Los humedales artificiales pueden depurar las aguas residuales
Dom, 10/10/2004
La aplicación de las tecnologías «blandas» o «de bajo coste» para tratar aguas residuales resulta muy adecuada en los núcleos rurales debido a su buen rendimiento y a su bajo mantenimiento Generalmente, la contaminación de los ríos llega al gran público cuando surgen accidentes industriales muy graves, en los que se libera gran cantidad de contaminantes. Sin embargo, la contaminación crónica, mucho más insidiosa y de múltiples orígenes (agrícola, doméstico, industrial, minero) suele pasar inadvertida a menos que el mal funcionamiento del sistema fluvial acabe por tener un impacto visual (residuos flotantes, peces muertos, espumas, algas), lo que supone un grave problema ecológico. Además de resolver el problema de los vertidos, es preciso abordar el dilema económico que supone tratar de forma eficaz la depuración de las aguas ya utilizadas y degradadas. Aunque los avances tecnológicos en materia medioambiental son capaces de cubrir cualquier alternativa, en la mayoría de los casos los costes que deben satisfacer los múltiples procesos de tratamiento integral pueden ser elevados. El asunto se agrava en los pequeños y medianos núcleos de población que quieren solucionar la contaminación de sus aguas y que, tras haber conseguido financiaciones para algún sistema convencional de depuración, no disponen de los medios económicos suficientes para su mantenimiento adecuado. Humedales artificiales Se sabe desde hace años que algunos humedales naturales son capaces de eliminar la compleja mezcla de sustancias químicas que constituyen las aguas residuales. La aplicación de las llamadas tecnologías «blandas» o «de bajo coste» para su tratamiento resulta especialmente adecuada en los núcleos rurales debido, fundamentalmente, a su buen rendimiento en la eliminación de organismos patógenos para el ser humano, su facilidad de operación y mantenimiento y su buena integración en el medio rural. Una de estas tecnologías se basa en la plantación de especies vegetales y consiste en un cultivo de determinadas plantas dispuestas en lagunas, tanques o zanjas poco profundas creando «humedales artificiales», perfectamente controlados, en los que el tiempo de retención del agua residual es mucho más prolongado comparándolo con las técnicas convencionales. Estos sistemas de tratamiento pueden ser muy diferentes, tanto en su concepción como en su gestión, y dependen del tipo de circulación del agua en las plantaciones, de las especies elegidas y de la estructura del sistema, lo que hace que puedan adaptarse a las condiciones del agua residual de cualquier población rural y orografía. La eliminación de contaminantes se lleva a cabo a través de una compleja variedad de procesos biológicos, físicos y químicos, entre los que se incluyen transformaciones bacterianas, adsorción, precipitación, absorción y sedimentación, junto a la acción directa por parte de las plantas que eliminan contaminantes asimilándolos directamente en sus tejidos. Además, sus raíces proporcionan superficie para el crecimiento bacteriano y permiten la filtración de los sólidos. Asimismo, las plantas transfieren oxígeno hacia las raíces, requisito para que la eliminación de algunos contaminantes por parte de los microorganismos se lleve a cabo.