Los agricultores empiezan a hablar de sequía tras un déficit de lluvias en otoño de un 25%
Jue, 13/01/2005
En Andalucía se ha perdido la cosecha de remolacha de secano y si no llueve inmediatamente peligra el cereal, con pérdidas que se calculan en 300 millones de euros
MADRID. El déficit pluviométrico en los tres primeros meses del año hidrometeorológico, esto es, el otoño y los diez últimos días del mes de diciembre, se ha situado en torno a un 25 por ciento. Y es que aunque el mes de octubre fue lluvioso en general, con precipitaciones que superaron en torno a un 25 por ciento los valores medios, noviembre y diciembre fueron secos, según explica el jefe del servicio de Aplicaciones Meteorológicas del Instituto Nacional de Meteorología (INM), Antonio Mestre. Así, en noviembre, las precipitaciones en conjunto no superaron el 40 por ciento de lo que es normal para ese mes, y diciembre fue seco pero no tanto, con unas lluvias del 70 por ciento de los valores normales.
En términos absolutos y como media de los pluviómetros peninsulares, en octubre se registraron 84,1 litros por metro cuadrado frente a los 114,7 del año anterior, si bien la cifra de este año está por encima de la media (69,1 litros por metro cuadrado) de la serie histórica desde 1930. En noviembre, frente a los 83,7 litros del año hidrometeorológico anterior, este año cayeron sólo 37,2, muy por debajo de la media (72,5 litros). Y es que fue el tercer noviembre menos lluvioso desde 1989. En diciembre, las cosas mejoraron un poco (50,8 litros) pero los pluviómetros siguieron lejos de la media (73,7 litros).
Como la diversidad climática e hidrológica es extraordinaria en nuestro país, este déficit de lluvias ha sido más acusado en el suroeste (Andalucía occidental y Extremadura) y nordeste peninsular (Cataluña y Aragón), mientras que en el centro -Madrid y Castilla-La Mancha- también ha llovido un poco menos de lo normal, al igual que en La Rioja, Navarra, Castilla y León y la vertiente cantábrica. Por el contrario, las precipitaciones fueron abundantes en ambos archipiélagos, mientras que en el Levante (sur de Comunidad Valenciana y zonas costeras de Murcia y Almería) llovió «algo por encima» de lo normal, dice Mestre.
Este régimen de lluvias se ha traducido en una reserva hídrica en los embalses españoles que a día 11 de enero ascendía a 30.524 hectómetros cúbicos, más de 5.700 hectómetros menos que en la misma fecha del año anterior, lo que supone un descenso del agua almacenada de un 15,8 por ciento. Con respecto a 2003, el descenso rozaría el 14 por ciento, mientras que si se compara con 2002 la reserva de agua está ahora un 11 por ciento por encima. Y es que ese otoño (2001) tuvo el cuarto noviembre menos lluvioso de los últimos quince años y el segundo diciembre más seco en el mismo periodo.
En cuanto a los embalses de uso consuntivo, cuyos recursos hídricos se destinan al abastecimiento y riego, la reserva se sitúa en 20.892 hectómetros cúbicos, al 57 por ciento de su capacidad de almacenamiento, siendo el descenso con respecto al año anterior inferior al experimentado en el conjunto de sistemas de embalse peninsulares -sólo seis puntos por debajo-, pero situándose por encima de la media de los últimos cinco años.
«Hay alarma general en el regadío»
Esta es la situación de los sistemas de embalse que servirá para la irrigación de los regadíos, aunque habrá que esperar a ver cómo se comporta el resto del invierno y la primavera para asegurar estas reservas en verano. «En general, la situación de los embalses permitiría una campaña de riego (que previsiblemente se inicie en marzo) casi normal», dice Andrés del Campo, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes. No obstante -afirma- «hay una alarma general en el regadío porque el año está siendo muy seco. La sequía puede haber empezado ya, mientras el Plan Hidrológico Nacional está paralizado».
Pero qué pasa con los cultivos de secano, que dependen únicamente de la lluvia. La situación más dramática se está viviendo en Andalucía occidental, donde ha llovido en algunas zonas casi un 80 por ciento menos de lo habitual, explican desde la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) en Sevilla. «Estamos en el inicio de un ciclo seco, que puede romperse o no, pero ya está teniendo consecuencias negativas para agricultores y ganaderos».
