Un experto dice que se ha construido un «hidromito» sobre la desalación y pide el control de los acuíferos

Mar, 19/07/2005

ABC

CASTELLÓN. Expertos en gestión de agua se reúnen estos días en los cursos de verano de la Universidad Jaime I de Castellón para arrojar luz sobre el conflicto del agua. El catedrático de la Universidad Complutense Ramón Llamas aseguró que «ni los trasvases ni las desaladoras son la solución» y apunta a que el primer paso es iniciar una política de control y racionalización de los acuíferos, «totalmente vulnerados y dejados de lado por las confederaciones».

El profesor opinó que la solución de las desaladoras que ha propuesto este Gobierno es un «hidromito», ya que de las 22 desaladoras propuestas funcionarán como mucho siete, «porque mientras no se arregle el caos que existe en las aguas subterráneas, nadie va a pagar por el agua de desaladoras teniéndola gratis del subsuelo de una forma abusiva porque no hay control».

Para Llamas, en la política del agua en España va a tener gran peso la Política Agraria Común, «porque si hay regadíos que se quedan sin agua habrá que analizar cuántos están de forma ilegal, a base de agua de los acuíferos, sin contar con recursos, y ahora quieren que todos paguemos el problema».

Consideró que el tema del agua es un arma arrojadiza de gobiernos y su solución sólo puede abordarse desde un prisma técnico y desde una comisión de sabios. Llamas manifestó no ser partidario del trasvase del Ebro porque supone una cirugía a la naturaleza, y además en España más de la mitad de la producción agraria se hace con aguas subterráneas y sin control de las confederaciones. Sugirió que si el 90% del uso del agua es para la agricultura, que apenas significa un 3% de PIB, podría ser más barato comprar los productos agrarios fuera que producirlos aquí trayendo agua del Ebro.