El Gobierno afirma que las desaladoras han evitado este año las restricciones
Sáb, 01/10/2005
El Consell reitera que sólo son un complemento y replica que si no hubiera sido por los 150 hm3 del Tajo, Alicante y Murcia estarían sin suministro
F. J. BENITO
El director general de la sociedad pública Acuamed -empresa adscrita al Ministerio de Medio Ambiente y cuyo objetivo es el desarrollo del Programa Agua alternativo al trasvase del Ebro-, Adrián Baltanás, aseguró ayer que el sur de Alicante y Murcia han podido esquivar, de momento, las restricciones en el suministro de agua gracias a la puesta en marcha de las desaladoras. En concreto, la de San Pedro del Pinatar y la de Agua Amarga. Baltanás se reunió en Madrid con el conseller de Infraestructuras, José Ramón García Antón, para analizar el desarrollo del Programa Agua. Un encuentro cordial pero no exento de tensión, como lo demuestra el reproche público posterior de Baltanás a García Antón por la aprobación de la Ley de Calidad Ambiental. Un nuevo instrumento legislativo que aumenta las competencias del Consell sobre el plan de Medio Ambiente para la construcción de desaladoras con las que asegurar el suministro de agua a la población.
Baltanás, como hace una semana había hecho el presidente de la Confederación del Júcar, Juan José Moragues, reclamó explicaciones a García Antón -las competencias son del conseller Rafael Blasco- quien le recordó que «es lógico que tras el expediente de información pública de las desaladoras se tengan en cuenta los informes medioambientales del Gobierno valenciano porque los valencianos nos preocupamos del medio ambiente y no necesitamos que nadie venga a darnos lecciones».
El titular de Infraestructuras admitió la importancia de las desaladoras como «parte de un todo para conseguir garantías de abastecimiento» pero aseguró que «sin quitar importancia a la planta de San Pedro del Pinatar, si el Tajo no hubiera trasvasado 150 hm 3 ahora estaríamos hablando de restricciones, por lo que reitero que los trasvases son fundamentales y para la Comunidad Valenciana más». García Antón aseguró a Baltanás -hoy contrario a las transferencias y en su día colaborador directo del ministro trasvasista Borrell- que «incluso en un año de sequía extrema como el actual el río Ebro podría haber cumplido y enviado los 1.050 hm 3 del trasvase, cuyas obras estarían muy avanzadas». Según la estadística del Ministerio de Medio Ambiente, la cuenca del Ebro almacena esta semana -última del año hidrológico 2004-2005- un total de 2.568 hm 3 por lo que está al 39,5% de su capacidad.
Por su parte, Adrián Baltanás, reiteró la viabilidad e idoneidad de las desaladoras y recordó que en 2003 decenas de municipios sufrieron restricciones de agua «lo que demuestra que la desalinización, aunque no es la panacea que resuelva todos los problemas sí aporta recursos independientes a las precipitaciones de lluvia». Baltanás incidió en la importancia del agua desalada para la Comunidad Valenciana y Murcia, por su desarrollo turístico y recordó que muchas de las infraestructuras hidráulicas promovidas por el gobierno actual estaban en el PHN desde 1991 «pero el Ejecutivo no había hecho nada, lo que ha obligado a los responsables actuales de Medio Ambiente a partir de cero. Si las actuaciones hubieran comenzado en 2001 ya estarían hechas», subrayó Baltanás.
Pese a la tensión -García Antón llegó a apuntarle al director de Acuamed que le dolía mucho recordar las veces que había visitado ese edificio para trabajar sobre el trasvase del Ebro para nada-, el conseller ofreció la colaboración del Consell para desarrollar todas las obras del Programa Agua «pero que nos dejen evaluar su impacto sobre el territorio porque son nuestras competencias».
Acuamed tiene en marcha la tramitación para construir desaladoras en Torrevieja, Pilar de la Horadada, Dénia y El Campello. Por su parte, la Mancomunidad de Canales del Taibilla ha asumido ampliación de la planta de Agua Amarga y una nueva desaladoras anexa a la actual.
