La Loteta se reanuda tras un largo parón y con un sobrecoste del 43% La reforma, para conectar el embalse con el canal Imperial, ha paralizado las obras varios meses
Jue, 19/08/2004
El embalse de La Loteta, en Zaragoza, costará 14,19 millones de euros más de lo previsto, finalizará varios años después de lo que establecía el contrato y será ligeramente distinto a la propuesta original. Las obras, que comenzaron a finales de 1998, podrán reanudarse de inmediato tras varios meses de paralización, un paro técnico debido a una modificación del proyecto, causante del sobrecoste.
Es la eterna constante de la obra hidráulica en Aragón: más cara, fuera de plazo y diferente del diseño inicial. La Loteta, una presa sin contestación social (salvo alguna protesta por el precio de las expropiaciones) y llamada a ser la fuente de garantía del abastecimiento a Zaragoza y su entorno, no se ha librado de los múltiples problemas que salpican estas actuaciones.
Las obras --que inauguró la exministra del PP Isabel Tocino el 24 de noviembre de 1998-- han estado prácticamente paralizadas durante todo este año. Y el trabajo, que está a punto de culminarse, está sin terminar debido a la necesidad de aprobar un proyecto modificado.
Dicha modificación --que servirá para conectar la nueva infraestructura con el Canal Imperial de Aragón-- supondrá un aumento del presupuesto inicial del 43%, según aseguró a este diario el comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Rafael Romeo. En la práctica, esto supone un sobrecoste de 14,19 millones de euros, que se añadirán a los más de 33 en que se adjudicó. En total, unos 47,19 millones de euros.
DEMORA SOBRE DEMORA La paralización que han sufrido las obras en los últimos meses no es la única a la que se ha enfrentado este proyecto, que acumula ya un sensible retraso sobre la previsión inicial. Dejando de lado que el Ministerio de Medio Ambiente lo inició en 1998 pese a que tenía los terrenos disponibles desde 1996, el proyecto debía haber estado completamente terminado a finales del 2001 o, como muy tarde, en enero del 2002, según marcaba el plazo de ejecución (26 meses) del contrato de adjudicación.
La Loteta --almacén intermedio de aguas en el proyecto de abastecimiento a Zaragoza desde la presa de Yesa-- ya afrontó una seria ralentización por problemas con la Unión Europea. Debido a diversas denuncias, Bruselas relacionó la subvención que se le pedía para hacer llegar el agua de calidad del Pirineo a la capital aragonesa con el recrecimiento del embalse de Yesa. La primera podía financiarla (por ser para agua de boca); la segunda, no, por ser para regadío.
Hasta que se aclaró el lío
, cuando Madrid asumió el pago del tramo de tubería entre Yesa y La Loteta, esta última actuación estuvo ralentizada. Y los plazos oficiales saltaron.
Ahora, un modificado tiene la culpa
de la nueva demora. A lo largo de los últimos ocho meses, ha sido necesario que la reforma (para enlazar el embalse con el canal) tuviera varios vistos buenos de la Administración: del Consejo de Obras Públicas, de Abogacía del Estado, del Consejo de Estado y, finalmente, de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona. Y todo ello con un cambio de Gobierno incluido.
Por fin, Narbona aprobó el pasado 23 de junio la modificación, autorización que llegó a la CHE el 6 de julio, según Romeo. Las obras pueden reanudarse. Las fuertes bajas que se hacen en las adjudicaciones de obras, recordó el presidente en funciones del organismo, y los múltiples trámites, así como las exigencias sobrevenidas, están en el trasfondo de esta notable demora.
Es la eterna constante de la obra hidráulica en Aragón: más cara, fuera de plazo y diferente del diseño inicial. La Loteta, una presa sin contestación social (salvo alguna protesta por el precio de las expropiaciones) y llamada a ser la fuente de garantía del abastecimiento a Zaragoza y su entorno, no se ha librado de los múltiples problemas que salpican estas actuaciones.
Las obras --que inauguró la exministra del PP Isabel Tocino el 24 de noviembre de 1998-- han estado prácticamente paralizadas durante todo este año. Y el trabajo, que está a punto de culminarse, está sin terminar debido a la necesidad de aprobar un proyecto modificado.
Dicha modificación --que servirá para conectar la nueva infraestructura con el Canal Imperial de Aragón-- supondrá un aumento del presupuesto inicial del 43%, según aseguró a este diario el comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Rafael Romeo. En la práctica, esto supone un sobrecoste de 14,19 millones de euros, que se añadirán a los más de 33 en que se adjudicó. En total, unos 47,19 millones de euros.
DEMORA SOBRE DEMORA La paralización que han sufrido las obras en los últimos meses no es la única a la que se ha enfrentado este proyecto, que acumula ya un sensible retraso sobre la previsión inicial. Dejando de lado que el Ministerio de Medio Ambiente lo inició en 1998 pese a que tenía los terrenos disponibles desde 1996, el proyecto debía haber estado completamente terminado a finales del 2001 o, como muy tarde, en enero del 2002, según marcaba el plazo de ejecución (26 meses) del contrato de adjudicación.
La Loteta --almacén intermedio de aguas en el proyecto de abastecimiento a Zaragoza desde la presa de Yesa-- ya afrontó una seria ralentización por problemas con la Unión Europea. Debido a diversas denuncias, Bruselas relacionó la subvención que se le pedía para hacer llegar el agua de calidad del Pirineo a la capital aragonesa con el recrecimiento del embalse de Yesa. La primera podía financiarla (por ser para agua de boca); la segunda, no, por ser para regadío.
Hasta que se aclaró el lío
, cuando Madrid asumió el pago del tramo de tubería entre Yesa y La Loteta, esta última actuación estuvo ralentizada. Y los plazos oficiales saltaron.
Ahora, un modificado tiene la culpa
de la nueva demora. A lo largo de los últimos ocho meses, ha sido necesario que la reforma (para enlazar el embalse con el canal) tuviera varios vistos buenos de la Administración: del Consejo de Obras Públicas, de Abogacía del Estado, del Consejo de Estado y, finalmente, de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona. Y todo ello con un cambio de Gobierno incluido.
Por fin, Narbona aprobó el pasado 23 de junio la modificación, autorización que llegó a la CHE el 6 de julio, según Romeo. Las obras pueden reanudarse. Las fuertes bajas que se hacen en las adjudicaciones de obras, recordó el presidente en funciones del organismo, y los múltiples trámites, así como las exigencias sobrevenidas, están en el trasfondo de esta notable demora.