El Gobierno de Castilla-La Mancha se opone con un 'no tajante' a cualquier trasvase de agua para regadío del Tajo al Segura en este momento. Si hace 15 días el Consejo de Ministros no lo autorizaba por 'prudencia' para garantizar a futuro el consumo humano, la decisión, dos semanas después, tendría que ser la misma porque los embalses de cabecera del río Tajo 'están todavía peor'. Éste es el argumento del Gobierno de Castilla-La Mancha para oponerse a un posible trasvase para riego anunciado el jueves por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, después de reunirse con el secretario general de los socialistas murcianos, Pedro Saura, y el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, Francisco del Amor.
Según la consejera de Obras Públicas del Ejecutivo de Castilla-La Mancha, María Encina Álvarez, el nivel de los embalses de cabecera descendió en la última semana en siete hectómetros cúbicos, lo que les deja por debajo del 13% de su capacidad y unas reservas de 323 hectómetros cúbicos.
Recuerda además el Ejecutivo de Castilla-La Mancha a la ministra de Medio Ambiente que para proponer nuevos trasvases está la Comisión Central de Explotación del trasvase, en la que el Gobierno regional 'no tiene voto, pero sí voz'.
Según la consejera, las lluvias caídas en el litoral mediterráneo en los meses de septiembre y octubre son suficientes para atender a los cultivos permanentes.
Cristina Narbona dijo que planteará al Consejo de Ministros trasvasar 'una pequeña cantidad' de agua al Segura para regadío 'ante la situación cada vez más crítica' de los cultivos.
Desde el Gobierno de Castilla-La Mancha responden con las reglas de explotación que marcan el trasvase, 'que dicen que solamente se puede en este momento trasvasar agua para los usos prioritarios, que son el abastecimiento a dos millones de personas y excepcionalmente al riego de socorro, que hoy por hoy no es necesario'.