El agua está en la raíz de casi todos los problemas ecológicos
Mar, 08/11/2005
EN España, la adecuada gestión de los recursos hídricos es un tema tan importante como conflictivo. La mayor parte de los expertos, como el presidente de la Sección de Ciencias Naturales de la Real Academia de Ciencias, el catedrático Ramón Llamas, suele admitir que los "conflictos hídricos no se deben normalmente a la escasez física de agua sino a la mala, a veces pésima, gestión que realizan los poderes públicos de este recurso". De ahí que Llamas piense que ha llegado el momento de que todos los implicados en la gestión del agua en España pasen lo antes posible de la actual "confrontación a la cooperación"
Los avances en la ciencia y en la tecnología producidos en el último medio siglo permiten resolver estos conflictos con medios que hace pocas décadas nadie podía imaginar. Entre ellos, y en lo que a España se refiere, destacan la desalación de las aguas marinas o salobres, el abaratamiento y la rapidez del transporte de mercancías, la facilidad para extraer aguas subterráneas a bajo coste, las técnicas para depurar las aguas urbanas e industriales y la biotecnología.
Desaladoras.
Últimamente, los medios de comunicación se hacen eco de la polémica suscitada por la decisión del Ministerio de Medio Ambiente de ampliar la red de desaladoras como la mejor solución para que no falte nunca agua en los hogares españoles.
Existen hoy en España alrededor de 900 plantas desaladoras, que llegan a producir unos 500 millones de metros cúbicos al año. Muchas de ellas parecen ser pequeñas plantas privadas. El uso del agua de mar desalada para usos urbanos es algo bien conocido en España. Hay desaladoras funcionando desde hace décadas, especialmente en el archipiélago canario, pero también en algunas zonas del Mediterráneo.
'Sin embargo, el uso de agua de mar desalada para regadío está menos claro', declara el catedrático Llamas a LA GACETA. Y, para ejemplificarlo, comenta lo que le sucedió este verano en uno de los cursos de la Universidad Complutense. 'Afirmé que en España se están ya utilizando cantidades significativas de agua de mar desalada para regadío. Un profesor de Economía Agraria de la Universidad de Berkeley, que participaba en ese curso, expresó abiertamente dudas sobre esta afirmación y solicitó datos concretos'.
Desde entonces, ha intentado 'sin éxito' obtener esos datos concretos sobre el uso actual de agua desalada en regadíos españoles, con indicación precisa de la extensión y situación de las superficies a las que se aplica y sobre sus costes y precios. Entre los poquísimos datos encontrados están los que da el catedrático Olcina, quien indica que en 2001 se utilizaban en España 225 millones de metros cúbicos de agua de mar desalada, y de ellos, solamente cinco millones estaban destinados al regadío.
Quizá esta situación de 'falta de claridad informativa esté influenciada por la carga política que actualmente conlleva este tema, dada la cancelación del trasvase del Ebro, que estaba prevista en la Ley del Plan Hidrológico Nacional de 2001. De acuerdo con el denominado Plan Agua de 2005 aprobado por el nuevo Gobierno, esta gran infraestructura va a ser sustituida fundamentalmente por la construcción y operación de una veintena de plantas desaladoras de agua de mar.
También es interesante consignar los aspectos económicos de este proyecto, que incluye inversiones públicas del orden de 1.200 millones de euros para la construcción de nuevas plantas desaladoras de agua de mar para obtener aproximadamente 600 millones de metros cúbicos de agua dulce; de ellos, el 50% se prevé que se destine a usos agrícolas.
El coste previsto de esta agua desalada, a pie de desaladora, es del orden de 0,5 milímetros cúbicos. El coste del agua subterránea (extraída o no de modo sostenible) oscila entre 0,1 y 0,2/m3. 'Como es lógico, los agricultores no están fácilmente dispuestos a pagar el agua a un precio mayor mientras no se vean obligados a ello', indica Llamas. Por ello, algunos expertos sostienen que, 'para poder implementar el Plan Agua, es imprescindible que la Administración haga cumplir estrictamente los límites de las extracciones de aguas subterráneas'. Advierten además que el riesgo que tiene este proyecto es que, una vez completadas las inversiones públicas en la construcción de esas plantas desaladoras, 'la demanda de agua para agricultura no se materialice debido a que no se haya podido controlar la actual extracción abusiva de aguas subterráneas.
