irrigación de cultivos, pagaba el metro cúbico a 6,68 pesetas, y Comunidad Valenciana a 3,51, cuando es la tercera región que más destina al riego por goteo, si bien aún está bastante lejos de Murcia y Andalucía