Los regantes de Murcia y Alicante temen un verano de sequía peor que el de 1994
Jue, 20/01/2005
Según la proyección de los regantes, las actuales reservas de 767 hectómetros en la cabecera del Tajo disminuirán hasta 678 cuando se trasvase el caudal concedido
MURCIA. «No queremos ser alarmistas, sino realistas». Los regantes del acueducto Tajo-Segura han encendido todas las alarmas y temen que el próximo verano sea peor que el del año 1994, cuando la sequía extrema les impuso fuertes restricciones. El presidente del Sindicato Central, Francisco del Amor, advirtió ayer de que «la situación es muy grave» debido a la merma de aportaciones en los pantanos de la cabecera del Tajo; hasta el punto de que si se mantiene el estado actual de falta de lluvias sólo podrían disponer de 20 hectómetros cúbicos para el segundo trimestre de este año.
La Junta de Gobierno del Sindicato se reunió ayer por la tarde para repartir 60 hectómetros cúbicos de «agua útil» del último desembalse autorizado por la Comisión de Explotación, ya de tendrán que dejar 40 hm3 en embalse muerto, junto con otros 40 que aportaría la propia cuenca del Segura.
Del Amor ha realizado un llamamiento a la sociedad murciana «para que tenga conciencia de que el problema del agua nos afecta a todos», e instó a la Confederación Hidrográfica, a la Mancomunidad de Canales del Taibilla y a los ayuntamientos para que apliquen a rajatabla los acuerdos adoptados el año pasado, encaminados a conseguir el máximo ahorro en los usos industriales y urbanos. Los regantes no quieren ser los únicos que deban soportar todo el impacto de las restricciones que se avecinan. En el caso de los usos industriales, Del Amor cree que se puede conseguir un ahorro de hasta el 10 por ciento, adoptando medidas urgentes para que las empresas optimicen el uso del agua incorporando modernas técnicas de gestión y reutilización.
Consejo de Ministros
El origen del problema está en los embalses de Entrepeñas y Buendía, que al día de hoy almacenan tan sólo 767 hectómetros cúbicos, que equivale a un tercio de su capacidad total. Sus aportaciones siguen a la baja. El Sindicato Central ha realizado una proyección sobre la evolución de las reservas, de tal forma que cuando se derive toda el agua concedida en el último desembalse, quedarían unos 678 hectómetros.
A partir de ahí, si se mantiene la tendencia negativa, en abril la curva de reservas que marcan las reglas de explotación rozaría los 504 hectómetros cúbicos y tendría que ser el Consejo de Ministros el que autorizase nuevos desembalses al Segura, previo dictamen de la Comisión de Explotación.
La intervención del Consejo de Ministros supone que se ha entrado en el nivel de alarma, puesto que la cabecera del Tajo ya ha entrado en situación de alerta.
De acuerdo con las reglas, para el segundo trimestre sólo se podía derivar un total de 69 hectómetros cúbicos, de los que 40 corresponderían a los abastecimientos; por lo que los regantes sólo podrían contar con unos 20, descontando pérdidas. Eso en el supuesto de que las Tablas de Daimiel no exijan nuevas aportaciones.
Si el escenario se presenta grave para el segundo trimestre, en el verano podría ser catastrófico. «No queremos ser alarmistas, sino realistas», señaló Del Amor, quien apuntó la posibilidad de que habría que compartir las reservas del sindical de Calasparra, la principal reserva subterránea de la cuenca del Segura.
«Apretarse los machos»
El delegado del Gobierno en la Mancomunidad de Canales del Taibilla, Antonio León, hizo ayer un llamamiento a los ayuntamientos para que «acompasen» los nuevos desarrollos urbanísticos a las disponibilidades de agua. Indicó que se avecina un verano con problemas para satisfacer todos los abastecimientos, máxime si la demanda crece por encima del 3 por ciento, que es el tope fijado por este organismo para garantizar el suministro a toda la población de Murcia y parte de Alicante.
