Medio Ambiente defiende una subida del precio del agua para los que pagan menos
Mié, 24/08/2005
El agua del Llobregat que entra en la depuradora tiene un color terroso. 'Su aspecto es espectacular, como de barro, pero se puede convertir en potable y se hace', asegura Salvador Milà justo sobre el cauce del río y en la boca de las compuertas que dan a la depuradora. 'La intención es crear seudoembalses, la cuenca de Abrera', explica indicando la zona contigua al Llobregat. Estos lagos artificiales permitirían acumular un agua que ahora se escapa. Y añade: 'Cuando prevemos la turbulencia en el agua llenamos los depósitos, por si estamos un tiempo sin poder trabajar'. Los depósitos de Aguas Ter Llobregat (ATLL), combinados con los de Cardedeu, garantizan el suministro a Barcelona durante 48 horas. Almacenar más sería contraproducente.
La sequía 'nos pilla en la peor situación', explica, 'porque no hemos podido hacer las obras complementarias: nos falta la nueva conexión de Cardedeu, que evitará las pérdidas actuales en la conducción, no está la desaladora, hemos tenido que anticipar el tratamiento de terciario en el Besòs que dará un agua de gran calidad, mejor que la del río, para riego'.
Agua del Ebro
En plena sequía no han faltado voces que recuerdan que el Gobierno del PP tenía un plan hidrológico y CiU defendía el trasvase del Ródano. Frente a lo primero, el consejero aduce: 'En una situación como ésta, no hubiéramos podido utilizar el agua del Ebro. El propio PHN preveía que no se podría utilizar agua del Ebro con el caudal bajo, lo que hubiera hecho inviable usarla un año de cada cinco, es decir, cuando más se necesitara, como éste'.
Para la segunda crítica también tiene respuesta: 'El argumento fácil es decir: si no hay agua que la traigan. Las cosas no son así. Hay agua, pero hay que administrarla bien y con un modelo sostenible, y eso sólo puede hacerse si se paga por lo que vale. Lo que no puede ser es que haya un elemento productivo como el agua fuera del mercado. Cuando un elemento carece de indicador de su valor acaba despreciado, y esto hace que en el agua embotellada se admita cualquier precio y se regatee un céntimo en los 1.000 litros del grifo'.
A Milà le parece 'sorprendente' que los catalanes paguen 'el agua cuatro veces más barata que Dinamarca y Noruega, que tienen agua suficiente'. Y cuando dice que pagan cuatro veces más tiene en cuenta la adecuación del coste al nivel de ingresos de la población. El futuro, por tanto, es que 'el que ahora paga menos tendrá que pagar más. Hay que internalizar costes. Ahora estamos en un 60%. En 2015, los costes tendrán que estar en el precio'. De modo que habrá que subir los precios y donde se pague menos que en Barcelona, lo que ocurre en no pocas ciudades españolas, habrá que subir más.
La Agencia Catalana del Agua (ACA), dependiente del Departamento de Medio Ambiente, trata de optimizar recursos. En los días pasados ha utilizado agua del acuífero del Llobregat. 'Los datos de la ACA muestran que ha descendido el nivel de los pozos, pero que ha aguantado bien', de modo que la combinación hace que se mantengan un poco más las reservas de los pantanos. 'La combinación es lo más operativo', sigue explicando Milà: 'En estos momentos, La Baells está al 23% de su capacidad pero sólo es utilizable el 3%, el resto no es tratable porque tiene muchos fangos'.
Tipos de población
El departamento tiene listo el plan de emergencia que fija la norma que tiene que aplicar 'cada ámbito de suministro', es decir, el que hace llegar el agua a casa o a la industria. En unos casos es el municipio, en otros son empresas distribuidoras. Estos 'ámbitos' deben tener su propio plan que tenga en cuenta los consumos domésticos medios y que haga propuestas sobre las necesidades una vez empiecen las restricciones de suministro.
'Ahora estamos suministrando 220 litros por habitante y día de media, con las restricciones serán menos. Cuando, por ejemplo, lleguemos a 180 litros, el suministro no será igual en una población que sea residencial y compacta que en otra que sea extensiva y con industrias. Los consumos domésticos en el segundo caso son superiores y si además tiene industria la admnistración territorial tendrá que decidir cuánto les proporciona. Hay compañías distribuidoras que tienen sus propios recursos, pozos, sobre todo. Y no están en su peor época. Estas compañías nos tienen que decir cuál es la situación de esos pozos y relacionarlo con los consumos y las posibilidades de ahorro. El plan es territorial. Lo que hará la ACA es señalar los máximos y mínimos'.
