El acuerdo sobre Santaliestra marca un punto de inflexión para el Pacto del Agua

Lun, 31/01/2005

Heraldo de Aragón

Si todo marcha según lo previsto, mañana la Comisión del Agua dará su apoyo al acuerdo entre los regantes y los afectados para eliminar el proyecto del embalse de Santaliestra (y todos los conflictos judiciales que lleva incorporados) e impulsar en su lugar el pantano de San Salvador. Trece años después de la firma del Pacto del Agua y cuando todavía ninguna de las grandes obras previstas ha entrado en funcionamiento, este acuerdo promete convertirse en el punto de inflexión que logre desatascar proyectos enquistados durante lustros.

Hasta el momento, los grandes proyectos no han logrado dar pasos decisivos e incluso en muchos casos han embarrancado en interminables procesos judiciales. Trece años después de su firma, el Pacto del Agua se ha perdido entre la desidia de los sucesivos gobiernos centrales y los conflictos sociales. Hoy, los presupuestos de las obras han quedado ampliamente desfasados, como se está viendo en las escasas ejecuciones que se están llevando a cabo, y las necesidades para las que se habían planteado han cambiado en algunos casos. Mientras, la situación es la peor de las posibles para todos. Los regantes no tienen caudales suficientes para ampliar regadíos con garantías y los afectados llevan doce años bajo la misma amenaza.

De los 34 embalses previstos en el texto, sólo dos se encuentran ya terminados, aunque no han entrado en servicio. El Val, con 25 hectómetros cúbicos, se concluyó en 1997, pero siete años después todavía no tiene ni siquiera un plan de explotación; es decir, no existe demanda para las aguas que se almacenan. Malvecino, con 7 hectómetros cúbicos, fue inaugurado en enero de 2004 y se espera que pueda entrar en uso para la próxima campaña de riegos. Los regantes de Bardenas han solicitado su recrecimiento hasta los 17 hectómetros cúbicos de capacidad.

Por sistemas de regadío, el que más ha ampliado su superficie en los últimos años es el de Bardenas. Sin embargo sus reservas de agua sólo se han incrementado en Malvecino y en los próximos meses está previsto que se concluya el embalse de Laverné, con 38 hectómetros cúbicos. El otro embalse lateral pendiente es el de Carcastillo, con 8 hectómetros cúbicos de capacidad, que está en fase de proyecto. Para este año, el Ministerio de Medio Ambiente tiene presupuestados 13 millones de euros entre las tres obras.
Yesa
El recrecimiento de Yesa, la pieza fundamental de regulación del sistema de Bardenas, ha sufrido un largo retraso por la fuerte conflictividad social que genera, lo que se intentó solucionar en la Comisión del Agua con un acuerdo mayoritario para elevar la presa sólo a una cota menor que la inicialmente prevista. Sin embargo, buena parte de los afectados no se mostraron conformes con esta solución y han mantenido los contenciosos y querellas. De hecho, estaba previsto que este mes de enero se fijara la fecha para la vista oral por el juicio que se sigue en el Juzgado de Instrucción número 19 de Madrid contra cuatro ex altos cargos del Ministerio de Medio Ambiente y dos ingenieros de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), acusados diversos delitos de prevaricación, riesgo catastrófico o tráfico de influencias, entre otros.

El sistema de Bardenas está terminando su conexión con el abastecimiento de Zaragoza. Sin embargo, esta unión entrará en servicio al mismo tiempo que el embalse de La Loteta, que tiene 96 hectómetros cúbicos y que recogerá caudales de Yesa durante el invierno. Este embalse debería estar en uso desde el año 2001, pero diversos problemas han hecho que no pueda entrar en servicio hasta después de 2006 y han duplicado los costes de construcción previstos.
Jánovas
El primer embalse descartado fue el de Jánovas, con 180 hectómetros cúbicos previstos. Finalmente se consideró que tenía un impacto ambiental no asumible, decisión adoptada después de haber echado a los habitantes de sus casas y haber impedido su vuelta durante décadas. Como alternativa se estudió la posibilidad del pantano de Susía, pero los primeros estudios realizados indican que se trata de una obra excesivamente compleja. En su lugar, gana fuerza la opción de aprovechar mejor el embalse del Grado, que ya está construido y que en la actualidad tiene 130 hectómetros cúbicos inservibles.

Dentro del mismo sistema, el de Riegos del Alto Aragón, está pendiente de comenzar el debate sobre Biscarrués (192 hectómetros cúbicos). Se trata de otro de los conflictos sociales abiertos que tiene mayor fuerza, entre otras cuestiones porque el embalse anegaría el pequeño pueblo de Erés. Esta problemática ha impedido que se iniciaran las obras, aunque el proyecto se encuentra adjudicado.
Biscarrués
El futuro de Biscarrués depende en buena medida del resultado de los sondeos que se han realizado recientemente en las laderas del proyectado embalse y que determinarán su seguridad. En caso de que el resultado fuera negativo o que de que finalmente el conflicto social impida su construcción, el Ministerio de Medio Ambiente ya está analizando una serie de posibilidades que incluyen hasta tres tamaños del embalse y dos pantanos que podrían cubrir las necesidades de Riegos del Alto Aragón para las ampliaciones de regadíos en la Hoya de Huesca y Monegros.

El segundo descarte será el de Santaliestra, de 70 hectómetros cúbicos, aunque mañana está prevista la firma del acuerdo, los trámites para que finalmente se formalice este desistimiento se pueden alargar varios meses. En cualquier caso, el proyecto fue anulado por la Audiencia Nacional en 2002. En su lugar, el pantano de San Salvador, que en principio se iba a construir con una capacidad de 20 hectómetros cúbicos, se ampliará hasta los 125. Eso sí, la mitad sólo se podrá utilizar en caso de sequía. El nuevo embalse se construye íntegramente dentro del propio sistema de regadíos del Canal de Aragón y Cataluña. Este acuerdo evitará el avance de los procesos judiciales, que amenazan con sentar en el banquillo a varios ex altos cargos del Ministerio de Medio Ambiente y la CHE.

El último conflicto social que resta, una vez que también se llegó a un acuerdo en Lechago con las compensaciones, es el de Mularroya, obra que almacenaría 110 hectómetros cúbicos y que se encuentra adjudicada. Aunque se trata de un conflicto que ha quedado escondido detrás de los de Yesa o Santaliestra, Mularroya cuenta con una importante oposición encabezada por los ayuntamientos de Saviñán y Morata de Jalón y la Plataforma Jalón Vivo, que han presentado un recurso contencioso administrativo contra el embalse. Los problemas de este embalse están en que se llenaría con un trasvase del Jalón.

Los afectados ya han entrado en contacto con la Iniciativa Social de Mediación, a quien le está resultado complejo encontrar un interlocutor válido entre los beneficiados por la obra. Además, están trabajando en la elaboración de propuestas alternativas que den satisfacción a los agricultores pero que, especialmente, garanticen el desarrollo industrial del Jalón medio, que parece ser el principal motivo de la obra