La intensa sequía que se registra desde el pasado año en la región oriental de Cuba provoca serios daños a la ganadería y a la agricultura, sobre todo en cultivos como el de la caña de azúcar.
Holguín, una de las provincias más afectadas por la sequía, requirió hasta julio de una inversión de 15,2 millones de pesos (igual cifra en dólares al cambio oficial) para paliar la situación, según dijo hoy a la prensa local el vicedirector de Finanzas y Precios de este territorio, Raúl Topes.
"Tal cifra -indicó el funcionario- podría incrementarse de persistir la escasez de precipitaciones y la consecuente carencia de agua en los embalses".
De acuerdo con un informe de la delegación del ministerio de Agricultura (MINAGRI) citado por la agencia local "Prensa Latina", en Holguín, situada a 735 kilómetros al este de La Habana, han muerto 1.428 reses y 850 vacas reproductoras, con una reducción de la producción lechera en 418.000 litros en el último año.
Además, los efectos de la sequía han asolado a 10 de sus 14 municipios, se han secado más de 3.000 pozos y ha provocado 29 incendios forestales que dañaron 645 hectáreas.
Respecto a los sembrados de caña de azúcar, se conoció que durante la cosecha de este año, se demolieron 1.600 hectáreas sembradas de la dulce gramínea y dejaron de sembrar en la actual temporada otras 2.861 hectáreas de ese cultivo, tradicionalmente uno de los principales de la isla.
En consecuencia, se elevó el costo de producción por tonelada de azúcar en la más reciente cosecha, cuando las autoridades del sector insisten en señalar que esa industria debe reducir sus gastos para lograr la eficiencia.
Otra provincia oriental cubana, Camagüey, con una arraigada tradición ganadera, también sufre las consecuencias de las escasas lluvias que los especialistas han calificado de "sequía meteorológica y agrícola".
En Camagüey, 546 kilómetros al este de La Habana, hay 52 embalses de agua cuyo volumen de almacenamiento se encuentra al 18,3 por ciento de su capacidad y sus principales fuentes abastecedoras estaban agotadas a principios de julio.
Entre las medidas dispuestas para paliar la situación, las autoridades de Camagüey adoptaron el trasvase de agua entre embalses, el empleo de decenas de coches cisterna para garantizar el suministro de agua a 180.000 habitantes de ese territorio, la construcción de más de 100 pozos y la instalación de bombas manuales para su extracción.
Según la prensa local, en Camagüey han colapsado centenares de pozos, micropresas y otras fuentes de agua para abastecer la ganadería, que ha registrado la muerte de miles de cabezas, millones de litros de leche dejados de producir y ha requerido de la inversión de importantes recursos