Una pyme española se querella contra Ionics, la mayor desaladora del mundo Argumentos Dos compañías con historia
Lun, 04/10/2004
Madrid
La pyme española Intersuero, con sede en Palencia, y la multinacional Ionics mantienen abiertos dos procesos (uno civil y otro penal) como consecuencia del incumplimiento de un contrato, por el que la compañía estadounidense suministró a Intersuero unas máquinas para el reciclado de sueros lácteos.
Intersuero es una empresa familiar que se dedica a la producción de proteínas de alta concentración, elaboradas a partir del reciclado del suero del queso. Este suero es un producto muy contaminante, que debe tratarse como residuo peligroso. Tras tres años de investigación (en colaboración con universidades y organismos como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas), Intersuero diseñó un proceso para reciclar sueros de queso, que da lugar a un producto que puede usarse en distintas aplicaciones, tanto en la industria alimentaria como plástica o en parafarmacia.
Suministro de máquinas
La empresa española contrató con Ionics el suministro de unas máquinas, que a nivel experimental demostraron ser capaces de utilizar el proceso diseñado por Intersuero. Pero su uso a escala industrial generó problemas, sin que la multinacional presuntamente los resolviese lo que, según Intersuero, dio lugar a un incumplimiento del contrato. Las máquinas llevan actualmente un retraso de más de tres años en su puesta en marcha.
Como consecuencia, Intersuero fue declarada en 2003 en suspensión de pagos, en un proceso que afecta a más de 200 acreedores. Además, presentó a finales del año pasado un expediente de regulación de empleo que afectó a más de 40 empleados. Todo ello ha llevado a una parada técnica de sus instalaciones en Venta de Baños (Palencia).
Este conflicto ha dado lugar a un doble proceso, penal y civil.
En el ámbito penal, Intersuero interpuso una querella criminal contra Ionics Ibérica (filial de Ionics) y su consejo de administración.
El Juzgado de Instrucción número 1 de Palencia admitió el pasado julio a trámite la querella criminal interpuesta por Intersuero, por entender que los hechos denunciados pueden ser constitutivos de delito de estafa procesal y falsificación de documentos privados.
Intersuero había denunciado que Ionics incurrió en un delito de falsedad en la presentación de documentación en el proceso civil que ambas compañías mantienen en los juzgados de Palencia.
La empresa española alega que Ionics falsificó ciertas hojas de los contratos firmados entre las dos compañías, que especificaban la obligación de que las máquinas suministradas por la multinacional alcanzaran ciertos niveles de rendimiento. Esas páginas presuntamente falsificadas rebajaban las obligaciones para Ionics en este sentido.
Además, la empresa estadounidense omitió documentos como un acta firmada por empleados de Ionics, que reconocían el incumplimiento de las máquinas.
En el proceso civil, la pyme española reclama a la multinacional estadounidense una indemnización de 17 millones de euros por los daños y perjuicios ocasionados como consecuencia del incumplimiento del contrato. Esta cantidad se basa en un dictamen pericial independiente.
Medidas cautelares
Ionics solicitó la adopción de medidas cautelares, pero el juez lo rechazó señalando, además, que 'se advierten diferencias incomprensibles entre las copias de la actora (Ionics) y los documentos con apariencia de originales, aportados por la demandada (Intersuero), y que afectan a extremos sustanciales'.
El proceso civil está paralizado a la espera de que se resuelva la vía penal. Ionics ha enviado un escrito al juez de Palencia, en el que se opone a la admisión de la querella criminal y pide que se prosiga el proceso civil. Fuentes de Ionics Ibérica señalan que 'la política de la empresa es no comentar nada sobre el tema'.
Tampoco comentan el impacto que el proceso judicial puede tener en el potencial negocio que podría tener la compañía en España, por la licitación de desaladoras prevista por el Ministerio de Medio Ambiente en su política de agua.
Ionics, cuyo negocio se centra en la depuración de aguas residuales y desalación, tiene un valor de mercado en la Bolsa de Nueva York superior a los 615 millones de dólares. En todo el mundo tiene instaladas más de 4.000 plantas desaladoras. En febrero de este año, la compañía adquirió Ecolochem por 338 millones de dólares. Por su parte, Intersuero fue creada en 1999 con capital mayoritario de la familia Viada (que tenía una participación inicial del 62%) y una participación de una sociedad de capital riesgo de la Junta de Castilla y León. En 2002, la sociedad de capital riesgo Marco Polo Investments tomó una participación del 35% del capital de Intersuero, tras una ampliación de capital de 2,1 millones de euros. El resto del capital sigue en manos de la familia Viada.
