La Universidad salmantina pone en marcha un servicio de control de la calidad del agua
Mar, 28/06/2005
La institución destaca que la sequía empeora el estado del líquido M. Á. PÉREZ LAMAS/SALAMANCA El Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico del Agua (CIDTA) de la Universidad de Salamanca pondrá en marcha un servicio de asistencia técnica en el área de control de calidad del agua de consumo humano. Una atención que se llevará a cabo tomando como base las infraestructuras de las que disponen la institución académica y su personal especializado con el fin de poder dar respuestas a las exigencias marcadas por la legislación nacional y europea.
Según la normativa vigente, antes del consumo humano se han de controlar más de 50 parámetros, pero las tecnologías para realizar tales análisis no están al alcance de cualquier laboratorio. Los responsables últimos de la calidad del agua son los ayuntamientos, los cuales han de encargar, por ley, una revisión periódica de sus recursos acuíferos. Pero los municipios pequeños y algunos grandes carecen de medidas para controlar el estado del líquido.
La intención del proyecto, según señaló en su presentación el director del CIDTA, Juan Manuel Cachaza Silverio, pretende establecer convenios con la Consejería de Medio Ambiente, las diputaciones y los consistorios para extender el servicio a diferentes localidades de la provincia y también de la comunidad, pero sin ánimo de lucro, únicamente recuperando los costes de los estudios efectuados.
Cachaza señaló que los análisis dependerán del número de habitantes, del consumo de aguas y del tipo de control solicitado. El equipo del CIDTA elaborará una evaluación y «podrá sugerir soluciones si hay problemáticas, pero no van a vender equipos», apuntó Cachaza. El director del centro y catedrático destacó, ante la actual situación de escasez de lluvias, que «aumentan los problemas de concentración de materias orgánicas, microorganismos bacterianos o algas en el agua que se va a potabilizar durante épocas de sequía».
Según la normativa vigente, antes del consumo humano se han de controlar más de 50 parámetros, pero las tecnologías para realizar tales análisis no están al alcance de cualquier laboratorio. Los responsables últimos de la calidad del agua son los ayuntamientos, los cuales han de encargar, por ley, una revisión periódica de sus recursos acuíferos. Pero los municipios pequeños y algunos grandes carecen de medidas para controlar el estado del líquido.
La intención del proyecto, según señaló en su presentación el director del CIDTA, Juan Manuel Cachaza Silverio, pretende establecer convenios con la Consejería de Medio Ambiente, las diputaciones y los consistorios para extender el servicio a diferentes localidades de la provincia y también de la comunidad, pero sin ánimo de lucro, únicamente recuperando los costes de los estudios efectuados.
Cachaza señaló que los análisis dependerán del número de habitantes, del consumo de aguas y del tipo de control solicitado. El equipo del CIDTA elaborará una evaluación y «podrá sugerir soluciones si hay problemáticas, pero no van a vender equipos», apuntó Cachaza. El director del centro y catedrático destacó, ante la actual situación de escasez de lluvias, que «aumentan los problemas de concentración de materias orgánicas, microorganismos bacterianos o algas en el agua que se va a potabilizar durante épocas de sequía».