Reinosa y otros ocho municipios crean la Asociación Ciudades de la Cuenca del Ebro
Vie, 29/10/2004
El objetivo es disponer de un instrumento que permita intercambiar experiencias en la gestión de los recursos naturales de esta franja fluvial E. P./MIRANDA DE EBRO (BURGOS) ACUERDO. Los alcaldes de los municipios que integran la asociación, ayer, en Miranda de Ebro. / DM Las ciudades de la cuenca del Ebro, entre las que se encuentra Reinosa, cuentan desde ayer mismo con un instrumento que permitirá «intercambiar desde experiencias positivas a posibles fallos» en la gestión de este recurso natural gracias a su constitución en asociación, según explicó el comisario de Aguas del Ebro, Rafael Romeo, durante el acto de constitución de la Asociación, celebrado en Miranda de Ebro (Burgos).
Romeo destacó la trascendencia que tendrá para la comarca la Asociación Ciudades de la Cuenca del Ebro, que está integrada en principio por los ayuntamientos riojanos de Tudela, Alfaro, Logroño y Calahorra, junto con el catalán de Amposta y Tortosa, el de Zaragoza, el cántabro de Reinosa y el burgalés de Miranda de Ebro, todos ellos, según Romeo «con problemas similares» y que, desde su punto de vista, deberían tener también en cuenta la situación de los afluentes del Ebro.
El alcalde de Reinosa, Miguel Barrio, fue uno de los primeros representantes municipales en expresar su satisfacción por la creación de esta nueva asociación que, según dijeron, surge con los objetivos principales de conseguir una mayor limpieza y saneamiento de sus aguas así como para tratar de que la gestión no sea sólo de los recursos económicos, sino que se extienda a los medio ambientales y socioculturales.
Más sensibilidad
Por su parte, la representante del Ayuntamiento de Zaragoza, Dolores Campos, portavoz del Gobierno municipal y concejala de Medio Ambiente, destacó los «agobios económicos» que padecen los ayuntamientos como uno de los puntos en común en la ribera del Ebro. Dijo que son los que provocan que «los proyectos de saneamiento y urbanización vayan más lentos» de lo que en realidad pretenden sus ayuntamientos.
Destacó como otro aspecto común el que el Ebro no sólo supone «un orgullo» para todos ellos, sino que, además, le «da una identidad propia». En su opinión, hay que conseguir que no se quede en sólo un recurso económico sino también en medioambiental y cultural.
Asimismo, propuso que se potencien los planes de urbanismo ligados al Ebro y denunció «la soledad» que muchas veces sienten los municipios frente a la Administración Central a la que pidió «más colaboración», sobre todo, dijo, por parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a la que instó a mostrar «más sensibilidad con los proyectos de saneamiento» del río, concretó.
En este mismo sentido se expresó Carmen Ferrer, primer teniente de alcalde del municipio riojano de Tudela, que aprovechó su intervención para pedir que la CHE sea el organismo que lidere las principales actuaciones de limpieza en el río Ebro.
Por su parte, desde el ayuntamiento catalán de Tortosa, el concejal de Hacienda José María Franquet, aprovechó para criticar el Plan Hidrológico Nacional aunque reconoció que contenía «obras buenas para la cuenca del Ebro». En cambio, la concejala de Cultura de Amposta, Margarita Maigi, destacó que «el principal problema» que tenían los municipios de esta cuenca era «su contaminación». En su opinión, el Gobierno debería «poner medios para minimizar los efectos de la industria» para que la agricultura y el turismo de estos entornos «pueda salir adelante».
Este primer encuentro de las ciudades del valle del Ebro se celebró ayer en Miranda de Ebro (Burgos) con la presencia de alcaldes y concejales de diez ciudades situadas en la cuenca de este río
Romeo destacó la trascendencia que tendrá para la comarca la Asociación Ciudades de la Cuenca del Ebro, que está integrada en principio por los ayuntamientos riojanos de Tudela, Alfaro, Logroño y Calahorra, junto con el catalán de Amposta y Tortosa, el de Zaragoza, el cántabro de Reinosa y el burgalés de Miranda de Ebro, todos ellos, según Romeo «con problemas similares» y que, desde su punto de vista, deberían tener también en cuenta la situación de los afluentes del Ebro.
El alcalde de Reinosa, Miguel Barrio, fue uno de los primeros representantes municipales en expresar su satisfacción por la creación de esta nueva asociación que, según dijeron, surge con los objetivos principales de conseguir una mayor limpieza y saneamiento de sus aguas así como para tratar de que la gestión no sea sólo de los recursos económicos, sino que se extienda a los medio ambientales y socioculturales.
Más sensibilidad
Por su parte, la representante del Ayuntamiento de Zaragoza, Dolores Campos, portavoz del Gobierno municipal y concejala de Medio Ambiente, destacó los «agobios económicos» que padecen los ayuntamientos como uno de los puntos en común en la ribera del Ebro. Dijo que son los que provocan que «los proyectos de saneamiento y urbanización vayan más lentos» de lo que en realidad pretenden sus ayuntamientos.
Destacó como otro aspecto común el que el Ebro no sólo supone «un orgullo» para todos ellos, sino que, además, le «da una identidad propia». En su opinión, hay que conseguir que no se quede en sólo un recurso económico sino también en medioambiental y cultural.
Asimismo, propuso que se potencien los planes de urbanismo ligados al Ebro y denunció «la soledad» que muchas veces sienten los municipios frente a la Administración Central a la que pidió «más colaboración», sobre todo, dijo, por parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a la que instó a mostrar «más sensibilidad con los proyectos de saneamiento» del río, concretó.
En este mismo sentido se expresó Carmen Ferrer, primer teniente de alcalde del municipio riojano de Tudela, que aprovechó su intervención para pedir que la CHE sea el organismo que lidere las principales actuaciones de limpieza en el río Ebro.
Por su parte, desde el ayuntamiento catalán de Tortosa, el concejal de Hacienda José María Franquet, aprovechó para criticar el Plan Hidrológico Nacional aunque reconoció que contenía «obras buenas para la cuenca del Ebro». En cambio, la concejala de Cultura de Amposta, Margarita Maigi, destacó que «el principal problema» que tenían los municipios de esta cuenca era «su contaminación». En su opinión, el Gobierno debería «poner medios para minimizar los efectos de la industria» para que la agricultura y el turismo de estos entornos «pueda salir adelante».
Este primer encuentro de las ciudades del valle del Ebro se celebró ayer en Miranda de Ebro (Burgos) con la presencia de alcaldes y concejales de diez ciudades situadas en la cuenca de este río