Ionics solicitó la adopción de medidas cautelares, que el juez de Palencia rechazó. Intersuero mantiene que la multinacional incumplió el contrato de suministro de máquinas
La pyme española Intersuero, con sede en Palencia, y la multinacional Ionics mantienen abiertos dos procesos (uno civil y otro penal) como consecuencia del incumplimiento de un contrato, por el que la compañía estadounidense suministró a Intersuero unas máquinas para el reciclado de sueros lácteos.
Intersuero es una empresa familiar que se dedica a la producción de proteínas de alta concentración, elaboradas a partir del reciclado del suero del queso. Este suero es un producto muy contaminante, que debe tratarse como residuo peligroso. Tras tres años de investigación (en colaboración con universidades y organismos como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas), Intersuero diseñó un proceso para reciclar sueros de queso, que da lugar a un producto que puede usarse en distintas aplicaciones, tanto en la industria alimentaria como plástica o en parafarmacia.
Suministro de máquinas
La empresa española contrató con Ionics el suministro de unas máquinas, que a nivel experimental demostraron ser capaces de utilizar el proceso diseñado por Intersuero. Pero su uso a escala industrial generó problemas, sin que la multinacional presuntamente los resolviese lo que, según Intersuero, dio lugar a un incumplimiento del contrato. Las máquinas llevan actualmente un retraso de más de tres años en su puesta en marcha.
Como consecuencia, Intersuero fue declarada en 2003 en suspensión de pagos, en un proceso que afecta a más de 200 acreedores. Además, presentó a finales del año pasado un expediente de regulación de empleo que afectó a más de 40 empleados. Todo ello ha llevado a una parada técnica de sus instalaciones en Venta de Baños (Palencia).
Este conflicto ha dado lugar a un doble proceso, penal y civil.
En el ámbito penal, Intersuero interpuso una querella criminal contra Ionics Ibérica (filial de Ionics) y su consejo de administración.
El Juzgado de Instrucción número 1 de Palencia admitió el pasado julio a trámite la querella criminal interpuesta por Intersuero, por entender que los hechos denunciados pueden ser constitutivos de delito de estafa procesal y falsificación de documentos privados.
Intersuero había denunciado que Ionics incurrió en un delito de falsedad en la presentación de documentación en el proceso civil que ambas compañías mantienen en los juzgados de Palencia.
La empresa española alega que Ionics falsificó ciertas hojas de los contratos firmados entre las dos compañías, que especificaban la obligación de que las máquinas suministradas por la multinacional alcanzaran ciertos niveles de rendimiento. Esas páginas presuntamente falsificadas rebajaban las obligaciones para Ionics en este sentido.
Además, la empresa estadounidense omitió documentos como un acta firmada por empleados de Ionics, que reconocían el incumplimiento de las máquinas.
En el proceso civil, la pyme española reclama a la multinacional estadounidense una indemnización de 17 millones de euros por los daños y perjuicios ocasionados como consecuencia del incumplimiento del contrato. Esta cantidad se basa en un dictamen pericial independiente.
Medidas cautelares
Ionics solicitó la adopción de medidas cautelares, pero el juez lo rechazó señalando, además, que 'se advierten diferencias incomprensibles entre las copias de la actora (Ionics) y los documentos con apariencia de originales, aportados por la demandada (Intersuero), y que afectan a extremos sustanciales'.
El proceso civil está paralizado a la espera de que se resuelva la vía penal. Ionics ha enviado un escrito al juez de Palencia, en el que se opone a la admisión de la querella criminal y pide que se prosiga el proceso civil. Fuentes de Ionics Ibérica señalan que 'la política de la empresa es no comentar nada sobre el tema'.
Tampoco comentan el impacto que el proceso judicial puede tener en el potencial negocio que podría tener la compañía en España, por la licitación de desaladoras prevista por el Ministerio de Medio Ambiente en su política de agua.
Ionics, cuyo negocio se centra en la depuración de aguas residuales y desalación, tiene un valor de mercado en la Bolsa de Nueva York superior a los 615 millones de dólares. En todo el mundo tiene instaladas más de 4.000 plantas desaladoras. En febrero de este año, la compañía adquirió Ecolochem por 338 millones de dólares. Por su parte, Intersuero fue creada en 1999 con capital mayoritario de la familia Viada (que tenía una participación inicial del 62%) y una participación de una sociedad de capital riesgo de la Junta de Castilla y León. En 2002, la sociedad de capital riesgo Marco Polo Investments tomó una participación del 35% del capital de Intersuero, tras una ampliación de capital de 2,1 millones de euros. El resto del capital sigue en manos de la familia Viada.
Ionics solicitó la adopción de medidas cautelares, que el juez de Palencia rechazó. Intersuero mantiene que la multinacional incumplió el contrato de suministro de máquinas