CASTILLA LA MANCHA .- Grisolía dice que no sólo es importante conseguir más agua sino saber ahorrar, y aboga por cambiar hábitos agrícolas
Mar, 28/09/2004
'Los problemas del agua: escasez y contaminación' centraron hoy la primera jornada de trabajo del III Congreso Mundial de Bioética que se celebra en Cuenca, donde los ponentes coincidieron en señalar que está aumentado la conciencia internacional sobre la escasez de agua de una forma paulatina aunque todavía queda mucho que hacer, sobre todo cara a trabajar conjuntamente en una solución eficaz.
El científico Premio Príncipe de Asturias, Santiago Grisolía, insistió, en rueda de prensa, en que "no sólo es importante conseguir más agua sino saber ahorrar", y señaló, al respecto, que deberían cambiarse ciertos hábitos agrícolas como es el caso del cultivo de arroz.
Así, recordó que más de la mitad de la población mundial vive del cultivo del arroz y éste todavía se cultiva en pantano cuando se está conociendo que ahora también se puede regar por goteo "lo que significaría un ahorro tremendo".
Sobre el problema del agua aportó también soluciones la presidenta de la Organización Biopolítica Internacional, Agni Vlavianos-Arnavatis, quien abogó por crear un Tribunal Internacional de Medio Ambiente relacionado con el Tribunal Internacional de Arbitraje con el que se eviten los problemas del pasado y se establezcan unas líneas directrices para la política del agua. "Es una propuesta biopolítica para dar a conocer la legislación y evitar errores del pasado, aunque este nuevo sistema aún no está consensuado", dijo.
Vlavianos-Arnavatis hizo una llamada de atención sobre la necesidad de conservar los bosques y movilizar sobre este asunto a políticos, estudiantes y a la población en general. Según matizó, el problema del agua se podría cambiar vinculándolo al desempleo. Su propuesta pasa por establecer un salario verde con la creación de puestos de trabajo encaminados a analizar la calidad del agua, reciclar materiales y plantar árboles.
AGUA COMO DERECHO HUMANO.
Por su parte, el jurista uruguayo Héctor Gross Espiell, recordó que la segunda reserva de agua dulce del mundo se encuentra en el acuífero guaraní. Según indicó, "comienza a haber tendencias que consideran el agua como un recurso que genera derechos y deberes".
Así, en Uruguay se plebiscitará el próximo mes de octubre una reforma constitucional que establezca como derecho humano el derecho al consumo de agua potable. Para Gross, "el agua no es un problema en el que haya que dividir oriente y occidente sino de desarrollo global y se debe encarar desde el punto de vista económico y social".
En la misma línea se expresó el antropólogo libanés Georges Kutukdjian quien agregó que a nivel internacional aumenta la toma de conciencia sobre la cuestión del agua.
En este sentido, aseveró que esta preocupación empezó hace seis años con el primer foro mundial sobre el agua celebrado en Marrakech y, en breve, Naciones Unidas publicará un informe mundial sobre agua fresca al que contribuye la UNESCO.
El Congreso Mundial de Bioética continua mañana en el Teatro-auditorio de Cuenca con el debate sobre 'Información y manipulación'.
El científico Premio Príncipe de Asturias, Santiago Grisolía, insistió, en rueda de prensa, en que "no sólo es importante conseguir más agua sino saber ahorrar", y señaló, al respecto, que deberían cambiarse ciertos hábitos agrícolas como es el caso del cultivo de arroz.
Así, recordó que más de la mitad de la población mundial vive del cultivo del arroz y éste todavía se cultiva en pantano cuando se está conociendo que ahora también se puede regar por goteo "lo que significaría un ahorro tremendo".
Sobre el problema del agua aportó también soluciones la presidenta de la Organización Biopolítica Internacional, Agni Vlavianos-Arnavatis, quien abogó por crear un Tribunal Internacional de Medio Ambiente relacionado con el Tribunal Internacional de Arbitraje con el que se eviten los problemas del pasado y se establezcan unas líneas directrices para la política del agua. "Es una propuesta biopolítica para dar a conocer la legislación y evitar errores del pasado, aunque este nuevo sistema aún no está consensuado", dijo.
Vlavianos-Arnavatis hizo una llamada de atención sobre la necesidad de conservar los bosques y movilizar sobre este asunto a políticos, estudiantes y a la población en general. Según matizó, el problema del agua se podría cambiar vinculándolo al desempleo. Su propuesta pasa por establecer un salario verde con la creación de puestos de trabajo encaminados a analizar la calidad del agua, reciclar materiales y plantar árboles.
AGUA COMO DERECHO HUMANO.
Por su parte, el jurista uruguayo Héctor Gross Espiell, recordó que la segunda reserva de agua dulce del mundo se encuentra en el acuífero guaraní. Según indicó, "comienza a haber tendencias que consideran el agua como un recurso que genera derechos y deberes".
Así, en Uruguay se plebiscitará el próximo mes de octubre una reforma constitucional que establezca como derecho humano el derecho al consumo de agua potable. Para Gross, "el agua no es un problema en el que haya que dividir oriente y occidente sino de desarrollo global y se debe encarar desde el punto de vista económico y social".
En la misma línea se expresó el antropólogo libanés Georges Kutukdjian quien agregó que a nivel internacional aumenta la toma de conciencia sobre la cuestión del agua.
En este sentido, aseveró que esta preocupación empezó hace seis años con el primer foro mundial sobre el agua celebrado en Marrakech y, en breve, Naciones Unidas publicará un informe mundial sobre agua fresca al que contribuye la UNESCO.
El Congreso Mundial de Bioética continua mañana en el Teatro-auditorio de Cuenca con el debate sobre 'Información y manipulación'.