Las condiciones precarias agravan la situación en Java
Jue, 01/06/2006
La falta de agua potable y de medicinas suficientes provocan la aparición de enfermedades entre los damnificados por el seísmo, por lo que se han intensificado las medidas para evitar la aparición de epidemias
mar centenera / agencias
n bantul. Las condiciones precarias en las que viven decenas de miles de desplazados por el seísmo en la isla indonesia de Java originaron la aparición de enfermedades comunes como diarreas, gripes y neumonías, que se agravan por la falta de medicinas suficientes. Las autoridades indonesias siguieron el rastreo en helicópteros de las áreas más remotas mientras se intensifican las medidas para evitar la aparición de epidemias.
El campo de fútbol de Bantul, convertido en centro neurálgico de distribución, es la base de helicópteros militares y civiles para el reparto de ayuda humanitaria de emergencia a los subdistritos más aislados de la región, como el de Wedi, en Klaten. Creemos que se ha llegado a todos lados, una primera distribución de ayuda al menos, pero seguiremos sobrevolando la región en los próximos días , declaró Heru Nugroho, coordinador de uno de los equipos de rescate gubernamentales.
Muchos de los afectados se han organizado en pequeños campos y la llegada de ayuda es cada día más evidente. Pocos son los que no cuentan ya en Bantul con alguna tienda y plásticos para protegerse de la lluvia, además de cajas de comida y agua potable.
Los equipos de rescate evacuaron a Bantul ayer en helicóptero a dos mujeres con fracturas graves para que sean operadas en el hospital de campaña cercano al helipuerto provisional. El número de pacientes ingresados en los hospitales de las áreas más afectadas es muy superior al número de camas disponibles y cada día se derivan casos a centros de Yogyakarta menos saturados.
Sin embargo, en algunos casos, el motivo de que muchos pacientes sean atendidos fuera del hospital y no en las habitaciones de éste responde sobre todo a los daños sufridos por las infraestructuras sanitarias. En el hospital militar de Bantul, parte del techo y varias paredes del recinto se vinieron abajo por la fuerza del terremoto.
La demanda de personal sanitario ha quedado cubierta con la ayuda de miles de estudiantes de Medicina y Enfermería de las universidades de Yogyakarta y la llegada de doctores de otras ciudades indonesias, como Yakarta o Surabaya. La abundancia de médicos contrasta con la carencia grave de medicinas, que reclaman tanto hospitales como puestos de crisis instalados a los márgenes de las carreteras principales.
Aún se necesitan equipos de traumatología para tratar a los heridos pero también analgésicos, antibióticos y antidiarreicos para tratar complicaciones recientes como diarreas o neumonías.
Uno de los detonantes de la aparición de estas enfermedades ha sido la falta de agua potable y las precarias condiciones higiénicas. Entre las medidas sanitarias para reducir el riesgo de epidemias, se han fumigado espacios abiertos en los que se han instalado campos de desplazados, y la OMS organizará en breve vacunaciones masivas de sarampión.
mar centenera / agencias
n bantul. Las condiciones precarias en las que viven decenas de miles de desplazados por el seísmo en la isla indonesia de Java originaron la aparición de enfermedades comunes como diarreas, gripes y neumonías, que se agravan por la falta de medicinas suficientes. Las autoridades indonesias siguieron el rastreo en helicópteros de las áreas más remotas mientras se intensifican las medidas para evitar la aparición de epidemias.
El campo de fútbol de Bantul, convertido en centro neurálgico de distribución, es la base de helicópteros militares y civiles para el reparto de ayuda humanitaria de emergencia a los subdistritos más aislados de la región, como el de Wedi, en Klaten. Creemos que se ha llegado a todos lados, una primera distribución de ayuda al menos, pero seguiremos sobrevolando la región en los próximos días , declaró Heru Nugroho, coordinador de uno de los equipos de rescate gubernamentales.
Muchos de los afectados se han organizado en pequeños campos y la llegada de ayuda es cada día más evidente. Pocos son los que no cuentan ya en Bantul con alguna tienda y plásticos para protegerse de la lluvia, además de cajas de comida y agua potable.
Los equipos de rescate evacuaron a Bantul ayer en helicóptero a dos mujeres con fracturas graves para que sean operadas en el hospital de campaña cercano al helipuerto provisional. El número de pacientes ingresados en los hospitales de las áreas más afectadas es muy superior al número de camas disponibles y cada día se derivan casos a centros de Yogyakarta menos saturados.
Sin embargo, en algunos casos, el motivo de que muchos pacientes sean atendidos fuera del hospital y no en las habitaciones de éste responde sobre todo a los daños sufridos por las infraestructuras sanitarias. En el hospital militar de Bantul, parte del techo y varias paredes del recinto se vinieron abajo por la fuerza del terremoto.
La demanda de personal sanitario ha quedado cubierta con la ayuda de miles de estudiantes de Medicina y Enfermería de las universidades de Yogyakarta y la llegada de doctores de otras ciudades indonesias, como Yakarta o Surabaya. La abundancia de médicos contrasta con la carencia grave de medicinas, que reclaman tanto hospitales como puestos de crisis instalados a los márgenes de las carreteras principales.
Aún se necesitan equipos de traumatología para tratar a los heridos pero también analgésicos, antibióticos y antidiarreicos para tratar complicaciones recientes como diarreas o neumonías.
Uno de los detonantes de la aparición de estas enfermedades ha sido la falta de agua potable y las precarias condiciones higiénicas. Entre las medidas sanitarias para reducir el riesgo de epidemias, se han fumigado espacios abiertos en los que se han instalado campos de desplazados, y la OMS organizará en breve vacunaciones masivas de sarampión.