Regantes y afectados realizarán ajustes al dictamen sobre Biscarrués
Mié, 30/11/2005
La ponencia de Obras del Pacto del Agua de la Comisión del Agua de Aragón acordó ayer un texto abierto de dictamen sobre Biscarrués, la regulación del Gállego y las necesidad del sistema de Riegos del Alto Aragón. La novedad respecto a ocasiones anteriores es que este borrador será ahora matizado por los afectados y los regantes en una serie de reuniones para las que todavía no hay fecha pero que comenzarán de forma inmediata. Los afectados conocerán y podrán discutir todos los informes técnicos que la ponencia ha utilizado hasta el momento, según explicó ayer el presidente de este grupo de trabajo, Javier Sánchez.
"El dictamen deja la puerta abierta", señaló Sánchez. Y también mantiene una incógnita importante como es el tamaño final del embalse en el cauce del Gállego (se han manejado siete escenarios diferentes), aunque en las últimas semanas se ha logrado un amplio acuerdo alrededor de una presa de 35 hectómetros cúbicos. Las cuestiones que se dejan claras son de suma relevancia como que el núcleo habitado de Erés no será inundado en ningún caso.
Los intereses de los afectados se salvaguardan en el apartado en que se aboga por mantener al máximo de los usos actuales del río Gállego. Este punto se refiere, entre otras cuestiones, a los deportes de aguas bravas que dejan en la zona más de 6 millones de euros al año. Según miembros de la ponencia, la alternativa del Biscarrués de 35 hectómetros cúbicos no inundaría prácticamente nada del tramo del río que se usa en estas prácticas deportivas, dado que el embalse sólo se llenaría en momentos concretos del año.
Desarrollo de la Galliguera
Se reconoce, por otra parte, una deuda histórica con la Galliguera por los años de incertidumbre ante la posible puesta en marcha del pantano. Por ello, se incluye la necesidad de realizar un plan de de-sarrollo sostenible en esta comarca. Además, se reelaborarán proyectos de restitución territorial para aquellos municipios que se vean particularmente afectados, tanto por la inundación de sus tierras como por un posible recorte de las expectativas de regadío.
Se deja clara la necesidad del sistema de Riegos del Alto Aragón de incrementar sus reservas de agua incluso por encima de las previsiones iniciales que se contemplaban en el proyecto inicial de Biscarrués y que contemplaba 192 hectómetros cúbicos en un gran embalse. El texto considera que las soluciones adoptadas deben permitir aprovechar las avenidas del río, como tradicionalmente han solicitado los regantes, y para ello marca el incremento mínimo de la capacidad de embalse en 320 hectómetros cúbicos en distintas localizaciones.
Para conseguirlo y para lograr un gestión todavía más eficaz de los recursos disponibles, la propuesta de la ponencia apunta a la construcción de varias piezas de regulación de tamaño mediano y pequeño en el interior del sistema de regadíos, espacialmente en Monegros. Además, se construiría un embalse en Marracos (o alternativa) para atender las necesidades del Bajo Gállego y poder liberar el pantano de La Peña de estas obligaciones. Por último, se constata la necesidad de poder disponer del embalse muerto del Grado (100 hectómetros cúbicos) para poder dar algunos riegos de socorro en años de fuerte sequía como el pasado.
El borrador recoge la situación actual de Riegos del Alto Aragón con 128.000 hectáreas de regadío y con el incremento a medio plazo de la superficie hasta 150.000 hectáreas (según lo que se refleja en el Plan Nacional de Regadíos). Además, se incluyen las demandas y proyectos a más largo plazo de extender la superficie regable hasta las 170.000 hectáreas.
Garantizar los regadíos
La ponencia considera irrenunciable que se cubran las necesidades de agua para los nuevos regadíos de Monegros y del Cinca y que se busque una solución adecuada para los regadíos sociales de Farlete y Monegrillo. Reclama que se pongan en marcha medidas urgentes que ayuden a afrontar la sequía en momentos de urgencia. Pide, entre otras cosas, que se estudie el problema de la salinización de las tierras, las posibilidades reales y los procedimientos adecuados para posibles decisiones sobre retirada de regadíos y que se profundice en la modernización del sistema.
Además, solicita la mejora de la capacidad de transporte del canal del Cinca, que se estudie el posible aprovechamiento de los acuíferos existentes en el sistema y las posibilidades de flexibilizar concesiones para aumentar las dotaciones para riegos.
Tarea para las instituciones
Por todo ello, el dictamen incluye peticiones directas para las distintas Administraciones. Por ejemplo, se insta a la Confederación Hidrográfica del Ebro a que elabore en el menor plazo posible los proyectos pertinentes de viabilidad técnica, geológica y económica. Al Gobierno de Aragón se le pide que realice los estudios de impacto necesarios.
