Los vertidos industriales vuelven a llenar de espuma viscosa el río Verde en Alzira
Mié, 10/08/2005
Una alcantarilla arroja un líquido blanquecino que se acumula de nuevo en pleno cauce
El río Verde vuelve a ser blanco en alguno de sus tramos, con espuma densa y maloliente que llega de las alcantarillas y se acumula en mitad del cauce a su paso por Alzira. Los vertidos reaparecieron el pasado fin de semana, se divisan aún desde la carretera que cruza el río y se huelen con sólo acercarse al lecho. El olor a podrido seguía brotando ayer por una alcantarilla, con la inscripción del Ayuntamiento de Alzira, que procede de un polígono industrial y que descarga directamente en el río litros de agua blanca y amarilla. Las cañas que rodean esta pequeña acequia se han vuelto blancas también, envueltas en una pasta densa y pegajosa.
José Luis Sastre, Alzira
El vertido aparece bajo el puente de la carretera CV-50 que une Alzira con Carlet, todavía en el término de la capital de la Ribera Alta. Oculta en el matorral, la alcantarilla seguía ayer lanzando restos líquidos y, en alguna ocasión, incluso sólidos. Al tomar contacto con el río, parte del vertido forma una charca blanquecina, en su margen derecha, con pequeñas bolas grises y vegetación muerta. El resto fluye río abajo, hasta que, unos metros más allá, se forma la primera presa de espuma y suciedad al encontrar un cañar en pleno cauce. La imagen se repite en los metros siguientes y puede verse desde las carreteras que acceden a la ciudad. El agua, que llega ya turbia a este punto, es ahora una mezcla de colores fríos, del verde al gris.
Mientras, la fiscalía de Medio Ambiente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana mantiene una investigación sobre la posible existencia de un delito ecológico por vertidos al río Verde en este punto de Alzira. A la espera de la intervención administrativa, las aguas del Verd siguen cada vez más sucias.
El río Verde vuelve a ser blanco en alguno de sus tramos, con espuma densa y maloliente que llega de las alcantarillas y se acumula en mitad del cauce a su paso por Alzira. Los vertidos reaparecieron el pasado fin de semana, se divisan aún desde la carretera que cruza el río y se huelen con sólo acercarse al lecho. El olor a podrido seguía brotando ayer por una alcantarilla, con la inscripción del Ayuntamiento de Alzira, que procede de un polígono industrial y que descarga directamente en el río litros de agua blanca y amarilla. Las cañas que rodean esta pequeña acequia se han vuelto blancas también, envueltas en una pasta densa y pegajosa.
José Luis Sastre, Alzira
El vertido aparece bajo el puente de la carretera CV-50 que une Alzira con Carlet, todavía en el término de la capital de la Ribera Alta. Oculta en el matorral, la alcantarilla seguía ayer lanzando restos líquidos y, en alguna ocasión, incluso sólidos. Al tomar contacto con el río, parte del vertido forma una charca blanquecina, en su margen derecha, con pequeñas bolas grises y vegetación muerta. El resto fluye río abajo, hasta que, unos metros más allá, se forma la primera presa de espuma y suciedad al encontrar un cañar en pleno cauce. La imagen se repite en los metros siguientes y puede verse desde las carreteras que acceden a la ciudad. El agua, que llega ya turbia a este punto, es ahora una mezcla de colores fríos, del verde al gris.
Mientras, la fiscalía de Medio Ambiente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana mantiene una investigación sobre la posible existencia de un delito ecológico por vertidos al río Verde en este punto de Alzira. A la espera de la intervención administrativa, las aguas del Verd siguen cada vez más sucias.