Antonio León indicó que «hay que apretarse lo machos», en el sentido de que hay que ahorrar el máximo. La Mancomunidad confía en que el próximo mes de mayo entre en funcionamiento la desalinizadora de San Pedro del Pinatar. Está previsto que el Ministerio de Medio Ambiente aprueba este mes la declaración de impacto medioambiental para el vertido provisional de salmuera al mar
MURCIA. «No queremos ser alarmistas, sino realistas». Los regantes del acueducto Tajo-Segura han encendido todas las alarmas y temen que el próximo verano sea peor que el del año 1994, cuando la sequía extrema les impuso fuertes restricciones. El presidente del Sindicato Central, Francisco del Amor, advirtió ayer de que «la situación es muy grave» debido a la merma de aportaciones en los pantanos de la cabecera del Tajo; hasta el punto de que si se mantiene el estado actual de falta de lluvias sólo podrían disponer de 20 hectómetros cúbicos para el segundo trimestre de este año.
La Junta de Gobierno del Sindicato se reunió ayer por la tarde para repartir 60 hectómetros cúbicos de «agua útil» del último desembalse autorizado por la Comisión de Explotación, ya de tendrán que dejar 40 hm3 en embalse muerto, junto con otros 40 que aportaría la propia cuenca del Segura.
Del Amor ha realizado un llamamiento a la sociedad murciana «para que tenga conciencia de que el problema del agua nos afecta a todos», e instó a la Confederación Hidrográfica, a la Mancomunidad de Canales del Taibilla y a los ayuntamientos para que apliquen a rajatabla los acuerdos adoptados el año pasado, encaminados a conseguir el máximo ahorro en los usos industriales y urbanos. Los regantes no quieren ser los únicos que deban soportar todo el impacto de las restricciones que se avecinan. En el caso de los usos industriales, Del Amor cree que se puede conseguir un ahorro de hasta el 10 por ciento, adoptando medidas urgentes para que las empresas optimicen el uso del agua incorporando modernas técnicas de gestión y reutilización.
Consejo de Ministros
El origen del problema está en los embalses de Entrepeñas y Buendía, que al día de hoy almacenan tan sólo 767 hectómetros cúbicos, que equivale a un tercio de su capacidad total. Sus aportaciones siguen a la baja. El Sindicato Central ha realizado una proyección sobre la evolución de las reservas, de tal forma que cuando se derive toda el agua concedida en el último desembalse, quedarían unos 678 hectómetros.
A partir de ahí, si se mantiene la tendencia negativa, en abril la curva de reservas que marcan las reglas de explotación rozaría los 504 hectómetros cúbicos y tendría que ser el Consejo de Ministros el que autorizase nuevos desembalses al Segura, previo dictamen de la Comisión de Explotación.
La intervención del Consejo de Ministros supone que se ha entrado en el nivel de alarma, puesto que la cabecera del Tajo ya ha entrado en situación de alerta.
De acuerdo con las reglas, para el segundo trimestre sólo se podía derivar un total de 69 hectómetros cúbicos, de los que 40 corresponderían a los abastecimientos; por lo que los regantes sólo podrían contar con unos 20, descontando pérdidas. Eso en el supuesto de que las Tablas de Daimiel no exijan nuevas aportaciones.
Si el escenario se presenta grave para el segundo trimestre, en el verano podría ser catastrófico. «No queremos ser alarmistas, sino realistas», señaló Del Amor, quien apuntó la posibilidad de que habría que compartir las reservas del sindical de Calasparra, la principal reserva subterránea de la cuenca del Segura.
«Apretarse los machos»
El delegado del Gobierno en la Mancomunidad de Canales del Taibilla, Antonio León, hizo ayer un llamamiento a los ayuntamientos para que «acompasen» los nuevos desarrollos urbanísticos a las disponibilidades de agua. Indicó que se avecina un verano con problemas para satisfacer todos los abastecimientos, máxime si la demanda crece por encima del 3 por ciento, que es el tope fijado por este organismo para garantizar el suministro a toda la población de Murcia y parte de Alicante.
Antonio León indicó que «hay que apretarse lo machos», en el sentido de que hay que ahorrar el máximo. La Mancomunidad confía en que el próximo mes de mayo entre en funcionamiento la desalinizadora de San Pedro del Pinatar. Está previsto que el Ministerio de Medio Ambiente aprueba este mes la declaración de impacto medioambiental para el vertido provisional de salmuera al mar