Así, en las provincias de Cádiz, Córdoba, Huelva y Sevilla, la cosecha de remolacha de secano ya se ha perdido. Son unas 25.000 hectáreas, que suponen unas pérdidas de 60 millones de euros, según los datos que maneja Asaja. Y las pérdidas pueden ser aún mayores «si no llueve inmediatamente y de forma abundante». En caso contrario, se advierte que las siembras de cereales de secano, que representan 500.000 hectáreas de cultivo -la mayor superficie en Andalucía, incluso por delante del olivar- podrían malograrse, con pérdidas que podrían ascender a 300 millones de euros.
Los ganaderos también están pagando el déficit de lluvias. Los seis millones de cabezas de ganado extensivo, que se alimentan de los pastos de las dehesas, están teniendo que ser alimentadas, en parte, con piensos y forrajes procedentes de otras regiones vecinas, lo que, según los cálculos de Asaja, representa un coste diario de 800.000 euros. «Y esto viene ocurriendo desde mediados de diciembre», aseguran.
Frente al cultivo de cereales, que sí cuenta con un seguro frente a sequías, en la ganadería no existe este tipo de pólizas. La mitad del cultivo del cereal de secano en Andalucía está asegurado, pero desde Asaja se ha pedido a la Junta que articulen medidas de carácter fiscal, bonificaciones y rebajas de impuestos para evitar que las pérdidas sean aún mayores.
Y es que se trata del otoño más seco en esta parte de Andalucía de los últimos diez años. Sirvan de ejemplos los registros pluviométricos de algunas localidades de la región: en Écija (Sevilla) lo normal es que a estas alturas de año hidrometeorológico hayan caído 315 litros por metro cuadrado, pero este año han sido 123, un 61 por ciento menos; en Morón de la Frontera (Sevilla) han caído 94 litros frente a los 289 de un año normal; en Montilla (Córdoba) se ha pasado de 258 litros a 131; en Algeciras (Cádiz), de 518 a 219, y en Jerez de la Frontera (Cádiz) el descenso ha sido del 70 por ciento pasando de 288 litros por metro cuadrado a 86.
Esperando las lluvias
Desde Asaja Sevilla consideran que la situación puede ser muy parecida en Extremadura y algunas zonas de Castilla-La Mancha, y también en Comunidad Valenciana y Murcia, aunque -dicen- «la costumbre hace que se alarmen menos». Así las cosas, sólo cabe esperar a ver cómo se comporta este mes. Desde el INM, Mestre explica que en los diez primeros días de enero «apenas ha habido precipitaciones», situándose los valores en la mitad de lo normal.
MADRID. El déficit pluviométrico en los tres primeros meses del año hidrometeorológico, esto es, el otoño y los diez últimos días del mes de diciembre, se ha situado en torno a un 25 por ciento. Y es que aunque el mes de octubre fue lluvioso en general, con precipitaciones que superaron en torno a un 25 por ciento los valores medios, noviembre y diciembre fueron secos, según explica el jefe del servicio de Aplicaciones Meteorológicas del Instituto Nacional de Meteorología (INM), Antonio Mestre. Así, en noviembre, las precipitaciones en conjunto no superaron el 40 por ciento de lo que es normal para ese mes, y diciembre fue seco pero no tanto, con unas lluvias del 70 por ciento de los valores normales.
En términos absolutos y como media de los pluviómetros peninsulares, en octubre se registraron 84,1 litros por metro cuadrado frente a los 114,7 del año anterior, si bien la cifra de este año está por encima de la media (69,1 litros por metro cuadrado) de la serie histórica desde 1930. En noviembre, frente a los 83,7 litros del año hidrometeorológico anterior, este año cayeron sólo 37,2, muy por debajo de la media (72,5 litros). Y es que fue el tercer noviembre menos lluvioso desde 1989. En diciembre, las cosas mejoraron un poco (50,8 litros) pero los pluviómetros siguieron lejos de la media (73,7 litros).
Como la diversidad climática e hidrológica es extraordinaria en nuestro país, este déficit de lluvias ha sido más acusado en el suroeste (Andalucía occidental y Extremadura) y nordeste peninsular (Cataluña y Aragón), mientras que en el centro -Madrid y Castilla-La Mancha- también ha llovido un poco menos de lo normal, al igual que en La Rioja, Navarra, Castilla y León y la vertiente cantábrica. Por el contrario, las precipitaciones fueron abundantes en ambos archipiélagos, mientras que en el Levante (sur de Comunidad Valenciana y zonas costeras de Murcia y Almería) llovió «algo por encima» de lo normal, dice Mestre.