¿Si alguien calcula mal puede quedarse sin agua? 'Sí, pero será su responsabilidad. Porque el decreto prevé que se presenten planes razonados. No basta decir 'yo con 125 me conformo'. La mitad de las poblaciones ya lo han hecho y los demás tendrán que hacerlo'. No obstante, apunta, 'en la región metropolitana, con las redes interconectadas, no tiene que haber problemas si hacen bien los planes'.
La sequía 'nos pilla en la peor situación', explica, 'porque no hemos podido hacer las obras complementarias: nos falta la nueva conexión de Cardedeu, que evitará las pérdidas actuales en la conducción, no está la desaladora, hemos tenido que anticipar el tratamiento de terciario en el Besòs que dará un agua de gran calidad, mejor que la del río, para riego'.
Agua del Ebro
En plena sequía no han faltado voces que recuerdan que el Gobierno del PP tenía un plan hidrológico y CiU defendía el trasvase del Ródano. Frente a lo primero, el consejero aduce: 'En una situación como ésta, no hubiéramos podido utilizar el agua del Ebro. El propio PHN preveía que no se podría utilizar agua del Ebro con el caudal bajo, lo que hubiera hecho inviable usarla un año de cada cinco, es decir, cuando más se necesitara, como éste'.
Para la segunda crítica también tiene respuesta: 'El argumento fácil es decir: si no hay agua que la traigan. Las cosas no son así. Hay agua, pero hay que administrarla bien y con un modelo sostenible, y eso sólo puede hacerse si se paga por lo que vale. Lo que no puede ser es que haya un elemento productivo como el agua fuera del mercado. Cuando un elemento carece de indicador de su valor acaba despreciado, y esto hace que en el agua embotellada se admita cualquier precio y se regatee un céntimo en los 1.000 litros del grifo'.
A Milà le parece 'sorprendente' que los catalanes paguen 'el agua cuatro veces más barata que Dinamarca y Noruega, que tienen agua suficiente'. Y cuando dice que pagan cuatro veces más tiene en cuenta la adecuación del coste al nivel de ingresos de la población. El futuro, por tanto, es que 'el que ahora paga menos tendrá que pagar más. Hay que internalizar costes. Ahora estamos en un 60%. En 2015, los costes tendrán que estar en el precio'. De modo que habrá que subir los precios y donde se pague menos que en Barcelona, lo que ocurre en no pocas ciudades españolas, habrá que subir más.
La Agencia Catalana del Agua (ACA), dependiente del Departamento de Medio Ambiente, trata de optimizar recursos. En los días pasados ha utilizado agua del acuífero del Llobregat. 'Los datos de la ACA muestran que ha descendido el nivel de los pozos, pero que ha aguantado bien', de modo que la combinación hace que se mantengan un poco más las reservas de los pantanos. 'La combinación es lo más operativo', sigue explicando Milà: 'En estos momentos, La Baells está al 23% de su capacidad pero sólo es utilizable el 3%, el resto no es tratable porque tiene muchos fangos'.
Tipos de población
El departamento tiene listo el plan de emergencia que fija la norma que tiene que aplicar 'cada ámbito de suministro', es decir, el que hace llegar el agua a casa o a la industria. En unos casos es el municipio, en otros son empresas distribuidoras. Estos 'ámbitos' deben tener su propio plan que tenga en cuenta los consumos domésticos medios y que haga propuestas sobre las necesidades una vez empiecen las restricciones de suministro.
'Ahora estamos suministrando 220 litros por habitante y día de media, con las restricciones serán menos. Cuando, por ejemplo, lleguemos a 180 litros, el suministro no será igual en una población que sea residencial y compacta que en otra que sea extensiva y con industrias. Los consumos domésticos en el segundo caso son superiores y si además tiene industria la admnistración territorial tendrá que decidir cuánto les proporciona. Hay compañías distribuidoras que tienen sus propios recursos, pozos, sobre todo. Y no están en su peor época. Estas compañías nos tienen que decir cuál es la situación de esos pozos y relacionarlo con los consumos y las posibilidades de ahorro. El plan es territorial. Lo que hará la ACA es señalar los máximos y mínimos'.
¿Si alguien calcula mal puede quedarse sin agua? 'Sí, pero será su responsabilidad. Porque el decreto prevé que se presenten planes razonados. No basta decir 'yo con 125 me conformo'. La mitad de las poblaciones ya lo han hecho y los demás tendrán que hacerlo'. No obstante, apunta, 'en la región metropolitana, con las redes interconectadas, no tiene que haber problemas si hacen bien los planes'.