VERTIDO TAJO Ninguno de los técnicos central Aceca se responsabiliza vertido
Mié, 19/10/2005
Ninguno de los técnicos de la central térmica de Aceca de Villaseca de la Sagra (Toledo) que hoy comparecieron como acusados por el vertido de fuel-oíl al Tajo en agosto de 2000 se responsabilizó de lo ocurrido y restaron importancia al derrame porque el agua del río en el tramo más próximo a la planta era "transparente", llegó a decir uno de ellos.
En la segunda sesión de la vista oral que se sigue en la Audiencia de Toledo por falta de espacio en el juzgado de lo penal número 1, fueron interrogados el jefe de operaciones de la central, Jesús L.R., y los jefes de turno de la planta el día del vertido, Vicente S.B. y Miguel Angel M.J.
Estos coincidieron en señalar que la presencia del fuel-oíl en el colector y en río era mínima, insignificante, aunque reconocieron -tal y como lo hizo ayer el director de estas instalaciones- que hubo irregularidades y anomalías detectadas en los sistemas de control.
Tampoco pudieron explicar por qué fallaron los sistemas de alarma que les hubiera alertado del rebosamiento del tanque (con capacidad para 150.000 litros de combustible) a la cubeta y por qué se encontraba abierta o semiabierta la válvula que hubiera evitado la salida del combustible a la arqueta y de ahí al exterior.
Precisamente la presencia de fuel en la arqueta motivó que la gran bomba extractora, que solo debe funcionar en caso de inundación por lluvia, se pusiera en marcha y sacara al exterior el líquido contaminante.
Insistieron en que se hacen revisiones periódicas y que cuando se advierte que alguno de los elementos operativos se encuentra en mal estado se repara, aunque en algunos casos no constara su arreglo en el libro de anotaciones.
El jefe de operaciones de la planta, encargado de la supervisión de la central de Aceca, explicó que cuando esa mañana salió al exterior comprobó que en el colector había restos de fuel, aunque en el kilómetro de cauce del río que alcanzó a ver con su vista "el agua estaba transparente".
Negó también que se demorara en sus avisos a la consejería de Medio Ambiente y a la Confederación del Tajo y que él mismo se encargó de buscar a las empresas para limpiar el río una vez comprobado el alcance del vertido, que cifró en unos 12.000 litros y no en 300.000 como afirma la fiscalía.
Por su parte, Vicente S.B., jefe de turno que estaba trabajando cuando ocurrió el suceso la madrugada del 1 de agosto de 2000, tampoco pudo explicar cómo estaba abierta la válvula que permitió la salida del combustible, porque ésta solo se puede manipular manualmente y está oculta bajo el suelo con una rejilla.
En esta segunda jornada de la vista oral también declaró Miguel Angel M.J., el jefe de turno que se hizo cargo de la situación a partir de las 6:45 horas del 1 de agosto, cuando el combustible ya había llegado al Tajo.
Dijo que solo se veían "trazas" de fuel-oil cuando recorrió los primeros setenta metros de la ribera y que en el kilómetro que alcanzó a ver con los prismáticos no se apreciaba la presencia del combustible del en río.
En este juicio, que seguirá mañana, están acusados nueve personas,cuatro directivos y cinco técnicos de Aceca, propiedad de Iberdrola y Unión Fenosa, para quienes se solicita penas que oscilan entre los seis meses de prisión y un año y nueve meses, además de inhabilitación de hasta dos años. EFE.
En la segunda sesión de la vista oral que se sigue en la Audiencia de Toledo por falta de espacio en el juzgado de lo penal número 1, fueron interrogados el jefe de operaciones de la central, Jesús L.R., y los jefes de turno de la planta el día del vertido, Vicente S.B. y Miguel Angel M.J.
Estos coincidieron en señalar que la presencia del fuel-oíl en el colector y en río era mínima, insignificante, aunque reconocieron -tal y como lo hizo ayer el director de estas instalaciones- que hubo irregularidades y anomalías detectadas en los sistemas de control.
Tampoco pudieron explicar por qué fallaron los sistemas de alarma que les hubiera alertado del rebosamiento del tanque (con capacidad para 150.000 litros de combustible) a la cubeta y por qué se encontraba abierta o semiabierta la válvula que hubiera evitado la salida del combustible a la arqueta y de ahí al exterior.
Precisamente la presencia de fuel en la arqueta motivó que la gran bomba extractora, que solo debe funcionar en caso de inundación por lluvia, se pusiera en marcha y sacara al exterior el líquido contaminante.
Insistieron en que se hacen revisiones periódicas y que cuando se advierte que alguno de los elementos operativos se encuentra en mal estado se repara, aunque en algunos casos no constara su arreglo en el libro de anotaciones.
El jefe de operaciones de la planta, encargado de la supervisión de la central de Aceca, explicó que cuando esa mañana salió al exterior comprobó que en el colector había restos de fuel, aunque en el kilómetro de cauce del río que alcanzó a ver con su vista "el agua estaba transparente".
Negó también que se demorara en sus avisos a la consejería de Medio Ambiente y a la Confederación del Tajo y que él mismo se encargó de buscar a las empresas para limpiar el río una vez comprobado el alcance del vertido, que cifró en unos 12.000 litros y no en 300.000 como afirma la fiscalía.
Por su parte, Vicente S.B., jefe de turno que estaba trabajando cuando ocurrió el suceso la madrugada del 1 de agosto de 2000, tampoco pudo explicar cómo estaba abierta la válvula que permitió la salida del combustible, porque ésta solo se puede manipular manualmente y está oculta bajo el suelo con una rejilla.
En esta segunda jornada de la vista oral también declaró Miguel Angel M.J., el jefe de turno que se hizo cargo de la situación a partir de las 6:45 horas del 1 de agosto, cuando el combustible ya había llegado al Tajo.
Dijo que solo se veían "trazas" de fuel-oil cuando recorrió los primeros setenta metros de la ribera y que en el kilómetro que alcanzó a ver con los prismáticos no se apreciaba la presencia del combustible del en río.
En este juicio, que seguirá mañana, están acusados nueve personas,cuatro directivos y cinco técnicos de Aceca, propiedad de Iberdrola y Unión Fenosa, para quienes se solicita penas que oscilan entre los seis meses de prisión y un año y nueve meses, además de inhabilitación de hasta dos años. EFE.