Este régimen de lluvias se ha traducido en una reserva hídrica en los embalses españoles que a día 11 de enero ascendía a 30.524 hectómetros cúbicos, más de 5.700 hectómetros menos que en la misma fecha del año anterior, lo que supone un descenso del agua almacenada de un 15,8 por ciento. Con respecto a 2003, el descenso rozaría el 14 por ciento, mientras que si se compara con 2002 la reserva de agua está ahora un 11 por ciento por encima. Y es que ese otoño (2001) tuvo el cuarto noviembre menos lluvioso de los últimos quince años y el segundo diciembre más seco en el mismo periodo.
En cuanto a los embalses de uso consuntivo, cuyos recursos hídricos se destinan al abastecimiento y riego, la reserva se sitúa en 20.892 hectómetros cúbicos, al 57 por ciento de su capacidad de almacenamiento, siendo el descenso con respecto al año anterior inferior al experimentado en el conjunto de sistemas de embalse peninsulares -sólo seis puntos por debajo-, pero situándose por encima de la media de los últimos cinco años.
«Hay alarma general en el regadío»
Esta es la situación de los sistemas de embalse que servirá para la irrigación de los regadíos, aunque habrá que esperar a ver cómo se comporta el resto del invierno y la primavera para asegurar estas reservas en verano. «En general, la situación de los embalses permitiría una campaña de riego (que previsiblemente se inicie en marzo) casi normal», dice Andrés del Campo, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes. No obstante -afirma- «hay una alarma general en el regadío porque el año está siendo muy seco. La sequía puede haber empezado ya, mientras el Plan Hidrológico Nacional está paralizado».
Pero qué pasa con los cultivos de secano, que dependen únicamente de la lluvia. La situación más dramática se está viviendo en Andalucía occidental, donde ha llovido en algunas zonas casi un 80 por ciento menos de lo habitual, explican desde la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) en Sevilla. «Estamos en el inicio de un ciclo seco, que puede romperse o no, pero ya está teniendo consecuencias negativas para agricultores y ganaderos».
Así, en las provincias de Cádiz, Córdoba, Huelva y Sevilla, la cosecha de remolacha de secano ya se ha perdido. Son unas 25.000 hectáreas, que suponen unas pérdidas de 60 millones de euros, según los datos que maneja Asaja. Y las pérdidas pueden ser aún mayores «si no llueve inmediatamente y de forma abundante». En caso contrario, se advierte que las siembras de cereales de secano, que representan 500.000 hectáreas de cultivo -la mayor superficie en Andalucía, incluso por delante del olivar- podrían malograrse, con pérdidas que podrían ascender a 300 millones de euros.
Los ganaderos también están pagando el déficit de lluvias. Los seis millones de cabezas de ganado extensivo, que se alimentan de los pastos de las dehesas, están teniendo que ser alimentadas, en parte, con piensos y forrajes procedentes de otras regiones vecinas, lo que, según los cálculos de Asaja, representa un coste diario de 800.000 euros. «Y esto viene ocurriendo desde mediados de diciembre», aseguran.
Frente al cultivo de cereales, que sí cuenta con un seguro frente a sequías, en la ganadería no existe este tipo de pólizas. La mitad del cultivo del cereal de secano en Andalucía está asegurado, pero desde Asaja se ha pedido a la Junta que articulen medidas de carácter fiscal, bonificaciones y rebajas de impuestos para evitar que las pérdidas sean aún mayores.
Y es que se trata del otoño más seco en esta parte de Andalucía de los últimos diez años. Sirvan de ejemplos los registros pluviométricos de algunas localidades de la región: en Écija (Sevilla) lo normal es que a estas alturas de año hidrometeorológico hayan caído 315 litros por metro cuadrado, pero este año han sido 123, un 61 por ciento menos; en Morón de la Frontera (Sevilla) han caído 94 litros frente a los 289 de un año normal; en Montilla (Córdoba) se ha pasado de 258 litros a 131; en Algeciras (Cádiz), de 518 a 219, y en Jerez de la Frontera (Cádiz) el descenso ha sido del 70 por ciento pasando de 288 litros por metro cuadrado a 86.
Esperando las lluvias
Desde Asaja Sevilla consideran que la situación puede ser muy parecida en Extremadura y algunas zonas de Castilla-La Mancha, y también en Comunidad Valenciana y Murcia, aunque -dicen- «la costumbre hace que se alarmen menos». Así las cosas, sólo cabe esperar a ver cómo se comporta este mes. Desde el INM, Mestre explica que en los diez primeros días de enero «apenas ha habido precipitaciones», situándose los valores en la mitad de lo normal.