Ambas instituciones deberán trabajar con la Comunidad General de Riegos del Alto Aragón para ordenar el suministro y las servidumbres del bajo Gállego, con la construcción de un embalse en la margen derecha del río (Marracos). También deberán poner se de acuerdo para construir dentro del sistema y fuera del cauce del Gállego los embalses adecuados, que cubrieran las necesidades de los regantes hasta un máximo de 240 hectómetros cúbicos.
"El dictamen deja la puerta abierta", señaló Sánchez. Y también mantiene una incógnita importante como es el tamaño final del embalse en el cauce del Gállego (se han manejado siete escenarios diferentes), aunque en las últimas semanas se ha logrado un amplio acuerdo alrededor de una presa de 35 hectómetros cúbicos. Las cuestiones que se dejan claras son de suma relevancia como que el núcleo habitado de Erés no será inundado en ningún caso.
Los intereses de los afectados se salvaguardan en el apartado en que se aboga por mantener al máximo de los usos actuales del río Gállego. Este punto se refiere, entre otras cuestiones, a los deportes de aguas bravas que dejan en la zona más de 6 millones de euros al año. Según miembros de la ponencia, la alternativa del Biscarrués de 35 hectómetros cúbicos no inundaría prácticamente nada del tramo del río que se usa en estas prácticas deportivas, dado que el embalse sólo se llenaría en momentos concretos del año.
Desarrollo de la Galliguera
Se reconoce, por otra parte, una deuda histórica con la Galliguera por los años de incertidumbre ante la posible puesta en marcha del pantano. Por ello, se incluye la necesidad de realizar un plan de de-sarrollo sostenible en esta comarca. Además, se reelaborarán proyectos de restitución territorial para aquellos municipios que se vean particularmente afectados, tanto por la inundación de sus tierras como por un posible recorte de las expectativas de regadío.
Se deja clara la necesidad del sistema de Riegos del Alto Aragón de incrementar sus reservas de agua incluso por encima de las previsiones iniciales que se contemplaban en el proyecto inicial de Biscarrués y que contemplaba 192 hectómetros cúbicos en un gran embalse. El texto considera que las soluciones adoptadas deben permitir aprovechar las avenidas del río, como tradicionalmente han solicitado los regantes, y para ello marca el incremento mínimo de la capacidad de embalse en 320 hectómetros cúbicos en distintas localizaciones.
Para conseguirlo y para lograr un gestión todavía más eficaz de los recursos disponibles, la propuesta de la ponencia apunta a la construcción de varias piezas de regulación de tamaño mediano y pequeño en el interior del sistema de regadíos, espacialmente en Monegros. Además, se construiría un embalse en Marracos (o alternativa) para atender las necesidades del Bajo Gállego y poder liberar el pantano de La Peña de estas obligaciones. Por último, se constata la necesidad de poder disponer del embalse muerto del Grado (100 hectómetros cúbicos) para poder dar algunos riegos de socorro en años de fuerte sequía como el pasado.
El borrador recoge la situación actual de Riegos del Alto Aragón con 128.000 hectáreas de regadío y con el incremento a medio plazo de la superficie hasta 150.000 hectáreas (según lo que se refleja en el Plan Nacional de Regadíos). Además, se incluyen las demandas y proyectos a más largo plazo de extender la superficie regable hasta las 170.000 hectáreas.
Garantizar los regadíos
La ponencia considera irrenunciable que se cubran las necesidades de agua para los nuevos regadíos de Monegros y del Cinca y que se busque una solución adecuada para los regadíos sociales de Farlete y Monegrillo. Reclama que se pongan en marcha medidas urgentes que ayuden a afrontar la sequía en momentos de urgencia. Pide, entre otras cosas, que se estudie el problema de la salinización de las tierras, las posibilidades reales y los procedimientos adecuados para posibles decisiones sobre retirada de regadíos y que se profundice en la modernización del sistema.
Además, solicita la mejora de la capacidad de transporte del canal del Cinca, que se estudie el posible aprovechamiento de los acuíferos existentes en el sistema y las posibilidades de flexibilizar concesiones para aumentar las dotaciones para riegos.
Tarea para las instituciones
Por todo ello, el dictamen incluye peticiones directas para las distintas Administraciones. Por ejemplo, se insta a la Confederación Hidrográfica del Ebro a que elabore en el menor plazo posible los proyectos pertinentes de viabilidad técnica, geológica y económica. Al Gobierno de Aragón se le pide que realice los estudios de impacto necesarios.
Ambas instituciones deberán trabajar con la Comunidad General de Riegos del Alto Aragón para ordenar el suministro y las servidumbres del bajo Gállego, con la construcción de un embalse en la margen derecha del río (Marracos). También deberán poner se de acuerdo para construir dentro del sistema y fuera del cauce del Gállego los embalses adecuados, que cubrieran las necesidades de los regantes hasta un máximo de 240 hectómetros cúbicos.