«Aznalcóllar es asunto cerrado»

Dom, 26/09/2004

I. ÁLVAREZ/HUELVA
EXPERTO. Fernando Hiraldo lleva 35 años en la reserva. / M. VÁZQUEZ
El director de la Estación Biológica de Doñana nació en las tierras seca de Almería, pero el graznido de los ánsares junto a la marisma en un día de lluvia infame le cautivó para siempre. Han pasado 35 años desde entonces.
-¿Cuál es el estado de salud actual del Parque Nacional?
-El mejor que ha tenido en cuanto a grado de protección. Ocurre que han aumentado las presiones externas. Doñana está al fondo de un río y su grado de conservación depende de lo que le pasa a ese río. Además, depende también de un acuífero, una burbuja de agua de 40 kilómetros de radio sobre la que actúa la actividad agrícola de la zona.
-¿La explotación del acuífero podría acabar con Doñana?
-Es una sombra que se cierne sobre la reserva. Con la agricultura, las aguas vienen con mayor cantidad de nitratos. El acuífero es muy grande, pero en algunos lugares ya se está resistiendo debido a las extracciones para riegos.
-¿Cómo afecta a la marisma?
-La marisma es impermeable, pero no tanto. Tenía una zona donde el agua nunca se secaba. Se formaban del orden de sesenta ojos y en ellos se refugiaba la fauna de invertebrados, los peces autóctonos, etcétera. Sin embargo, el bombeo de agua está provocando que los ojos se sequen.
-El atropello de linces en las carreteras del entorno es otra sombra.
-Doñana es el lugar de España donde menos ejemplares han desaparecido. Pero cuando salen, se encuentran con dos carretera y son atropellados, lo que evita su posible unión con otras poblaciones.
-¿Cuánto aguantarán en Doñana?
-No se sabe.
-Si ustedes no pueden paliar este problema. ¿Quién puede hacerlo?
-Los políticos deben decidir.
-¿Cuál es el reto entonces?
-A lo mejor el desdoblamiento puede consistir en una carretera de entrada y otra de salida por el norte, que no pase por la reserva.
«Relaciones crispadas»
-Da la impresión de que los vecinos ven al parque como un lastre.
-A nivel de Europa, todo el mundo dirá que no a las carreteras en Doñana porque es un paraíso natural. Si lo preguntas en Madrid o en Valencia, lo mismo. Pero si lo preguntas aquí, la opinión será otra. Hay que llegar a un sistema estable. Los políticos tendrán que actuar en dos o tres años, no más. Tienen que ver que las relaciones con el entorno se están crispando.
-¿Cómo ve el futuro?
-Ha habido problemas peores.
-¿Aún se perciben las consecuencias del vertido de Aznalcóllar?
-Es asunto cerrado. Ahora, los niveles de contaminación son más bajos que los que había antes del vertido e, incluso, más bajos aún que en los sitios que en Doñana se consideran no contaminados. Murieron 10.000 gansos, pero en años de sequía mueren el doble.
-Si los conejos fueran gansos
-Ya podría. La falta de conejos es un problema que agrava la situación del lince o del águila imperial. Una neumonía acabó con gran parte de la población en 1990. Todavía no se ha recuperado.
-¿Doñana está menos mimado que otros parques nacionales?
-Al contrario. A veces está demasiado cerca del objetivo público y los políticos lo utilizan en sus contiendas. Le hace falta algo menos de atención para trabajar con más serenidad