F. J. BENITO
El director general de la sociedad pública Acuamed -empresa adscrita al Ministerio de Medio Ambiente y cuyo objetivo es el desarrollo del Programa Agua alternativo al trasvase del Ebro-, Adrián Baltanás, aseguró ayer que el sur de Alicante y Murcia han podido esquivar, de momento, las restricciones en el suministro de agua gracias a la puesta en marcha de las desaladoras. En concreto, la de San Pedro del Pinatar y la de Agua Amarga. Baltanás se reunió en Madrid con el conseller de Infraestructuras, José Ramón García Antón, para analizar el desarrollo del Programa Agua. Un encuentro cordial pero no exento de tensión, como lo demuestra el reproche público posterior de Baltanás a García Antón por la aprobación de la Ley de Calidad Ambiental. Un nuevo instrumento legislativo que aumenta las competencias del Consell sobre el plan de Medio Ambiente para la construcción de desaladoras con las que asegurar el suministro de agua a la población.
Baltanás, como hace una semana había hecho el presidente de la Confederación del Júcar, Juan José Moragues, reclamó explicaciones a García Antón -las competencias son del conseller Rafael Blasco- quien le recordó que «es lógico que tras el expediente de información pública de las desaladoras se tengan en cuenta los informes medioambientales del Gobierno valenciano porque los valencianos nos preocupamos del medio ambiente y no necesitamos que nadie venga a darnos lecciones».
El titular de Infraestructuras admitió la importancia de las desaladoras como «parte de un todo para conseguir garantías de abastecimiento» pero aseguró que «sin quitar importancia a la planta de San Pedro del Pinatar, si el Tajo no hubiera trasvasado 150 hm 3 ahora estaríamos hablando de restricciones, por lo que reitero que los trasvases son fundamentales y para la Comunidad Valenciana más». García Antón aseguró a Baltanás -hoy contrario a las transferencias y en su día colaborador directo del ministro trasvasista Borrell- que «incluso en un año de sequía extrema como el actual el río Ebro podría haber cumplido y enviado los 1.050 hm 3 del trasvase, cuyas obras estarían muy avanzadas». Según la estadística del Ministerio de Medio Ambiente, la cuenca del Ebro almacena esta semana -última del año hidrológico 2004-2005- un total de 2.568 hm 3 por lo que está al 39,5% de su capacidad.
Por su parte, Adrián Baltanás, reiteró la viabilidad e idoneidad de las desaladoras y recordó que en 2003 decenas de municipios sufrieron restricciones de agua «lo que demuestra que la desalinización, aunque no es la panacea que resuelva todos los problemas sí aporta recursos independientes a las precipitaciones de lluvia». Baltanás incidió en la importancia del agua desalada para la Comunidad Valenciana y Murcia, por su desarrollo turístico y recordó que muchas de las infraestructuras hidráulicas promovidas por el gobierno actual estaban en el PHN desde 1991 «pero el Ejecutivo no había hecho nada, lo que ha obligado a los responsables actuales de Medio Ambiente a partir de cero. Si las actuaciones hubieran comenzado en 2001 ya estarían hechas», subrayó Baltanás.
Pese a la tensión -García Antón llegó a apuntarle al director de Acuamed que le dolía mucho recordar las veces que había visitado ese edificio para trabajar sobre el trasvase del Ebro para nada-, el conseller ofreció la colaboración del Consell para desarrollar todas las obras del Programa Agua «pero que nos dejen evaluar su impacto sobre el territorio porque son nuestras competencias».
Acuamed tiene en marcha la tramitación para construir desaladoras en Torrevieja, Pilar de la Horadada, Dénia y El Campello. Por su parte, la Mancomunidad de Canales del Taibilla ha asumido ampliación de la planta de Agua Amarga y una nueva desaladoras anexa a la actual.