Un nuevo plan de inspección vigilará los vertidos y la captación de agua en el Ega
Jue, 24/02/2005
El departamento de Medio Ambiente comenzó a aplicar ayer un nuevo plan de inspección en el río Ega con el fin de controlar los vertidos procedentes de fosas sépticas, explotaciones ganaderas y fábricas, además de las actividades con las que se puede alterar el caudal ecológico, como captación de aguas y mini-centrales eléctricas. El departamento ha adoptado también un paquete de medidas complementarias al que se destinará 115.000 euros y que incluye el acondicionamiento de la presa de Acedo, renaturalización de escolleras y un acuerdo con los pescadores para extremar la vigilancia. Con todo ello, se intenta proteger la fauna piscícola en un río que pasa por horas bajas.
El consejero de Medio Ambiente, José Andrés Burguete, se desplazó ayer a Estella para mantener una reunión con la asociación de pescadores de la zona, en la que participó su nuevo presidente, Jesús Vicente y una representación de la junta, además del director de Conservación de la Biodiversidad, Enrique Eraso.
De esa manera, se pretendía responder a la alarma de los pescadores ante la crítica situación que vive el río Ega, motivo por el que la asociación había emplazado al departamento adoptar de inmediato medidas de vigilancia y control respecto a las agresiones que sufre el río.
Al término de la reunión, Burguete explicó que desde ayer mismo se había activado un nuevo plan de inspección en el que se ha implicado a tres cuerpos: la patrulla ecológica de la Policía Foral, el Seprona y el servicio de guarderío de Medio Ambiente.
Atacar las causas
Con el nuevo plan se quiere atacar el origen de la contaminación que se acaba trasladando al río y controlar las actividades que puedan alterar el caudal ecológico. En el primer caso se ha transmitido a los tres cuerpos una relación de fosas sépticas, explotaciones pecuarias y actividades industriales susceptibles de generar problemas.
En el segundo frente también se van a controlar las concesiones de agua existentes, las posibles extracciones ilegales y el funcionamiento de las mini-centrales eléctricas.
«El momento crítico en que se encuentra el Ega respecto a la población piscícola es consecuencia de un proceso y queremos averiguar sus causas. Aunque este plan es una prioridad para este año, somos conscientes de que es un esfuerzo a más largo plazo», explicó Burguete.
Paralelamente al plan de vigilancia se adoptarán tres medidas complementarias. En primer lugar se rebajará la presa de la antigua piscifactoría de Acedo que dificulta el desplazamiento de la fauna para después derribar y acondicionar las instalaciones. El proyecto cuenta con un presupuesto de 50.000 euros
También se ha establecido un programa de regeneración de orillas y de renaturalización de escolleras por importe de otros 50.000 euros. Finalmente, el departamento firmará un convenio con la asociación de pescadores dotado con 15.000 euros más para que este colectivo pueda reforzar la vigilancia que lleva a cabo en el río Ega
El consejero de Medio Ambiente, José Andrés Burguete, se desplazó ayer a Estella para mantener una reunión con la asociación de pescadores de la zona, en la que participó su nuevo presidente, Jesús Vicente y una representación de la junta, además del director de Conservación de la Biodiversidad, Enrique Eraso.
De esa manera, se pretendía responder a la alarma de los pescadores ante la crítica situación que vive el río Ega, motivo por el que la asociación había emplazado al departamento adoptar de inmediato medidas de vigilancia y control respecto a las agresiones que sufre el río.
Al término de la reunión, Burguete explicó que desde ayer mismo se había activado un nuevo plan de inspección en el que se ha implicado a tres cuerpos: la patrulla ecológica de la Policía Foral, el Seprona y el servicio de guarderío de Medio Ambiente.
Atacar las causas
Con el nuevo plan se quiere atacar el origen de la contaminación que se acaba trasladando al río y controlar las actividades que puedan alterar el caudal ecológico. En el primer caso se ha transmitido a los tres cuerpos una relación de fosas sépticas, explotaciones pecuarias y actividades industriales susceptibles de generar problemas.
En el segundo frente también se van a controlar las concesiones de agua existentes, las posibles extracciones ilegales y el funcionamiento de las mini-centrales eléctricas.
«El momento crítico en que se encuentra el Ega respecto a la población piscícola es consecuencia de un proceso y queremos averiguar sus causas. Aunque este plan es una prioridad para este año, somos conscientes de que es un esfuerzo a más largo plazo», explicó Burguete.
Paralelamente al plan de vigilancia se adoptarán tres medidas complementarias. En primer lugar se rebajará la presa de la antigua piscifactoría de Acedo que dificulta el desplazamiento de la fauna para después derribar y acondicionar las instalaciones. El proyecto cuenta con un presupuesto de 50.000 euros
También se ha establecido un programa de regeneración de orillas y de renaturalización de escolleras por importe de otros 50.000 euros. Finalmente, el departamento firmará un convenio con la asociación de pescadores dotado con 15.000 euros más para que este colectivo pueda reforzar la vigilancia que lleva a cabo en el río Ega