En resumen, 'parece probable que el volumen total de aguas desaladas (de mar y subterráneas salobres) no pase de los 500 millones de metros cúbicos, una cantidad que equivale a menos del 0,5% de la huella hidrológica de España, que es del orden de los 90.000 millones de metros cúbicos,
Agua virtual.
Sin embargo, muy poco se habla del agua virtual, que es el agua necesaria para producir un bien o un servicio.
Al principio, el papel del agua virtual se refirió principalmente a la producción de alimentos; pero progresivamente se ha extendido a la producción de todos los bienes y servicios que requieren el uso de agua en una región.Si un país exportara un producto que exigiera mucha agua virtual para su producción, sería equivalente a que estuviera exportando agua, pues de este modo el país importador no necesita utilizar agua nacional para obtener ese producto y podría dedicarla a otros fines.
La importación de agua virtual permite que los países pobres en recursos hídricos consigan seguridad alimentaria. Así pueden destinar esas limitaciones de que disponen a fines más lucrativos como el turismo o la industria o el abastecimiento urbano o la producción de cosechas de alto valor.
El catedrático Ramón Llamas subraya que siempre ha existido comercio de alimentos y, por consiguiente, de agua virtual. 'Ahora bien, en los últimos lustros el comercio de alimentos se ha incrementado mucho debido en buena parte a las políticas agrarias y al aumento de su productividad; pero en otra parte no despreciable, a que los avances tecnológicos han abaratado y facilitado el transporte de modo muy notable'. Puede estimarse que el transporte marítimo de una tonelada es del orden de un euro, bastante menos de un céntimo de euro por kilo. Este precio es casi independiente de la distancia que tenga que recorrer el barco. Esto explica, por ejemplo, que en los mercados de Madrid se puedan comprar kiwis procedentes de nueva Zelanda o manzanas que vienen de Chile a precios competitivos con los de los equivalentes frutos producidos en España. Por eso, 'el comercio de agua virtual puede permitir a los países de escasos recursos hídricos evitar lo que hasta hace muy poco se consideraba una probable e inminente crisis'.
Los avances en la ciencia y en la tecnología producidos en el último medio siglo permiten resolver estos conflictos con medios que hace pocas décadas nadie podía imaginar. Entre ellos, y en lo que a España se refiere, destacan la desalación de las aguas marinas o salobres, el abaratamiento y la rapidez del transporte de mercancías, la facilidad para extraer aguas subterráneas a bajo coste, las técnicas para depurar las aguas urbanas e industriales y la biotecnología.
Desaladoras.
Últimamente, los medios de comunicación se hacen eco de la polémica suscitada por la decisión del Ministerio de Medio Ambiente de ampliar la red de desaladoras como la mejor solución para que no falte nunca agua en los hogares españoles.
Existen hoy en España alrededor de 900 plantas desaladoras, que llegan a producir unos 500 millones de metros cúbicos al año. Muchas de ellas parecen ser pequeñas plantas privadas. El uso del agua de mar desalada para usos urbanos es algo bien conocido en España. Hay desaladoras funcionando desde hace décadas, especialmente en el archipiélago canario, pero también en algunas zonas del Mediterráneo.
'Sin embargo, el uso de agua de mar desalada para regadío está menos claro', declara el catedrático Llamas a LA GACETA. Y, para ejemplificarlo, comenta lo que le sucedió este verano en uno de los cursos de la Universidad Complutense. 'Afirmé que en España se están ya utilizando cantidades significativas de agua de mar desalada para regadío. Un profesor de Economía Agraria de la Universidad de Berkeley, que participaba en ese curso, expresó abiertamente dudas sobre esta afirmación y solicitó datos concretos'.
Desde entonces, ha intentado 'sin éxito' obtener esos datos concretos sobre el uso actual de agua desalada en regadíos españoles, con indicación precisa de la extensión y situación de las superficies a las que se aplica y sobre sus costes y precios. Entre los poquísimos datos encontrados están los que da el catedrático Olcina, quien indica que en 2001 se utilizaban en España 225 millones de metros cúbicos de agua de mar desalada, y de ellos, solamente cinco millones estaban destinados al regadío.
Quizá esta situación de 'falta de claridad informativa esté influenciada por la carga política que actualmente conlleva este tema, dada la cancelación del trasvase del Ebro, que estaba prevista en la Ley del Plan Hidrológico Nacional de 2001. De acuerdo con el denominado Plan Agua de 2005 aprobado por el nuevo Gobierno, esta gran infraestructura va a ser sustituida fundamentalmente por la construcción y operación de una veintena de plantas desaladoras de agua de mar.
También es interesante consignar los aspectos económicos de este proyecto, que incluye inversiones públicas del orden de 1.200 millones de euros para la construcción de nuevas plantas desaladoras de agua de mar para obtener aproximadamente 600 millones de metros cúbicos de agua dulce; de ellos, el 50% se prevé que se destine a usos agrícolas.
El coste previsto de esta agua desalada, a pie de desaladora, es del orden de 0,5 milímetros cúbicos. El coste del agua subterránea (extraída o no de modo sostenible) oscila entre 0,1 y 0,2/m3. 'Como es lógico, los agricultores no están fácilmente dispuestos a pagar el agua a un precio mayor mientras no se vean obligados a ello', indica Llamas. Por ello, algunos expertos sostienen que, 'para poder implementar el Plan Agua, es imprescindible que la Administración haga cumplir estrictamente los límites de las extracciones de aguas subterráneas'. Advierten además que el riesgo que tiene este proyecto es que, una vez completadas las inversiones públicas en la construcción de esas plantas desaladoras, 'la demanda de agua para agricultura no se materialice debido a que no se haya podido controlar la actual extracción abusiva de aguas subterráneas.
En resumen, 'parece probable que el volumen total de aguas desaladas (de mar y subterráneas salobres) no pase de los 500 millones de metros cúbicos, una cantidad que equivale a menos del 0,5% de la huella hidrológica de España, que es del orden de los 90.000 millones de metros cúbicos,
Agua virtual.
Sin embargo, muy poco se habla del agua virtual, que es el agua necesaria para producir un bien o un servicio.
Al principio, el papel del agua virtual se refirió principalmente a la producción de alimentos; pero progresivamente se ha extendido a la producción de todos los bienes y servicios que requieren el uso de agua en una región.Si un país exportara un producto que exigiera mucha agua virtual para su producción, sería equivalente a que estuviera exportando agua, pues de este modo el país importador no necesita utilizar agua nacional para obtener ese producto y podría dedicarla a otros fines.
La importación de agua virtual permite que los países pobres en recursos hídricos consigan seguridad alimentaria. Así pueden destinar esas limitaciones de que disponen a fines más lucrativos como el turismo o la industria o el abastecimiento urbano o la producción de cosechas de alto valor.
El catedrático Ramón Llamas subraya que siempre ha existido comercio de alimentos y, por consiguiente, de agua virtual. 'Ahora bien, en los últimos lustros el comercio de alimentos se ha incrementado mucho debido en buena parte a las políticas agrarias y al aumento de su productividad; pero en otra parte no despreciable, a que los avances tecnológicos han abaratado y facilitado el transporte de modo muy notable'. Puede estimarse que el transporte marítimo de una tonelada es del orden de un euro, bastante menos de un céntimo de euro por kilo. Este precio es casi independiente de la distancia que tenga que recorrer el barco. Esto explica, por ejemplo, que en los mercados de Madrid se puedan comprar kiwis procedentes de nueva Zelanda o manzanas que vienen de Chile a precios competitivos con los de los equivalentes frutos producidos en España. Por eso, 'el comercio de agua virtual puede permitir a los países de escasos recursos hídricos evitar lo que hasta hace muy poco se consideraba una probable e inminente crisis'.